Capítulo 24: Disfrutemos esto

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Narrador

⏰ Hace 3 años.

Un Damián de apenas quince años estaba entrenando con cinco maestros de La Hermandad de Asesinos, ellos ya lo tenían practicando por seis horas, lo hicieron hacer todo tipo de entrenamientos, incluso Damián enfrentó a todos ellos a la vez y fue golpeado varias veces.

Ahora el joven Dixon estaba corriendo hasta que le ordenaron detenerse.

—Ya es suficiente —habló con voz alta uno de los maestros, y Damián se detuvo para respirar— Ven aquí niño, antes de terminar debes hacer algo más.

Damián asiente y se acercó a los maestros, al llegar con ellos un maestro de tez morena colocó enfrente de él un muñeco de práctica que tenía piedra en la parte de la cabeza, pecho, manos y pies. El Dixon miró confuso al muñeco sin entender porque lo pusieron allí y la maestra asesina que estaba cerca camino quedando a su lado.

—¿Qué es esto? —Damián le preguntó a su maestra.

—Este es tu enemigo —respondió la Asesina— Destruyelo.

Frunciendo el ceño, Damián se acercó más al muñeco, tocó la piedra y miró atónito a su maestra, ella sonrió de forma malvada, quería que Damián golpeara la roca pero a él le pareció una locura.

—Es piedra sólida, me romperé la mano —dijo Damián.

—Pero sanará en un tiempo, ya lo verás, además vas a resistir el dolor —aseguró la maestra.

—Es una locura —afirmó el Dixon de quince años— Me voy a mi habitación.

Damián se intentó ir, pero antes de que pudiera llegar a la salida los cuatro maestros asesinos que estaban con la mujer se atraviesan en su camino con los brazos cruzados y Damián se quedó parado.

—Te irás cuando termine tu entrenamiento —comunicó la maestra, y Dixon se giró a verla.

El joven Assassin al no tener otra opción se acercó al muñeco, respiró y se preparó para darle un golpe, miró a su maestra quién solo sonreía con malicia. Después de prepararse para dar un gran puñetazo Damián tomó valor y golpeó la roca sólida de la cara del muñeco.

Al golpear la roca ésta no se rompió y Damián se lastimó el puño, él se quejó de dolor y se tocó su mano, la cual al menos no estaba sangrando.

—No fue lo bastante fuerte, debes usar toda tu fuerza, la cual si tienes Damián —aseguró la maestra.

Damián se vuelve a preparar por unos segundos, después vuelve a Intentarlo y golpea la piedra pero sin éxito de romperla, rápido le vuelve a pegar, pero el resultado fue el mismo. Dixon solo consiguió que los nudillos le empezarán a sangrar y dejó algo de su sangre en la piedra.

Él se agachó un poco mientras tocaba su mano, la cual de verdad le dolía.

—Ni siquiera haces el intento, que patético —la maestra se burló— Creo que es mentira lo que hace unos años nos dijeron, El Mentor dijo que eras un prodigio.

Al escucharla el Assassin Dixon no quiso rendirse tan pronto, así que resistió el dolor que sentía, levantó la mirada y vio fijamente a su objetivo, él tenía apretado los dientes y el ceño fruncido, y entonces al recuperar la fuerza volvió a golpear la piedra, pero de nuevo sin éxito y dejando más sangre.

Cuando no pudo romperla Damián se desesperó, por lo tanto volvió a golpear la piedra, al no romperse la golpeó otra vez, y lo mismo otras dos veces más haciéndose aún más daño en su puño. Tras el último golpe Damián no pudo más, sostuvo su mano derecha que le sangraba y se estaba rompiendo, cierra con fuerza sus ojos intentando soportar el dolor, no podía pensar en nada más que no fuese en tratar de tolerar ese sufrimiento, entonces cayó de rodillas al suelo helado mientras dio un leve grito no muy alto resistiendo como podía.

The Assassin [FTWD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora