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—Déjame ver si entendí: ¿Te invito a salir? —murmuró, Nakia de forma pausada.

Nos encontrábamos en un café cerca de la casa de ella, la había invitado a una salida de chicas para ponernos al día y conversar un poco.

Pero, era algo agobiante, ya había dicho esa frase como cinco veces en lo que iba de conversación, si seguía así, tendría que volver a repetirle la historia unas diez veces más.

—Sí, como amigos —aclaré haciendo énfasis en la palabra, amigos. Ante mi respuesta, ella me miró fijamente. 

—¿Y él lo sabe? —inquirió, con el ceño fruncido. En un movimiento pausado, se colocó detrás de su oreja llena de aretes, uno de sus cortos mechones de cabello castaño oscuro. 

—Él fue el que tuvo la idea, y también puntualizó que era de amigos. Así que sí, él lo sabe —murmuré, mirándola tan fijamente como ella lo había hecho hace unos cuantos minutos. 

—Mmm... No me culpes amiga, solo intento cuidarte. No quiero que se repita lo que sucedió con Derek, sigo sintiéndome culpable, ya que yo fui la que los presente. —Tomó una de mis manos que estaba por encima de la mesa.

—Está bien —aseguré—, no tienes que sentirte así. Después de todo, tú no fuiste la culpable de lo que ocurrió entre nosotros —hice una pausa—. Era nuestra relación, y fue algo que no funcionó —murmuré. Ella me sonrió y me transmitió tranquilidad.

—Se ve que estás mucho mejor.

—Sí, lo estoy —sonreí—. En las últimas semanas, comprendí que nada de lo que ocurrió fue mi culpa y que no puedo estancarme. Tengo que seguir con mi vida, y hacerlo no me está costando tanto como creí. —Le di un ligero apretón a su mano.

—Estoy muy feliz por ti, me siento como una madre orgullosa de su pequeña —murmuró, de una forma un tanto dramática, mientras soltaba mi mano para seguir comiendo de su ensalada.

Esa era una de las cosas en las que nos diferenciábamos, mientras ella cuidaba mucho su figura delgada y su aspecto, yo era alguien que no se preocupa mucho por esas cosas. Sí, me cuidaba, pero no tan minuciosamente como ella.

Ante sus palabras, no pude evitar soltar una risita. 

—Y hablando de madres, al fin le dije a mamá que terminé con Derek. —Tomé un bocado de mi comida.

—Déjame adivinar, ¿se puso feliz? —inquirió, en un tono divertido, aunque ella ya conocía la respuesta a esa pregunta.

No era secreto para nadie que a mi madre nunca le agrado mi novio, apenas pudo me dejó muy en claro su desacuerdo por mi pareja y hasta el último momento me demostró que no había cambiado de opinión sobre Derek. 

—Sí, ¡muy feliz! —Su sonrisa se ensanchó.

—Creo que, desde que empezaron a salir, ella rezaba para que se dejaran algún día —solté otra risita por su comentario.

—Por cierto, te envió saludos —murmuré, recordando las palabras de mi madre y sus quejas porque nunca podía hablar con Nakia.

—Que amable de su parte —murmuró tomando un sorbo de su bebida. Luego de un segundo, habló nuevamente, rompiendo el silencio que había entre nosotros—. Sabes... la verdad, hay algo que quiero contarte.

Yo te cuido [#PGP2023]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora