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Es difícil escribir esto mientras te tengo a mi lado, te veo dormir y mantener una expresión colmada de paz absoluta, y es difícil mantener la pluma estable sabiendo que cuando leas esta carta ya no estaremos juntos; mi mayor consuelo es saber que llegarás a leer esto, aunque no estés conmigo, estarás vivo, y actualmente es lo único que me importa: que sobrevivas, Seungmin.

Adis Par logró que el pequeño niño que la había despertado en medio del bosque le dijera su nombre. "Yongbok" había dicho, y tal como lo había intuido, tenía la misma edad de Peter, unos cinco años humanos, inexpertos, puros e inocentes.

Yongbok había convencido a Bin, quien en realidad no era su hermano de sangre (pero aun así el mayor lo cuidaba y paraba a su lado cada luna, velando por su bienestar y seguridad), de llevar a su nueva amiga donde el resto. Ninguno quería dejarla desamparada, sobretodo el mayor pensaba que no quisiera que alguien dejara al abandono a alguno de sus niños si se llegaban a perder en el bosque; además, esa mujer le había inspirado cierta confianza, no estaba armada y sus ojos no eran verdes... Sólo llevaba unos raros pétalos en su cabello, pero no le tomaron mucha importancia.

Al llegar, la gente comenzó a agruparse alrededor de la nueva cara. Bin intentó explicarles que Adis Par podría brindarles mayor protección contra las hadas, que sabía cosas que ninguno de allí podría conocer, por lo tanto, debían alojarla en el corazón de su hogar y velar también por su seguridad.

— Eso significa que está involucrada con las hadas. — dijo uno de los adultos con recelo en la mirada. — Es un títere de esos demonios.

— Es mi amiga. — dijo Yongbok con una vocecita que conmovió el corazón de Adis.

— Hay que ponerla a prueba. — indicó Bin de inmediato. — Si la pintura protectora que nos mencionó no funciona en ella, entonces haremos que se vaya, pero por mientras, podríamos dejarla descansar.

— ¿Y cómo es que conoce esta pintura de protección, señorita? — interrogó una anciana de la multitud. Tras ello todos se quedaron mirando a la castaña.

— Yo...pude sobrevivir al ataque de unas hadas. — respondió y bajó la mirada con angustia; no deseaba derramar lágrimas en ese lugar y frente a todos, debía ser más fuerte, más resistente, ganarse su confianza, para así poder pedirles ayuda. — Pero mi hijo no... Fui prisionera de un hada, y me contó muchas cosas con la idea de que moriría en sus manos, pero ahora estoy aquí, decidida a protegerlos.

— ¿Y tu hijo? — cuestionó una mujer mientras acariciaba su enorme barriga, donde en el interior aguardaba un bebé a unos días de nacer.

— Peter... Mi niño necesita ayuda humana. — decidió decir sin más. — Me necesita... Los necesita. Por eso debemos volvernos más fuertes, unir fuerzas y creer en mí.

— Tendrás que guiarnos, Adis Par. — habló la anciana en cuanto el silencio ocupó suficiente espacio en el ambiente. — No sabemos cómo quieres llevar esto, ni a qué ritmo, pero todos aquí hemos sufrido pérdidas a costa de las hadas. Ninguno te dará la espalda después de haber perdido a tu hijo. Si tenemos que ir a un ritmo determinado, deberás liderar. Sólo somos un grupo de personas que encuentra calidez en el otro. ¿Tú qué ves en nosotros?

Adis Par miró a las personas de soslayo. Así es como había comenzado todo, estando sola con muchos humanos, luego escapó y conoció a Fer In, abandonó a su gente por Fer In, tuvo una familia con él, y lo perdió todo con él... Ahora volvía al punto cero, no lo tenía a su lado, tampoco a sus hijos.

Con cariño, una flor del bosque | SKZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora