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Ya estaban los cuatro en el mismo lugar, debajo de tierra se encontraban ya muy cerca de verse por fin, después de bastantes días.

Yangmi y Jungkook Junior estaban en muy malas condiciones, nadie los atendía ni echaban cuenta de ellos, la comida y el agua eran escasos, aguantaban como podían uno al lado del otro.

Pensaron en las palabras que les dijo aquel anciano loco y no entendían nada. ¿Cómo iban a conocerse sus padres? ¿De qué y por qué?

—Ven aquí —le dijo él y le puso la cabeza en su pecho golpeado y desnudo, tenía varias heridas y unos morados bastantes feos a causa de los golpes tan fuertes que le propinaron aquellos hombres de nacionalidad china, estaba peor que ella por ponerse delante para protegerla cuando quisieron agredirla. Se encontraban tirados en el suelo, Jungkook apoyaba su espalda en la pared y ella echada en su cuerpo lo abrazaba. Le tocó el brazo tatuado con delicadeza, suspiró y atentamente repasó la tinta, la recorría con sus dedos.

—¿Cuando empezaron los tatuajes a llenar tu brazo? —cansada y agotada por todo lo que estaban pasando le preguntó con voz cariñosa.

—Cuando vi a mis quince años unos chicos mayores con dibujos espectaculares me dieron ganas de hacer lo mismo que ellos —le dijo acariciándole el pelo con delicadeza.

—¿Qué significado tiene para tí éste? —tocaba una frase que había tatuada en forma de equis cerca de su muñeca derecha, estaba escrita en un idioma que ella no conocía.

—Esa que tocas es un rezo de Afganistán, mi madre lo canta cuando quiere parar un mal pensamiento o sacar el miedo de su cuerpo — pensó que en éste momento estaría en su intimidad cantando sin parar, eso lo puso triste.

—"Aires oscuros de la noche, aires que rozan mi piel enferma, salid de mi cuerpo desnudo el cual queréis poseer" —le susurró la frase en su idioma natal cerca de su oído para hacerla estremecer.

No muy lejos de allí el señor Jeon cargaba a  Yangmi en su espalda.

—Tengo miedo —escuchó él de pronto en su oído.

—Mientras estés cerca de mí no te pasará nada, te lo he dicho tantas veces que ya me cansa decírtelo —le habló con desesperación.

—No es eso, no tengo miedo de morir —se echó en su hombro y suspiró— tengo miedo de vivir.

Jungkook paró por un momento y echó su rostro al lado de donde ella lo tenía. Sus labios quedaron cerca y sus ojos también.

—¿A que viene esa tontería?

—No es una tontería es que cuando salgamos de aquí estará tu mujer esperándote —le dijo dolida.

—Señor Jeon están ahí los dos, los tienen encerrados en un pequeño habitáculo —era Yoongi Junior que llegó hasta ellos hablando bajito.

Yangmi tocó el hombro de Jungkook para que la bajase y éste la dejó despacio en el suelo.

—El soldado que va delante para inspeccionar el terreno los ha visto.

—¿Están bien? —ella se puso ansiosa.

—Tranquila —le cogió la mano y miró al muchacho— ¿Cuando entraran a por ellos?

—Van a sopesar los riesgos y contar cuantos hombres hay, pero......

De pronto una voz en off se escuchó en la cueva  dejando a todos en silencio.

"Bienvenido Jeon....cuanto tiempo sin saber de ti"

Todos miraron a Jungkook incluida ella— ¿Quién es? —le preguntó mirándolo asustada.

—Un viejo amigo, uno muy viejo ¡Maldito! —apretaba sus puños él con rabia.

"Tengo dos pimpollos aquí que seguro queréis ver, pero no me gustan las visitas que vienen con tanta gente porque no tengo sillas para todos'

Se oía una risa estridente, los soldados se miraban unos a otros sin entender.

Jungkook maldecía internamente, sabía que su hijo y la hija de Yangmi iban a pagar por su pasado, ese tipo no le perdonaba que hubiera puesto a Jimin en su lugar, ansiaba el sillón del dragón dorado y la humillación de ese día se la cobraría ahora.

—¿¡Qué es lo que quiere ahora después de tanto tiempo!? ¡Maldito seas! —dijo en un grito desesperado, miraba  por todas las paredes rocosas, sabía que el malnacido estaba viéndolos, dió con una de las minúsculas cámaras y se la acercó a la cara, mirando  despiadamente a través de ella le dijo— por muchos años que hayan pasado soy el mismo de antes y cuando lo coja lo mataré cómo el perro que siempre ha sido, como tenga la osadía de hacerle daño a alguno de los dos lo voy a desmembrar lentamente, le arrancaré la piel a tiras y luego le arrancaré el corazón de cuajo, lo haré con tanta crueldad que estará implorando piedad hasta su último suspiro, eres un parásito que tenia que haber destruido el día que me habló como lo hizo pero ahora tienes algo de mucho valor para mí y lo siento pero llegó tu sentencia de muerte.

Los soldados al escuchar aquellas palabras dichas con tanta autoridad se quedaron con los ojos abiertos y lo miraban con admiración, parecía un guerrero fiero, alguien que sabía de lucha y disciplina militar.

Yoongi junior sonreía con complicidad porque sabía quién era aquel hombre que se erguía con furia al hablar, su padre le había contado mucho del gran Jeon Jungkook.

Yangmi empezó a tener miedo, llevaba tiempo sin ver su mirada despiadada y ahora se daba cuenta lo peligroso que era todo.

La voz se volvió a escuchar por el lugar.

"Si quieres matarme como dices tendrás que venir a buscarme, pero solo puede acompañarte ella, la zorra que te hundió en la vergüenza de tu clan"

La respiración de Jungkook era ya de un intenso que asustaba, quería arrancarle la lengua de cuajo y pisotear su cráneo hasta que se esparcieran sus sesos por todo el maldito  lugar.

—¡Iré solo! ¡A ella la dejas fuera de tus mierdas... malnacido!

"Por la cuenta que le trae será mejor que venga o sino....."

De pronto se escuchó otra voz que hizo estremecer a Yangmi.

—¡Mamá! ¡Estoy bien no te preocupes!

Ella al escuchar a su hija con ese tono que asustaba empezó a andar desesperada y dando voces hacia donde estaban los soldados.

—¡Voy por ti hija.... espérame!

Jungkook corrió hacia ella y la abrazó, la pegó a él con fuerza.

—No puedes ir.....te matará..

—¡Sueltame....es mi hija Jungkook!

—Lo sé amor, pero ese tipo te matará....tienes que entenderlo, déjame que yo me encargue de todo, los traeré sanos y salvos, te lo juro..

—¡No! ¡Tengo que ir! ¡Es mi decisión!

En ese momento una explosión a un lado de la cueva hizo derrumbarse el lado donde los soldados estaban, algunos quedaron atrapados y ellos dos quedaron tirados a un lado llenos del polvo ceniciento que inundó el lugar, Jungkook abrazaba a Yangmi protegiéndola con su cuerpo...




Mafia Jungkook. Mi Vida, Mi AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora