Kyle nunca fue bueno haciendo amigos, pero tras mudarse a Everless se encontrará con muchas personas que le cambiarán la vida. En especial uno, Alex.
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La infancia traumática que tuvo Kyle lo dejó con una marca de por vida, un trastorno de ansied...
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Brooke me llevó arrastrando por toda la cuadra, cuando finalmente se canso, soltó un gruñido y me soltó bruscamente.
—¡Ay, ya Kyle! —me gritó enfurecida—, ¿qué te da tanto miedo de allá?
—No, no —me sacudí—, si no me da miedo, a mi no me da miedo nada.
Me escuchaba tan fanfarrón, pero ya me estaba viendo como un cobarde y debía disipar las sospechas si quería conservar algo de lo que me quedaba de hombría.
—¿En serio...? —se cruzó de brazos y me miró con los ojos entrecerrados.
—Obvio —contesté entre risas.
—Mira, un insecto sobre tu hombro.
—¡Quítamelo, quítamelo! —solté un grito agudo.
—¿Decías Kyle?
—Lo que pasa Brooke es que tú quieres llegar y entrar por la puerta como sin nada, eso no se puede —le advertí muy serio—, pasar por esa puerta, es más difícil que pasar por debajo del puente que está resguardado por un troll.
—¿Nunca has entrado a la casa de Greg? Antes te la pasabas con él, me es difícil creerlo.
—Una vez entré, pero porque Alex iba conmigo.
—Ah, ya entiendo por dónde va la cosa —asintió con una sonrisa sospechosa de por medio—, Alex sacó sus encantos.
Yo asentí con la cabeza repetidas veces.
—Oye, ya sé lo que podemos hacer, le decimos que si nos deja pasar le conseguimos una cita con Alex.
—¡No! —contesté enojado y Brooke saltó sorprendida—, ¿quieres que sacrifiquemos a Alex?, ¿tú estás loca?
—Tranquilo Kyle, solo era un mal chiste. Obviamente no haremos eso.
—Pues eso no lo digas ni de chiste Brooke, no sabes lo loca que esta esa mujer. Además Alex apenas tiene dieciocho y...
—¿Qué? —Brooke estalló en risa—, ¿quién te dijo?, Alex ya tiene diecinueve, los cumplió en octubre.
¿Alex ya había cumplido años y no me aviso?, y en octubre, eso era reciente, apenas comenzábamos noviembre.
—¡Ese hijo de perra nunca me dijo que cumplió años!
—No te extrañes, ni te sientas mal. A él no le gusta celebrar su cumpleaños, ni que lo feliciten, ni nada. Ya sabes cómo es...
—Maldito bastardo... —mascullé con odio reprimido.
—En fin, volvamos a lo de ahora Kyle, ya luego le reclamas a tu novio.
Me volví a verla enojado y me di cuenta que ella estaba conteniendo su sonrisa burlesca.
