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  El día apareció gris tras la ventana de su habitación y, aunque cualquier otra persona hubiera resoplado con disgusto, ella sonrió encantada por la posibilidad de un día de lluvia.

  En el Gran Comedor se sentía más observada que nunca, y sabía que era la típica persona que pasaba desapercibida con bastante facilidad. Echó un vistazo a las mesas de las casas. Los estudiantes hablaban entre ellos con expresión de adormilados, otros ni siquiera abrían la boca excepto para llevarse el tenedor a la boca. Siguió estudiando el comedor sin dar con aquella mirada, luego con disimulo, deslizó la vista hacia su izquierda donde todos comían sin prestarle atención. Desvío los ojos en la otra dirección y se encontró con los negros de Snape, quien no los apartó al verse descubierto.

  Poco a poco comenzó a fruncir el ceño como si estuviera molesto con ella. Cecilia giró la cabeza velozmente sintiéndose una estúpida, era él quien la miraba por qué debía ser ella la que agachara la cabeza. Esperó unos segundos antes de volver a mirarlo y respiró aliviada al comprobar que Snape había retirado la vista.

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  Desplazó un trozo de pastel al otro extremo del plato, aquel no era de sus favoritos pero esa mañana los pasteles no contaban con la variedad de siempre. Se llevó la taza a los labios y se pasó la lengua por ellos cuando se abrasó con el café.

  Percibía la nerviosa mirada de Cecilia en él por encima de la cabeza de Flitwick. Inició una serie de pensamientos de cuando la muchacha era su alumna, si recordaba algo quizá le valdría de excusa para entablar una conversación. Se acordó del primer día de clase, había echado un vistazo a la lista de alumnos y le pareció extraño tener a una extranjera en Hogwarts. Preguntó quién era la señorita Eliseo y una niña de ojos marrones y pelo rizado elevó la cabeza con rapidez. Su melena yacía adornada por una diadema azul, uno de los colores de Ravenclaw. La ignoró el resto de la clase y casi el resto del año.

  En tercero, en una ocasión, la escuchó hablar en español antes de que él entrara en el aula. La mandó callar con desprecio y una de sus compañeras se disculpó alegando que ella le había insistido para oírla hablar en su idioma. Sin embargo, ella se mantuvo callada observando a Snape con cautela. Él asqueado ante el comportamiento insulso de la niña le restó diez puntos a Ravenclaw. A finales de ese mismo curso supo que se encontraba en la enfermería porque sufrió varios episodios de insomnio y necesitó varias pociones revitalizantes. Tras ellas pasó un fin de semana completo durmiendo. Podría molestarla con eso.

  Cuarto fue un año sin pena ni gloria, Cecilia no se hacía destacar. Al año siguiente, en los resultados de sus TIMOS, se sorprendió mucho al saber que había obtenido un Extraordinario en Defensa contra las Artes Oscuras, y ahora recordaba que obtuvo otro en Historia de la Magia, obviamente. Pero no recordaba el resto de las notas. Los profesores decían de ella que era una estudiante aplicada, una chica tímida, respetuosa y dulce. Él casi pensaba lo mismo quitando lo de dulce y aplicada. Al menos lo fue hasta sexto.

  Empezó a salir de su grupo de amigas, que consistía en dos chicas de Ravenclaw, para juntarse con chicos de otras casas. Hizo buenas migas con un chico tímido y una chica extrovertida de Gryffindor. Otra chica de Ravenclaw de último año y otro par pertenecientes a Hufflepuff, entre ellos Tonks. Pero nadie de Slytherin.

  Con cada recuerdo otro se abría paso en su mente como si el solo hecho de pensar diera nuevos frutos. Recordó que sus notas ya no eran las mismas y se la veía más distendida y habladora en clase. Nunca fue muy hábil en pociones pero en una ocasión hizo estallar un caldero. Snape se puso colérico y le lanzó gritos desproporcionados. Cecilia se quedó muda y pálida, casi parecía al borde del llanto. Tras unos segundos escuchando el sermón del profesor de pociones su cara se volvió roja y apretó la mandíbula, pero no dijo nada. Para el final del curso era de las mejores alumnas y Snape no volvió a gritarle.

 -Háblame en silencio- Severus Snape. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora