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—Te extrañé hermosa —murmuré, mientras me dejaba caer en mi cama.

El día en el café había sido realmente agotador, creíamos que después de todo el caos de las semanas anteriores todo iba a estar relativamente tranquilo. Sin embargo, el caos volvió al café cuando se anunciaron en redes sociales que habría nuevas recetas. 

Pasaron unos cuantos minutos y aún seguía en la misma posición. Unos minutos después, decidí que tomaría una ducha para relajarme. No obstante, en mi cabeza no paraba de repetirse una y otra vez la conversación que había tenido con Arthur. 

«Toxicidad, celos»

Al parecer, ella se había aprovechado de lo amable que podía llegar a ser él. Con ese rostro angelical que tenía Ji-Hu, no imaginaba que fuera alguien que tuviera aptitudes tóxicas. 

«A veces las personas son solo apariencias»

Yo lo había pensado, pero él lo había dicho, a veces las personas solo fingían para obtener lo que querían.

Volví a la realidad cuando la pequeña tina de mi cuarto de baño estaba por la mitad. Rápidamente, le agregué una esencia aromática y algo de jabón. No dude mucho es despojarme de la ropa para luego entrar al agua sin recoger mi cabello, de una u otra forma tenía que lavarlo. 

Solté un suspiro de satisfacción cuando mi piel entro en contacto con el agua, estaba justo como a mí me gustaba. Sin embargo, el baño de agua tibia no era suficiente para distraerme de todo lo que pasaba por mi mente. 

Intentando no abrumar más mis pensamientos, cerré los ojos y recosté mi cabeza en la fría cerámica de la pared.

—Dios... —susurré.

Solté un sonoro suspiro y comencé a pasar mis manos por mi cabello y rostro, para comenzar a lavarlo. Estaba frustrada, estaba muy lejos de estar relajada.

Abrí mis ojos y solté otro suspiro.

Estaba claro que no iba a lograr despejarme y sería una noche muy larga.

La siguiente mañana no fue mucho mejor, había vertido jugo de naranja en mis cereales que termino en una rara y desagradable mezcla, la cual no era algo que quisiera que se repitiera. El sabor de esos dos ingredientes juntos era muy extraño.

Estaba cansada de estar en casa y me dieron ganas de dar una buena por la ciudad. No recordaba con exactitud cuando fue la última vez que había salido sin estar apurada porque iba tarde.

Las calles ya se encontraban medio vacías, a esta hora ya todos estaban en su trabajo o escuela, así que, podía caminar tranquila sin ser empujada constantemente. 

Hasta ahora nada había llamado mi atención lo suficiente para detenerme, salvo un vendedor de helados que me pareció oportuno por el calor que hacía comúnmente en las mañanas.

Los helados eran una de mis debilidades. 

Caminaba a un paso lento y despreocupado, no tenía apuro alguno, hasta que, un artículo de las vitrinas de una de la tienda llamó mi atención. Era una cámara fotográfica algo antigua que me pareció hermosa.

Sin dudarlo mucho, ingrese a esa tienda.

Miraba todo a mi alrededor, cada detalle que decoraba el interior de la misma me era muy llamativo e interesante porque nunca había visto nada parecido. Contaba con adornos que eran muy antiguos y con mucha clase e historia. 

Yo te cuido [#PGP2023]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora