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—¡No me gusta! —exclamé con frustración. A mis espaldas, Nakia soltó un fuerte suspiro mientras llevaba una de sus manos a su rostro, ella estaba igual de frustrada que yo y la entendía.

Hoy era el día en el que conocería a los padres de Arthur, él me había dicho que todos cenaríamos juntos y no podía estar más emocionada por conocerlos.

Con ese compromiso pendiente, me comuniqué con Nakia para que me ayudara a comprar un vestido que fuera adecuado para la cena, si bien tenía bastantes vestidos en mi armario que me hubieran servido para la ocasión, no quería usar alguno de esos, porque Arthur ya me había visto con la mayoría de esas prendas o eran muy sencillos para la cena.

Ella coincidió con que necesitaba algo nuevo e innovador para dar una buena impresión. Sin embargo, después de media mañana de compras y de tres tiendas descartada, no encontrábamos algo que me gustara lo suficiente como para comprarlo. Ella quería que me probará cosas algo cortas y descontadas, y yo prefería algo más modesto y neutro para su gusto.

Por eso era que habíamos horas comprado sin resultado, por las diferencias de opiniones.

—¡Es el vestido número veintitrés! —exclamó con drama y molestia.

—Pero, ¡no me gusta! Y si no me gusta, no lo usaré —hablé haciendo una mueca y volví a mirar el vestido.

El vestido era de un color entre azul y gris, era bastante ajustado a mi cuerpo, haciendo que resaltaran mis curvas, era corto... muy corto a mi parecer y ni hablar de la espada, estaba a la vista de todos. Era un vestido bonito, pero no el indicado para conocer a los que muy posiblemente terminarían siendo mis suegros.

Y ella quería que lo comprará.

—Se te ve bonito —comentó ella mirando fijamente el vestido, si es que así se podía llamar.

—Si me agachó, se me va a ver hasta el alma. Este está descartado y punto —hablé mientras caminaba de mala gana en dirección al probador.

—Bien —suspiró con resignación —, allí está otro vestido, si no es ese ya ninguno lo será y tendremos que continuar nuestra búsqueda en otra tienda —Asentí antes de entrar al probador.

Al ingresar al pequeño espacio, me aseguré de cerrar correctamente la cortina de tela gruesa que sirve como puerta. La verdad, al ser la primera tienda que no posee puertas en los probadores, le tenía poca fe y desconfianza, pero después de ver que el exterior no se veía y que había alrededor de dos o tres personas vigilando afuera, tuve más seguridad a la hora de ingresar.

A dentro, estaba el dichoso vestido colgado a un lado de los otros, el cual reconocí porque era el único de todos que no me había probado.

Era un vestido de color negro con una fina tela de tul por encima, me recordaba a la noche oscura con muchas estrellas, era de tira finas y un escote de corazón que era bonito sin llegar a ser vulgar, se ajustaba a mi cintura y caía de forma simple hasta mis rodillas.

Era bonito.

Con la esperanza de que este fuera el elegido y que esta búsqueda para encontrar el dichoso vestido no fuera en vano, me lo coloque animada, intentando ser cuidadosa. Cuando abrí la cortina, allí estaba Nakia mirando su celular.

—Nakia —la llamé—, este me gusta mucho.

Me pare al frente del espejo. Al mirar mi reflejo, observe que el vestido se amoldaba de forma correcta a mis curvas. Me gustaba mucho como me quedaba.

Al despegar su mirada del celular, su expresión paso de aburrimiento a incredulidad.

—Si no es ese, no es otro —murmuró con la vista muy fija en la ropa.

Yo te cuido [#PGP2023]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora