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Había estado con Ryujin en el pabellón del clan Losarig cuando una hada de cabello rojo le dijo que debía escoltarlo hasta la habitación del emperador. Así que ese era el momento en el iba a recibir las instrucciones necesarias. Ya tenía la receta y los ingredientes, ahora quizá el emperador le diría el propósito de esa pócima, o al menos eso esperaba.

— Majestad — realizó el saludo del lirio eterno apenas lo dejaron ingresar al lugar y cerraron las puertas tras él. Era increíble que esa habitación fuera incluso más grande que la del palacio Adiv. — Estoy aquí.

— ¿Ya conocías a Yuna?

"Yuna" pensó Felix, sintiendo una presión en el pecho. Desvió su mirada con nerviosismo. ¿Qué es lo que había hecho? ¿En qué estuvo pensando cuando pasó? ¿Dónde estaba la humanidad que una vez creyó tener? . . . Entonces su mirada recayó a la derecha, más allá, en la cama imperial, en donde yacía Jisung, quien se había sentado apenas logró oír su voz y lo observaba entre aliviado y nostálgico, sin poder moverse más de lo que deseaba. Claro, cómo olvidarlo, ahí estaba una de sus razones, uno de los porqué no se arrepentía del atroz acto cometido en la noche.

— ¡Hey! — exclamó el emperador, atrayendo su mirada de inmediato. ¿Se había dado cuenta de que se había quedado mirando a Jisung? Claro que sí, su cara lo decía todo. — Te hice una pregunta.

— Perdóneme. Sí, majestad, conozco a Yuna, pero esa noche nadie llegó. No sabía que era ella. — informó lo que había practicado antes por si aquella pregunta llegaba, y realmente llegó.

— ¿No fue? . . . Qué extraño. — se acercó al rubio con pasos lentos, observó que Felix agachaba la cabeza con cada pisada que daba, y cuando estuvo lo suficientemente cerca miró a Jisung, quien le rogó con la mirada que no le hiciera daño. Esa preocupación tan pura por alguien más le quebraba el corazón. — Hada Felix  . . . Estás bajo prueba, que lo sepas. Cuando viniste te dije que podrías convertirte en mi ala izquierda si te esforzabas. Demostraste lealtad entregándome a Hanji . . . Jisung, a Jisung, y por eso estoy intentando confiar en ti, pero que no haya mandando a hadas a vigilarte no significa que confíe en ti. Necesito a uno de los nuestros con suficiente conocimiento humano para que me acompañe en la cabeza; Hyunjin sabe lo suficiente de nuestro mundo, por eso es ala derecha, pero te necesito a ti también, ¿lo harás? ¿Te vas a esforzar por no decepcionarme?

— Así es, majestad.

— Bien . . . Eso significa que estudiaste la receta que te entregué, ¿verdad?

— Sí, majestad.

— ¿De qué color debe terminar?

— Verde, majestad.

— Mis hadas ya debieron entregarte los ingredientes. Es sólo cuestión de tiempo — miró nuevamente a Jisung, sin poder evitar sonreír. — para recuperarlo. Recuperar el pasado.

— Disculpe mi atrevimiento, majestad . . . — alzó la mirada, sin imaginar que esta se encontraría con el emperador, por lo que soltó su pregunta sin mucho tacto — ¿Para quién es la pócima?

— ¿Qué?

— Quería saber para qué-

— ¿Acaso quieres que mande a ejecutarte y darle la tarea a alguien más? — amenazó con dureza. Ante una orden directa nunca se pedía detalles, sólo se acataba.

— ¡Emperador! — exclamó de repente Jisung desde su lugar. El mayor lo miró, intentando calmar su expresión para él. — Por favor . . . No.

Minho pronto notó que no había sido el único mirando a Hanji, y que Felix también lo miraba con una ternura insoportable. ¿Ellos se estaban mirando frente a él? Sin pensarlo dos veces soltó su lazo blanco, azotando el piso duro con fuerza, cuestión que sobresaltó al par contrario y los obligó a dejar de mirarse.

Con cariño, una flor del bosque | SKZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora