XIII

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YANGMI

—Yangmi despierta —abrí mis ojos y vi a IU bastante agitada.

—¿Que ocurre? —bostecé estirando mi cuerpo, aún quería dormir por más tiempo, mis pies me dolían tanto que no pude descansar casi en toda la noche y ahora que me había quedado dormida viene ella y me despierta.

—¡Apresúrate! ¡Vístete rápido! Mi hermano está que se lo llevan los demonios, solo quedas tú por bajar —recordé de pronto lo del viaje y lo que me dijo de que no me esperaría, que me levantara temprano.

Salté de la cama con el pecho agitado y me puse un pantalón y un jersey que tenía en mi silla, IU cogió mi abrigo y salimos corriendo escaleras abajo. Cogía mi pelo en una cola alta mientras iba por el exterior pisando el manto de nieve que había en el suelo.

¡Madre mía, la que me esperaba!

Cuando llegamos los coches estaban en la puerta y me quedé parada mirando en cual subirme.

—Tú vas con mi hermano y Kendall en ese —me señaló el más grande de todos. Claro uno tan grande cómo su ego pensé, rodé mis ojos— yo iré con los demás —salió corriendo y yo hice lo mismo.

Abrí la puerta con cuidado, no fuera a ser que su enfado me mandase lejos.

—Buenos días —dije bajito.

—Buenos días Yangmi —me dijo Kendall que estaba subido de copiloto.

El señor Jeon estaba tan tenso que ni siquiera me saludó. Tenía los dientes apretados y se marcaba su gran mandíbula.

Me senté a su lado en silencio, no había que alborotar a la fiera.

Cuando llevábamos un tiempo de camino noté su mirada. Me giré y allí estaba mirándome fijamente.

—Te gusta desesperarme ¿A que sí? Por eso lo haces, lo sé, lo intuyo —dijo y suspiró con fuerza.

—Yo no sé de qué me habla la verdad —le dije levantando mis hombros intentando dejar la conversación.

—Déjalo da igual —la voz que soltó me decía que de igual nada.

Empezaron a hablar Kendall y él en ruso como siempre hacían para que yo no me enterara de la conversación que tenían.

JUNGKOOK

—¿Crees que ella aguantará lo de ésta noche? —me preguntó Kendall y relajé mis músculos. Yangmi tenía el poder de alterar mis nervios.

—No sé, pero tengo que hacer que la vea el senador Adams, así se preguntará el porqué se parece tanto a la mujer de su vida ¿No me dijiste que la madre de Yangmi y el senador fueron amantes y de los que no se olvidan?

—Sí, por lo visto se conocieron en una fiesta cuando iba con el padre de Jimin y desde entonces fue de ese modo —me explicó Kendall.

Para mí, mi socio era alguien fundamental en mi vida, él siempre encontraba las respuestas a todo lo que necesitaba saber.

La miré y se había quedado dormida, era un caso de niña, le encantaba dormir. La dejaría así y que descansara porque ésta noche sería bastante agitada e importante para mí.

Íbamos hacia una fiesta donde estarían las personas más influyentes dentro del mundo donde el dinero era lo más importante. Entre mafiosos, políticos y diplomáticos había un tira y afloja que nadie ponía remedio. Nada era oficial, todo se hacía en la oscuridad, pero de ahí salía parte de nuestro poder. Ese que llamaban bueno y malo y que nada tenía el significado que la gente de a pie creía.

Todos nos necesitabamos en éste miserable mundo, todos teníamos que tener cubiertas las espaldas en caso de que algo nos hiciera falta del otro.

Las fiestas eran clandestinas, solo las personas que íbamos lo sabíamos. Se hacía con fuertes medidas de seguridad, las salidas y entradas estaban custodiadas.

Dentro del edificio no se podía portar ninguna clase de arma, estaba totalmente prohibido, solo la seguridad tenía permiso para hacerlo. Es que con lo que se concentraba en el lugar sería la tercera guerra mundial si alguien sacaba una a relucir.

