Tienda de ropa, no.
Tienda de maquillaje, tentador pero no.
Tienda de tecnología, nop.
Peluquería, nah.
¡Bingo!
Biblioteca.
Casi solté un chillido por estar en este lugar. Uno de mis pasatiempos favoritos era la lectura, por lo tanto, la biblioteca era casi como el paraíso para mí. Me había enterado de que recientemente comenzaban a traer varios de los libros que había leído desde mi celular, así que, no dude mucho en venir a comprarlo.
No era un secreto para nadie que los libros en físico eran caros. Sin embargo, con lo bien que nos había ido en el café estos días, podía ahorrar una cantidad y me sobraba para lo que necesitará comprarme, mientras no fuera muy costoso, claro estaba.
El libro que quería comprarme era uno de mis favoritos. El Huésped, podía leerlo muchas veces, pero siempre terminaba riéndome como la primera vez cuando leía el desenlace de la historia y las interacciones de ambos protagonistas.
Cuando estuve dentro del majestuoso edificio, camine a paso apresurado hasta el mostrador donde se atendían a las personas. Pero mi ceño se frunció en señal de confusión cuando vi a la persona que me atendería, principalmente porque ya se me era conocida.
—¿Arthur? —Él se encontraba de espaldas a mí y apenas escucho mi voz, se giró en un movimiento rápido.
—¿Pasita?, digo —murmuró—; hola, Brisa. —en su boca se formó una sonrisa traviesa. Se estaba burlando de mí.
—¿Trabajas aquí? —inquirí, ignorando ese apodo extraño. Él asintió en respuesta, y su sonrisa se ensanchó aún más si es que se podía—. Vengo cada cierto tiempo, ¿cómo es que nunca te he visto por aquí?
—La persona que suele atender está de reposo, ha tenido un accidente y ahora no puede trabajar —explicó—. Yo también trabajaba aquí... pero en la bodega, descargando cajas y ayudando a ordenar todo. —Se apoyó en el mostrador.
Tarde unos segundos en responder.
—Yo, bueno —suspiré—, me comentaron que hoy llegarían nuevos libros. Vine a comprar uno en específico.
—¿Cómo se llama el libro, pasita? —inquirió sin mirarme, ya que se encontraba tecleando en la computadora.
Si seguía llamándome de esa forma, me iría a comprar el libro a otro lado.
—El Huésped —respondí, en un tono serio. Él mantuvo su sonrisa todo el tiempo, al parecer a alguien le gustaba molestarme.
—¿El huésped? De acuerdo, —hizo una breve pausa antes de continuar hablando—. Ya se encuentra en los estantes, ¿podrías esperarme un par de minutos mientras busco el libro? —asentí en respuesta. Seguido de eso, él desapareció detrás del mostrador.
Yo recorrí el lugar con la mirada, siempre me había gustado la arquitectura de este tipo de edificios, los techos altos y esos detalles que hacían al lugar una obra de arte. Por eso me encantaba comprar aquí.
Arthur volvió minutos más tarde, con varios libros en sus manos.
—Bien Brisa, aquí está el libro que pediste —lo señaló —, y me tome la libertad de traer un par más de lo que podrían gustarte —murmuró poniendo dos más sobre el mostrador.

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Yo te cuido [#PGP2023]
De TodoEn los días en los que los conocí estaba pasando por algo difícil: una ruptura después de una relación larga. Llevaba alrededor de unos cinco meses lidiando con ello y... no me estaba lleno tan mal, al menos desde mi punto de vista. Él también pasa...