Miraba por la ventana de mi habitación, estaba observando todo con mucha atención y de vez en cuando, tomando fotografías, tanto con la cámara profesional y la instantánea. Había decidido que un par de esas fotografías conformarían el portafolio que me habían pedido y que en menos de dos meses tendría que entregar.
Si fuera por mí, hubiera seguido toda la tarde, porque me sentía bastante cómoda y relajada cuando tomaba fotografías. Sin embargo, era la tercera vez que detenía la alarma que indicaba que ya tenía que arreglarme para el trabajo.
Así que, desanimada por no poder seguir, caminé a paso lento a bañarme, aunque después comencé a apurarme, ya se me estaba haciendo bastante tarde y posiblemente llegaría unos minutos después de la hora en la que llegaba usualmente a trabajar.
Cuando salí de mi apartamento, opte por tomar un taxi para poder apresurarme y llegar a tiempo, era justo el mismo que había tomado cuando fui a la universidad. Cuando se detuvo, me apresure para pagar y bajarme del auto, porque aunque había llegado en tiempo récord, aún estaba unos cuantos minutos sobre la hora.
Al ingresar, la campana característica del café, sonó indicando mi llegada. Inmediatamente, recorrí con la mirada el lugar y una muy ajetreada Sarah suspiro agradecida por mi llegada, el café estaba lleno, que yo estuviera allí era de mucha ayuda para ella y Alec.
Después de dejar mis pertenencias en donde correspondía, me puse manos a la obra y comencé a atender las mesas que me correspondían.
Solo deseaba que este día no fuera tan ajetreado.
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.Cuando la última persona que se encontraba en una de las mesas, abandono el lugar, suspiramos aliviados. Hoy no había sido un día tranquilo, había sido todo lo contrario, agitado y ocupado.
Mi espalda dolía mucho y ni hablar de mis pies, pero mi parte favorita del trabajo, solía ser esta, que cuando todos los clientes se iban, Arthur me venía a buscar y juntos íbamos a su casa o a la mía a conversar y cenar juntos. Sin embargo, me pareció un poco raro que ya se hubiera acabado mi hora de trabajo y él no estuviera aquí. Arthur era una persona muy puntual, pero intenté no preocuparme.
Cuando cerramos el café entre los tres, ellos me preguntaron si no quería irme sola a casa, a lo que les respondí de forma amable que no tardarían en venir por mí y que no se preocuparan.
Ellos asistieron y se despidieron de manera cariñosa, yo intenté mantener la calma mientras veía como su silueta se perdía en una esquina que estaba a una buena distancia de donde me encontraba. Me repetía mentalmente que él no tardaría, que le había surgido un inconveniente y que pronto estaría aquí.
Alrededor de veinte minutos después, seguía parada en el mismo lugar, y Arthur no daba señales de vida. Lo había intentado llamar varias veces, sin embargo, él no atendía su teléfono. No quería creer que él estuviera ignorándome sin más, pero después de llamarlo una tercera vez entendí que talvez era así.
Ya estaba anocheciendo, la calle estaba parcialmente oscura, y aunque este lugar no era peligroso, el recuerdo de ser perseguida por un hombre desconocido que tal vez no tenía buenas intenciones, se repetía una y otra vez en mi mente. Era un hecho que Arthur no vendría y si me quedaba aquí a esperar, sería mucho más peligroso para mí.
Yo suspiré con fuerza y armándome de valor, comencé a caminar a paso apresurado a mi casa. El miedo que sentía no era algo comparado con lo molesta que estaba, mínimo debió avisarme para que yo pudiera resolver por mi cuenta.
Ni siquiera entendía por qué demonios no me contestaba los mensajes y las llamadas, esta mañana habíamos hablado y no parecía molesto. Talvez eso había cambiado en las siguientes horas, pero nada de eso tenía sentido, simplemente no era algo que él haría aun si se encontraba molesto.
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Yo te cuido [#PGP2023]
RandomEn los días en los que los conocí estaba pasando por algo difícil: una ruptura después de una relación larga. Llevaba alrededor de unos cinco meses lidiando con ello y... no me estaba lleno tan mal, al menos desde mi punto de vista. Él también pasa...