El senador Adams me respetaba por mi posición y me temía, eso lo sabía. Pero se hacía el altivo conmigo por el odio hacia mi padre que tuvo en el pasado. Ahora le enseñaría quién mandaba y tendría que entender que a mí nadie me la jugaba sin ser castigado.

Llegamos al fin al hotel dónde nos alojaríamos antes de la fiesta, habían pasado dos horas y ella seguía durmiendo como si nada.

—Yangmi despierta hemos llegado —toqué su mejilla que era tan suave que hizo mover mis más bajos instintos. Paré de golpe por notar mi erección moverse. Nunca le haría ver lo que me provocaba porque era una menor.

No podía tener tales pensamientos con ella, eso sería vil de mi parte. Tenía comiendo de mi mano a todas las mujeres que me daba la gana poseer, así que a ella no la tocaría jamás de ese modo.

Abrí la puerta y salí fuera, la cerré con fuerza para que se despertara.

Aunque no pudiera tenerla como a una mujer disfrutaría verla como la niña que era. No tardaría en salir desconcertada.

Me fui hacia su lado despacio y mientras ponía bien los botones de mi abrigo porque estaba nevando y hacia frío, la vi salir toda desorientada. Esto es lo que os digo que ninguna podrá igualar jamás, su inocencia.

Andaba sin rumbo por la nieve a mi alrededor sin saber que yo la miraba de cerca, hasta que se dió cuenta de mi presencia y paró en seco para mirarme. Yo le hablé serio.

—¿Podemos ya entrar al hotel, o nos quedamos otro rato deambulando por aquí? He estado esperando que despertaras por una hora, ¿no es suficiente tiempo para tí?—empecé a poner mis guantes negros mientras ella se frotó los ojos.

—Lo siento señor Jeon —me hizo unas cuantas reverencias que dejaron latiendo mi corazón.

—Vamos anda Jungkook —pasó riendo Kendall por mi lado palmeando mi hombro— eres todo un caso amigo —se fue hacia el hotel dando carcajadas.

Cuando seguí a Kendall ella lo hizo también sin hablar. Quise aminorar mi paso para que no fuera corriendo.

Cuando llegamos a recepción ya estaban los demás esperando.

—IU tú irás con Yangmi y espero que estéis preparadas para las siete —la miré serio y ella miró hacia otro lugar. Sabía que mi molestia iba por llegar tarde anteriormente.

Seguro tendría infinidad de cosas que decirme pero no dijo nada.

Subimos a nuestras habitaciones, yo estaba con Kendall en la misma, al lado de las dos, no quería perderlas de vista.

Quité mi abrigo y me acomodé en el sillón, mi amigo hizo lo mismo en otro cerca de mí, me miraba atento.

—¿Que te ocurre con esa chica? Nunca te he visto tratar a ninguna de ese modo —el muy astuto sabía de lo que hablaba.

—No digas bobadas, es solo un amuleto para mis propósitos —lo dije todo normal.

—Si claro, y ahora voy yo y me lo creo, solo quiero decirte que ella no es Nina, creo que te hace recordarla demasiado amigo —lo miré agitado por hacerme recordar el pasado, uno muy doloroso.

—Eso está enterrado, lo sabes, no me gusta hablar de ello —dije incómodo.

—Jungkook si te enamoras de nuevo y le ocurre algo volverás a caer otra vez como lo hiciste en ese tiempo, y no quiero volver a ver eso —cerré mis ojos por el dolor que me producía aquel recuerdo.

—Yo no me volveré a enamorar nunca lo hice una vez y con eso tuve suficiente —me levanté y fui hacia el ventanal para mirar la ciudad— Nina no se merece que haya otra mujer en su lugar Kendall, me lo prometí y lo cumpliré...

Mafia Jungkook. Mi Vida, Mi AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora