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Seul
Base militar Hwa-rang

Estaban Jungkook y Yangmi Junior separados del grupo intentando descifrar los símbolos chinos cerca del acantilado.

—Toma a ver si sabes tú lo que dice —ella le extendió el papel.

Él lo abrió y empezó a ver su significado, había aprendido algo de chino en su colegio cuando estaba en secundaria por mandato de su padre, pero fue pésimo, así que no sabía mucho.

—¿Qué dice? —Yangmi estaba muy impaciente y no controlaba sus nervios.

—Tranquila, que tengo que pensar un poco —dijo Jungkook mirándola con algo de desesperación.

Ella resopló.

Después de un rato levantó su rostro y clavó sus ojos en ella, eso la puso nerviosa, esa mirada la tenía confundida.

—Es algo de un arma, creo que pone misil —los dos se miraron.

—¿Un misil? ¿De guerra? —decía ella con los ojos abiertos.

De pronto divisaron a lo lejos dos siluetas vestidas de negro correr hacia ellos. Jungkook no tenía ni idea de quién eran pero ella sí, porque eran iguales a los hombres de la otra noche.

—¡Tenemos que irnos! —se notaba nerviosa y cogió el papel que el otro tenía en la mano aún y lo metió en su bolsillo.

—¿Quiénes son? ¿Los conoces? ¿En qué lío te has vuelto a meter? No puedo creer que siempre estés rodeada de problemas —la regañaba.

—¿Pero qué dices? ¡Si no quieres venir conmigo quédate y que te maten idiota! —le gritó ella y salió corriendo cerca de los acantilados dejándolo allí sin entender.

Al verla andar por una zona tan peligrosa salió deprisa en su busca.

—¡Ésto es demasiado! Haz el favor de venir "desastre" ¡Te romperás la crisma niña tonta! —le daba voces y la seguía.

Andaban por la línea que separaba el vacío y las rocas. Ella quería rodear el lugar para dejar atrás aquellos tipos que cada vez se acercaban más.

—¡¿Quieres hacerme caso por una vez desde que nos conocemos?! —la seguía desde cerca  intentando mantener el equilibrio para no caer en el abismo— al final caeremos los dos ya lo verás, que chica tan molesta eres —con sus brazos en cruz iban los dos.

—¡Quédate ahí esperando que te cojan y déjame en paz de una vez! —gritaba ella.

Desesperado por alcanzarla iba con un enfado brutal hasta que cambió su expresión a la de miedo por verla resbalar.

—¡YANGMI! —le gritó con todas sus fuerzas y dijo su nombre después de mucho tiempo.

Llegó hasta donde ella intentaba agarrarse para no caer.

—¡Dame la mano! —estaba tendido  y quería atraparla desesperado.

—¡Jungkook no puedo! ¡No puedo! —se iba escurriendo cada vez más.

Con una angustia que lo ahogaba él echó un poco más su cuerpo hacia donde estaba ella para atraparla, pero algo salió mal porque ella arrastró sus uñas por la poca tierra que tenía debajo de sus manos ya, después de intentar desesperada mantenerse agarrada no pudo más y cayó hacia abajo arrastrando a él que desesperado quiso cogerla.

Todo quedó en silencio de pronto y lo malo es que nadie sabía dónde estaban ellos dos, ninguno le dijo a sus compañeros dónde iban tan corriendo cuando hacían la carrera de todos los dias por la llanura.

✧⁠*⁠。El encuentro

Pasaron dos días y nadie sabía de su paradero, todo el mundo estaba desesperado por encontrar a los dos jóvenes. Los oficiales coreanos habían avisado a sus padres.

Yangmi recibió la noticia y creyó desfallecer, su hija no podía vivir lo que ella vivió, su hija era su tesoro más preciado y pensar que estaba desaparecida no podía soportarlo. Fue sola hacia la base militar para hablar con los responsables del cuartel. Eun Woo estaba en una misión y no pudo acompañarla, ni siquiera lo sabía aún.

Cuando llegó la estaba esperando Min Yoongi Junior.

—¡Señora Park aquí! —ella bajaba altiva pero destrozada del coche que su hermano Jimin le había preparado para llegar cuanto antes al lugar, su actitud siempre había sido la de no demostrar sus emociones y con el tiempo se volvió mucho más visceral.

Cojeando se acercó a aquel chico que era igual a su padre y una emoción que nunca creyó volver a vivir se le instaló en el pecho.

—Hola, mi hermano me dijo que me encontraría con el hijo de Yoongi —le puso una sonrisa— le pareces mucho a tu padre.

—Eso dicen señora —y le hizo una reverencia— la esperan en el despacho del mayor Chang.

Entonces Yoongi agachó su cabeza avergonzado.

—Señora, mi cometido aquí era cuidar de su hija y con dolor tengo que decirle que no pude cumplir la orden del señor Park....lo siento no tengo perdón.

Ella se dió cuenta que su padre había hecho un gran trabajo con él y tocando su hombro le habló.

—Conociendo a mi hija sé que nadie pudo hacer nada con su actitud desafiante y aventurera.

El otro la miró y vio el parecido de las dos, sus ojos eran iguales de inquietantes y aunque su piel denotaba los años pasados era muy hermosa aún.

—Vamos, llévame dónde me esperan —le puso una sonrisa que escondía un dolor inmenso.

Se fue detrás de él que iba despacio por ver que ella no podía andar muy rápido. Lo de su cojera la tuvo sumida en un horror enorme, no pudo seguir trabajando y para tener movilidad tuvo un esfuerzo constante durante años, terapias y gimnasio hicieron que pudiera andar.

Entró todo lo erguida que pudo al pasillo que la llevaba al despacho de aquel superior, no podía llorar, una expolicía no podía llegar como una simple mujer normal.....Yoongi paró ante las puertas y abriendo anunció su llegada.

—Señor —se cuadró primero— aquí está la señora Park Yangmi.

Suspiró y entró...lo primero que vio la dejó desconcertada, fue algo que nunca creyó que vería jamás. Dos ojos negros clavados en los suyos que la hicieron querer morir..... su señor Jeon estaba sentado en un sillón de piel negra, allí se quedó sin saber si entrar o salir corriendo. No podía creer que después de veinte años, después de tanto tiempo, después de que lo último que supo de él fueron aquellas palabras de la hoja de papel que tenia escondida en una cajita en su cuarto y destrozada de tanto leerla, estuviera de nuevo ante ella...

Mafia Jungkook. Mi Vida, Mi AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora