Mafia Jungkook. Mi Vida, Mi Amor

NUEVA ERA (MAFIA JUNGKOOK)

YANGMI

La mesa era bastante grande, todos los asistentes estaban sentados a su alrededor. Llegué todo lo altiva que pude aunque en mi interior lidiaba con no meter la pata por los nervios que tenía.

Jungkook estaba sentado en el sitio principal, eso se notaba porque su sillón era mucho más grande que el de los demás, el respaldar se alzaba tras él y se veía una figura salir en alto. Era un dragón dorado, me pareció majestuoso, y además lo veía allí sentado mucho más intimidante de lo que podría haber imaginado.

Pero es que nunca había estado en este lugar antes, y sabía que tendría que verse como el mejor ante todos. Y ante mis ojos lo era, os juro que lo era.

Me quede de pie y me sentí observada por todos. Había hombres de avanzada edad, aunque pude ver caras conocidas que eran los jóvenes del grupo.

Vio a Kim Taehyung, llevaba mucho tiempo sin saber de él, había hecho su vida con IU la hermana de Jungkook y nos veíamos poco, pude también divisar a mi hermano Jimin que me dedicó una sonrisa y eso me tranquilizó. Kim Namjoon y Min Yoongi también estaban sentados mirándome fijamente.

—Hoy nos encontramos aquí para presentaros a mi futura esposa, ella es Park Yangmi —Jungkook empezó a hablar, lo hacía de forma directa y sin rodeos— pertenecerá a nuestro Clan, será entrenada para llevar a cabo una misión en la que yo también participaré.

Se miraban unos a otros pero no decían nada.

Yo seguía allí de pie, no me habían dicho que me sentara y sabía que hoy no podría hacerlo, aún no era parte de ellos.

En la noche anterior Jungkook me dijo todo lo que debía hacer para que los componentes de la mesa votaran a mi favor, podría ser parte de ellos cuando todos lo decidieran.

Iba vestida con una toga larga hasta los pies con capucha de color negro, con ésta tapaba mi cabeza y mi pelo largo que había cogido con una cola alta. No tenía maquillaje en mi rostro y unos zapatos de esparto terminaban con mi atuendo algo peculiar. Parecía parte de una hermandad o algo parecido. Lo que ocurre es que no era una universitaria que fuera a ser elegida por un puñado de adolescentes, esto era mucho más serio y peligroso.

Jungkook se levantó y se inclinó un poco poniendo sus dos manos abiertas encima de la mesa, miró uno a uno a los hombres para luego mirarme a mí.

—Señorita Park ¿Está dispuesta a dar su vida por nuestro Clan?

—Sí...lo estoy —mierda, estaba muy nerviosa.

—¿Sabe que si la atrapan no podrá hablar nada de la vida a la que va a pertenecer? ¿Aunque sea torturada o ultrajada... —ésto último le dolió enormemente decirlo y por eso paró un poco— ...aunque quieran asesinarla no podrá nunca delatar a nadie del Clan?

—Lo sé, y daré mi vida por cada uno de los que pertenecen a ésta gran familia si fuera necesario —que bien me había quedado pero él no me demostró ni un ápice que se sentía orgulloso de mí, estaba allí serio e inescrutable.

—A partir de hoy, si es aceptada por todos, iniciará su entrenamiento, será adiestrada por mí mismo, le enseñaré a ser despiadada con los que nos quieran arrebatar el territorio y con los que quieran hacernos daño, además no tendrá piedad con los que se atrevan a mirarla mal siquiera, yo me encargaré encarecidamente de ello.

Joder, eso había estado muy bien. Me sentí protegida. Pero aún quedaba mucho para sentirme segura de mí misma y eso dolía mucho en mi interior.

—Yo ya he dicho todo lo que tenía que decir, ahora espero que todos estéis de acuerdo con mis deseos —siguió diciendo mirando duramente a todos.

Se escucharon voces en tono bajo, todos hablaban unos con los otros. Jungkook me miraba serio, en ningún momento lo vi nervioso. Yo tampoco quise sonreírle, aquí no estaba en un lugar donde pudiera hacerlo con naturalidad.

De pronto se hizo el silencio, el hombre más mayor y que fue subordinado del padre de Jungkook se levantó de su asiento. Eso me dijo él que era ese hombre, uno de los más importantes pero con el que había que tener más cuidado.

—Después de escucharte y de sopesar los pros y los contras, tenemos que decir que la mayoría hemos decidido que apoyaremos tu decisión Jeon, pero en el momento que ella sea una amenaza para todos nosotros será expulsada, quedará sola ante lo que se le venga, y si tú decides ayudarla y poner en peligro al Clan, quedarás fuera de él también, serás la vergüenza del apellido Jeon. Espero que entiendas que no podemos poner en riesgo todo lo que hemos conseguido. Ya esto en sí es algo que nunca había ocurrido.

Me entró un escalofrío, por mi sed de venganza él podría ser recordado cómo un parásito en su sociedad mafiosa, si llegara a ayudarme cuando fuera repudiada por todos ellos, no sería nadie en el mundo al que pertenecía.

Él miró de frente a aquel hombre que lo había retado delante de todos y le puso una sonrisa torcida.

—Espero que si ese día llegase sea usted mismo el que me lo comunique, quiero que usted me diga que me vaya de mi liderazgo —su porte, su frialdad despiadada y su voz al soltar esas palabras hicieron al otro tragar la saliva con dificultad.

No dijo nada más y se sentó nervioso, Jeon Jungkook no era un ser insignificante, eso lo sabían todos y lo había demostrado una vez más. Mi orgulloso señor Jeon le dejó claro porqué tenía el puesto que ostentaba.

Me miró otra vez. Sólo yo hice que se rindiera a mis pies en la intimidad, yo si conocía de él esa faceta tierna que escondía al mundo. Y ahora por causas de un hombre repugnante no podía estar con él de esa forma. Eso nos estaba separando poco a poco.

—Sin más que decir, desde hoy tenemos una nueva integrante, Park Yangmi —me llamó— serás una de nosotros, espero que no tengamos que arrepentirnos de la decisión que se ha tomado por la mayoría en el día de hoy.

—Haré con mi esfuerzo que todos estéis orgullosos de mí, nunca nadie se arrepentirá de su decisión.

Me volví sobre mis pies dándoles la espalda y salí por la puerta.

Empezé a andar algo más rápido de lo habitual para llegar hasta mi dormitorio, entré con urgencia y cerré la puerta de golpe. Mi espalda estaba pegada en ella y puse mi mano en el lado donde late mi corazón, porque me latía con tanta fuerza que creí que saldría de mi pecho a toda velocidad.

Ahora, en éste momento pertenecía a una de las mayores cúpulas de la mafia.

Park Yangmi podría completar su venganza al fin...