Capítulo 38: Todo es tan fragil

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«Me escuece la garganta»

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«Me escuece la garganta»

Fue lo primero que pensé luego de contemplar aquello que me causó tanto pánico. Codee a Alex, que estaba a un lado mío, para que mirara lo que yo. Aunque estuve a una nada de tomarle la mano, ya que sentí que en cualquier momento me desmayaría de la impresión y angustia que estaba sintiendo.

Ahí, en lo más alto de aquel estacionamiento de tres pisos estaba ese inseguro muchacho de aspecto frágil, Greg, quién amenazaba con tirarse.

Mi boca temblaba en busca de poder sacar una, cualquier palabra, pero no puede, me quedé mudo. Tomé la mano de Alex cuando sentí que me iba al piso.

—Kyle... —Él logró sostenerme antes de que cayera de rodillas.

—Greg, es Greg... —me decía aún atónito de lo que acababa de ver—, no... ¡debo ir, tengo que ir a detenerlo!

Me levanté pero por el ataque de ansiedad que estaba teniendo comencé a sentir un hormigueo en las piernas que me hizo tropezar varias veces en mi camino.

—¡Kyle espera! —Alex me alcanzó—, no puedes solo ir hasta allá y pararlo, Kyle... tenemos que pensar muy bien esto, ¿qué vamos a hacer y cómo?, porque él literalmente esta ¡al borde del edificio!

—¡No hay tiempo!, ¡no hay! Yo ya sé como terminará, hace rato que soñé esto.

—¿Qué? —reclamó atónito.

Sonaba una locura lo que decía, pero era verdad. Hace tiempo tuve ese sueño donde todo esto ocurría, cada detalle del lugar, el aspecto del día, a Greg, ¿cómo no lo reconocí cuando lo vi?, ¿cómo no reconocí al chico que se suicidaba en mi sueño?, ¿por qué mi maldita mente tuvo que bloquear todo hasta este preciso instante?.

—Yo soñé con todo esto Alex, antes de conocer a Greg. Soñé que él se tiraba de ese edificio, lo perseguía e intentaba detenerlo, pero al final no lo logré y luego yo caía con él...

—¡¿Que tu qué?! —volvió a preguntar, esta vez más inquieto—, repite eso último.

—No importa, todavía tengo tiempo para hacerlo entrar en razón y detenerlo.

—No Kyle, no te voy a dejar que subas hasta allá —me sujetó fuerte de la muñeca.

—¡¿Qué haces Alex?!, ¡suéltame, no tenemos tiempo para tus tonterías!, ya te dije...

—Sí, escuché cada palabra de lo que dijiste Kyle, por eso sí todo lo de tu sueño se cumplió, no voy a dejar que subas hasta allá y te caigas también. No voy a permitir que algo te suceda.

—¿Entonces qué? —pregunté muy molesto—, ¿solo dejamos que se tire?, ¿ese es tú plan Alex?, ¿así termina todo esto?

—¡Por supuesto que no!, no vamos a dejar que se tire. Pero tú no subirás, iré yo, me encargaré de todo y lo voy a bajar de ahí.

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