XIV

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YANGMI

No sé lo que me estaba pasando últimamente pero ver al señor Jeon se estaba volviendo mi tortura.

Sus desprecios me dolían y su forma de hablarme ya no la soportaba.

Yo no hacía nada malo, encima él quiso tenerme retenida a la fuerza aunque nunca me hubiera hecho daño.

Tendría que odiarlo y sin embargo me estaba gustando cada día más. Verlo se me estaba haciendo imprescindible y cuando lo pensaba me sentía de lo peor.

Me lo reprochaba a mí misma todos los días, ¿Cómo puede gustarte alguien que piensa privar tu libertad hasta saber cuándo? ¿Como puedes pensar en el que te habla siempre menospreciando todo lo que haces?

—TN mira los vestidos que nos ha comprado mi hermano —IU llegaba a la habitación cuando yo había salido del baño después de haberme dado una ducha.

Extendió en la cama dos vestidos preciosos. El mío era de color plateado, corto y de tirantes.

—¿Pero para qué quiere llevarnos a esa fiesta? —le pregunté nerviosa, yo nunca había estado rodeada de gente como él, de ese mundo con tanto dinero.

—Pues en realidad ni idea, él nunca me ha llevado a ninguna y tampoco lleva a mujeres a esas fiestas de gente importante —de pronto suspiró triste—. A excepción de Nina por supuesto —fue como si hubiese lanzado un pensamiento o un recuerdo que dolía.

—¿Nina?

—Yangmi si te cuento ésto prométeme que nunca se lo dirás a mi hermano —me dijo acercándose a mí muy seria.

—No se lo diré, te lo prometo —alcé mi mano para que viera que decía la verdad.

Cogió mi mano y nos sentamos en la cama. Sabía que iba a decir un secreto muy secreto, su aspecto me lo decía.

—Nina era su novia y la asesinaron —abrí mis ojos impactada por lo que me estaba contando—. No sabes lo mal que lo pasó, creíamos que iba a suicidarse y todo, porque no salía de su despacho para nada, bebía sin control y destrozó completamente el mobiliario.

Yo no sabía que decir, habría sido una etapa difícil en su vida, me quedé afectada por saber que aunque parecía frío y sin sentimientos, tuvo como todo hombre un amor en su vida.

Nos arreglamos con tiempo para estar listas a la hora que nos dijo, no quería volver a cometer el error de llegar tarde.

Llevaba mi abrigo en el brazo para ponérmelo al salir del hotel, ya que haría frío en el exterior.

Estábamos en el pasillo cuando lo vi salir de su habitación. Iba vestido con su traje negro impoluto, era tan imponente y guapo que miré hacia otro lado porque mis mejillas se volvieron rojas de pronto.

—Menos mal que ésta vez me habéis hecho caso —dijo con su peculiar seriedad.

Luego salió Kendall.

—¡Dios! Chicas estáis espectaculares —abrió los ojos con agrado y nos dedicó una gran sonrisa, le dimos las gracias.

—¡Vamos a quedarnos aquí mucho más! —soltó de pronto el señor Jeon, esperaba que dijera algo bonito, ¿Porqué era de ese modo cuando yo estaba a su lado?. Me dolía, tenía que parar mis pensamientos de una vez por todas sino quería quedar atrapada en algo que no podía ser.

Llegamos a la fiesta en el coche más impresionante que nunca había visto. Yoongi y Taehyung ya estaban esperando. Los dos muy guapos con sus trajes de corte elegante.

El señor Jeon empezó a hablar con Kendall en ruso, que mal me caía eso, no entendía nada de lo que decía.

Me fui con los demás un poco apartada de él.

JUNGKOOK

—¿Habrá venido ya el senador? —miraba por todos lados pero no lo veía.

—Aún es pronto —dijo Kendall.

Miré a Yangmi y estaba hablando con Yoongi y Taehyung. Estaba tan bonita joder, le compré ese vestido porque sabía que en su cuerpo se vería espectacular.

Cuando la vi tuve que luchar para que no saliera por mi boca lo que pensaba, últimamente tenía que luchar conmigo mismo demasiadas veces para no escupir lo que me estaba afectando tenerla tan cerca.

Era un hombre y ella me atraía, pero no podía dejarme llevar por mis pensamientos, si le llegase a pasar algo sufriría de nuevo, además le prometí a Nina que sería mi único amor.

—Ahí está —vimos llegar al senador Adams.

Fui a toda prisa a por Yangmi.

—Ven conmigo —le dije y cogí su mano, ella me miró con los ojos muy abiertos.

—¿Dónde vamos? —no le contesté, solo la llevaba andando a mi lado.

Nos pusimos a su lado y él se percató de su presencia. Tragaba fuerte mirándola. Le había impactado y yo disfruté por saber lo que estaría sintiendo.

Vas a caer hijo de puta, reí internamente.

Se iba acercando a nosotros.

—Buenas, señor Jeon —me habló a mí pero sin dejar de mirarla a ella, su cara era de un color grisáceo.

—!Oh! Senador no lo había visto —le saludé distraído.

—¿Quién es ella? —me dijo sin rodeos.

—Es mi prometida —Yangmi quiso soltar su mano pero yo se la agarraba con fuerza.

—Vaya es un hombre con suerte señor Jeon —su seriedad asustaba.

—¿Verdad que sí? Lo soy...

YANGMI

¿Pero qué estaba diciendo? ¿Se había vuelto loco? ¿Su prometida?

—¿Cómo te llamas? —me preguntó el hombre que estaba a nuestro lado y que no conocía de nada.

Iba a decirle cuándo Jungkook me interrumpió.

—No le decimos a nadie su identidad, es por protección ¿Sabe?

Ni hablar me dejaba.

Me estaba cansando, por un momento saqué mi genio escondido. Cogí su mano con mi otra mano y apreté fuerte, conseguí separarme.

—Voy al baño —dije molesta.

Sin decir nada más me volví para irme.

—¡Yangmi vuelve! —¿ Me estaba gritando? La gente de alrededor nos miraba.

—¡Voy al baño he dicho! —me giré y lo miré de malas formas.

Él quiso andar con su respiración agitada y enfadado, pero ese hombre lo cogió del brazo y lo paró. Yo aproveché para irme.

Quería irme de allí, quería irme con mi hermana y con mis amigas. ¿Porqué tuvo que ir a por mí? Ya me estaba cansando su actitud.

Cuando me vi en el pasillo y ante mí estaba la puerta de salida tan cerca, no lo dudé, tenía que escapar, tenía que huir, allí no estarían sus hombres. Tenía una oportunidad y había que aprovecharla.

Corrí todo lo que mis malditos zapatos de tacón alto me permitían, mi miedo se desvaneció por un momento, me sentía capaz de conseguirlo.

Bajé las largas escaleras a toda prisa y quité mis zapatos cuando llegué al final, la nieve no me dejaría avanzar con ellos puestos.

Estaba congelada porque el abrigo lo había dejado atrás, pero no podía parar.

Me metí por una arboleda.

—¡Yangmi! —gritaban mi nombre y era el señor Jeon que venía corriendo detrás de mí.

Me escondí detrás de unos arbustos, mi corazón quería salir de mi cuerpo.

Lo escuché ya más cerca de mí. Veía su silueta entre los arbustos, mi cuerpo temblaba de frío.

—¡¿Dónde mierda estás?! —decía a voces— ¡¿Sabes lo peligroso que es que te separes de mi lado?! ¡Maldita sea Yangmi! —me estaba dando miedo su actitud y sus gritos...

Mafia Jungkook. Mi Vida, Mi AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora