ꕥ 🅧︎🅛︎🅘︎🅘︎ ꕥ

450 83 73
                                    

Después de dejar a Chan en una habitación perteneciente al pabellón de su clan, Felix le indicó que debía ir en busca de algo sumamente importante, y sólo con ello en mente pudo dejarlo solo. El tema de Seungmin estaba siendo manejado por un impaciente y nervioso Changbin, mientras él debía encargarse del nuevo rumbo que había tomado el plan de escape.

Justo en ese punto en el que había estado con él la noche anterior, allí lo encontró, mirando a su alrededor preocupado. Felix se acercó a Jisung, tomó sus manos heladas y le sonrió con ternura.

— Ey, ¿todo bien?

— Sí, sí. — respondió el mayor, restándole relevancia a su estado. Es como si una lucha se estuviera lidiando en su interior. — Te dije que el emperador me dejaría salir. Ah, y me dijo que asignó un humano a cada clan. Tengo entendido que ustedes se encargan de Chan — Lix asintió, sintiendo cómo Jisung se soltaba de su agarre disimuladamente. — Y Jeongin va a estar al cuidado del clan Anipse. Seungmin del clan Esor, y yo . . . Bueno, del clan Oiril.

— Sí, así es . . . ¿Seguro que todo bien? — volvió a preguntar, a lo que su amigo asintió. No quería lucir más preocupado de lo que debería, pero Jisung no le sostenía la mirada ni por dos segundos. — ¿Y lo conseguiste?

— También lo leí. No sé para qué lo quieres o . . . cómo lo va a usar esa hada, pero parece importante. — sacó un papel doblado del interior de su manga, miró su entorno una última vez y luego le dijo — Está en otro idioma. Uno raro.

— ¿Y cómo sabes que es importante?

— Porque lo leí. — respondió con obviedad, después entendió su punto y pensó en ello un par de segundos con la mirada perdida— Bueno . . . Al parecer ahora sé hacer cosas que antes no sabía. Hanji estudió este idioma, es eso.

— De acuerdo-

— Tómalo de mí mientras sea yo, porque cuando Hanji está presente . . . lo último que quiero hacer es verte. — había salido, lo que evitó pensar en voz alta mordiéndose la lengua, realmente había salido justo cuando Lix recibió el papel. Su mirada lo decía todo, Jisung sintió todo su dolor. — Espera, lo siento. Desde que tomé ese vino no me siento como yo, ¿entiendes?

— Jisung . . . — dirigió su mirada al suelo, guardó aquel papel doblado en sus vestiduras y se tomó unos segundos antes de continuar hablando. Necesitaba procesar lo que estaba pasando, sus palabras, el hecho de entrar en cuenta de que su Jisung estaba cambiando y probablemente ya no sería el mismo. Ninguno, ni Chan, ni Jeongin, ni Changbin, ni Seungmin eran el mismo. Ya no más — ¿qué soy para ti?

— ¿Qué?

— Siempre nos hemos tratado como mejores amigos, como hermanos, como familia, pero . . . sabes perfectamente que no es todo lo que yo siento por ti. — lo enfrentó con la mirada, casi lo obligó a verlo fijamente a los ojos, porque quería dejarle en claro que no estaba bromeando, nunca podría bromear con su corazón. — Te amo como a un chico . . . Te veo de manera romántica, ¿entiendes?

— Sí . . . Sí, ya lo sé. — murmuró, otra vez bajando la mirada. — Y está bien. No tengo problema con eso, de verdad.

— ¿No tienes problema? — cuestionó el rubio indignado. — ¿Realmente eres Jisung? ¿Eres el chico con quien me besé esa noche en la celda? ¿Con quien me besé anoche? . . . Dime, ¿qué sientes por mí? ¿Qué soy para ti?

— Soy yo, Felix. Soy Jisung, el chico que te hizo ese poema por tu cumpleaños, un poema que escribía cada noche, línea por línea mientras te veía dormir. — aseguró, esta vez tomó sus manos y le dedicó una mirada diferente. — Pero ser yo mismo no significa que sea el mismo de antes. — y esos ojos que lo miraban fijamente pronto brillaron vidriosos, Felix se vio reflejado en esas lágrimas. — Todo cambió para mí desde esa noche . . . Desde que desapareciste . . . Recuerdo haber estado tan desesperado por encontrarte. Odiaba ver la carpa vacía, odiaba llevarme algo a la boca y pensar si habías comido, detestaba sentir las miradas sobre mí, esas miradas que deseaban que yo también desapareciera, y ellos no lo sabían, claro que no. Nunca me entendieron como tú. Eras mi hogar, Felix. Cada vez que volvíamos a la aldea, cada uno iba a casa, ¿lo recuerdas? "Debo volver a casa, con mi papá", entonces nos mirábamos, y lo sabíamos, nosotros también volvíamos a nuestra carpa, pero estando juntos siempre estuvimos en casa. — sonrió nostálgico, derramando un par de lágrimas en el proceso. — Me ahogaba ese lugar, como si tuviera una cuerda alrededor de mi cuello, como un lazo grueso e indestructible que sólo tú sabías desatar, pero no estabas ahí. Luego estaba esto, la parte en donde debíamos volver a la aldea después de pasar todo el día buscándote en el bosque, debíamos volver antes de que la luna apareciera en el cielo, y todos volvían a casa, pero yo no, porque tú ya no estabas ahí. Nunca quería volver, insistía con que hiciéramos una fogata y durmamos allí para continuar al día siguiente y así hasta encontrarte, y pensaba que sólo entonces podría volver a casa, porque estarías ahí. Cuando todo acabó, cuando Chan dijo que se habían cumplido las cien lunas, me negué a volver, no podía vivir sin ti, creo que no puedo vivir sin ti, no tenía un hogar, e inconscientemente arrastré a los chicos conmigo, los traje sin querer aquí como tú me trajiste a mí. — tras ello acarició una de sus mejillas, como estando aliviado por fin de verlo, de tenerlo cerca. — Jeongin me lo dijo esa noche de la luna cien . . . Te buscaba porque no quería ser el único huérfano de la aldea . . . Serlo sólo me recordaba que no estabas a mi lado. ¿Por qué te fuiste? O mejor dicho . . . ¿Por qué no te fuiste conmigo? — y ahí fue cuando esas paredes hechas de lágrimas se rompieron en sus ojos y el llanto tomó posesión de su lindo rostro. — Teníamos un plan, nada podía detenernos. Felix, yo te amo, no sé de qué forma, eso no me importa, lo importante es que es cierto. Mi amor por ti impide que te deje ir, mi amor es tan egoísta como yo, pero no menos puro que el tuyo. — el rubio comenzó a asentir ante cada palabra. Le creía, decidía creer ciegamente en él. — Me quedaré aquí, quizá las marcas sean parte del destino, porque tanto ellas como yo vamos a impedir que me vaya, que me aleje de tu lado. Y no necesitas hacer nada . . .

Con cariño, una flor del bosque | SKZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora