8. Bonita pero apena'

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Jade

Camino por los pasillos del castillo en busca de algo con lo que pueda divertirme.

Pienso en ir hasta la biblioteca pero algo me dice que siga caminando. Subo unas escaleras larguísimas que me llevan frente a una puerta que está entre abierta.

De ella salen las voces de un coro, solo son chicas, me asomo por la puerta, cautelosa por si es una clase y la estoy irrumpiendo.

En unas pequeñas gradas de tres pisos hay unas cuarenta chicas cantando. Una de ellas está sentada en un taburete haciendo la voz principal.

A su lado hay un chico tocando una caja de música y una chica con una guitarra acústica.

Al lado de las chicas del coro hay otro chico tocando el piano.

Me fijo en que la sala es redonda, el techo es una cúpula con cristales, al igual que las paredes, que están llenas de vidrieras preciosas.

Hay unos treinta bancos a cada lado de la alfombra que pasa por la sala y lleva directamente al coro.

Entro en silencio y me siento en uno de los bancos escuchando la canción.

La chica que canta es de pelo moreno y largo, mandíbula marcada y piel bronceada. Sus ojos son de azul intenso y profundo.

Va dando palmas para marcar el ritmo mientras canta.

Sus rasgos son muy exóticos, seguramente sea de España.

-Por la noche, la sali'a del Bagdad
Pelo negro, ojo' oscuro'
Bonita pero apena'
Senta'ita, cabizbaja dando palmas
Mientras a su alrededor -su voz es muy suave y sencilla, pero a la vez tiene mucho poder. -Pasaban, la miraban
La miraban sin ver na'
Solita en el infierno
En el infierno está atrapa'

Las chicas le hacen el coro perfectamente, es como si estuviese escuchando un coro angelical.

Me fijo en una chica de la esquina derecha, Stormy, que me escruta con los ojos sin darse cuenta de que la estoy viendo.

También veo a la directora del coro, una señora rellena, con ropa negra, botas altas, guantes, una gabardina negra colgada de sus hombros a modo de capa y el pelo negro, sus rizos están alborotados y peinados a la vez.

Mueve una batuta con destreza, como lanzando un conjuro.

Un escalofrío me recorre la espalda al recordar lo de anoche.

La canción acaba antes de lo esperado porque el pianista se equivoca de nota.

Todas dejan de cantar para mirarme.

-Hombre! Hola! Tú debes ser la sobrina del director, no? -se acerca a mi sitio y me pide que me levante. -Estas son las chicas del coro, a Stormy ya la conoces si no me equivoco, espero verte la semana que viene aquí! Qué ilusión!

Yo? Cantar? Acaso quiere que le rompa los oídos a mis compañeras?

-Qué guay! -digo sin muchas ganas, pero ella me ignora.

-Quieres quedarte un poco más? O quieres participar?

-No gracias, tengo que marcharme. -me voy lo más rápido que puedo de la sala.

Bajo los escalones de dos en dos sin caerme y voy a la biblioteca, esa señora me da miedo. Siento como si me hubiese estado mirando todo el tiempo y que aún ahora me vigila.

Me saco la mala sensación del cuerpo y entro en la biblioteca con una sonrisa, saludo a la bibliotecaria y me pierdo en las miles de estanterías.

-Y tú qué haces aquí? -pregunto al girar la esquina y ver a Rusu mirando y cogiendo libros como si fuesen bombas, por una esquina y con los dedos, no con la mano entera.

-Yo? Nada. -deja el libro en su sitio. Se me queda mirando, esperamos a que el otro diga o haga algo, cosa que no pasa. Solo nos miramos mutuamente. -Qué lees? -pregunta examinando la contraportada del libro que tengo en las manos.

-Nada interesante. -digo negando levemente para quitarle importancia. 

-Oye, por qué no viniste hoy al bosque? 

-Hace frío fuera. 

-Y? 

-Está lloviendo? -pregunto obvia. -Creo que es suficiente excusa. 

-La verdad es que no, te estuve esperando fuera, sabes? -le miro ladeando la cabeza. 

-Bajo la lluvia? 

-Sí. -miro sus ojos negros, arden del enfado que siente. Por qué está enfadado conmigo? Suspira y aparta la mirada. 

-Perdona por no ir, pero hoy no era el día, mañana si quieres vamos y paseamos por dónde quieras, pero hoy quiero leer un poco. 

-Está bien. -eso parce contentarle ya que su sonrisa bobalicona vuelve a su cara. Sus ojos se esconden bajo su flequillo ondulado de color café oscuro. 

-Vas a leer conmigo después de decir que odias la lectura? 

-No. -su respuesta me hiela la sangre, puede que por su franqueza o por su forma directa de hablar. -Nos vemos esta noche? 

-Esta noche? Para qué? 

-Estás ocupada? 

-Sí, durmiendo, como toda la academia. -él se ríe como si hubiese contado una mentira y él supiese la verdad. 

-Está bien, veremos si estás dormida o no. -sacude el pelo de mi cabeza y se va con las manos en los bolsillos de su sudadera negra, como el resto de su ropa. 

Es que no tiene otro color en el armario? 

-Jade. -al mirar al frente me encuentro cara a cara con Stormy. Tiene una sonrisa forzada en la cara. 

-Qué susto Stormy, joder. -me llevo una mano al pecho. 

-Qué hacías hablando con ese? -pregunta haciendo un gesto con la cabeza y borrando la sonrisa de su cara. 

-Hablar, como nosotras ahora mismo. -me giro para seguir buscando libros en las estanterías. 

Ella apoya su espalda en la estantería, a mi lado. -Estás en el coro? -pregunta. 

-No lo sé, aún no me han dado mi horario. 

"Nota mental: pedirle a Isaac o a mi tío el horario de clases. "

-Por lo que dijo la señorita Vondergeits parece que sí. -la miro, pero ella está observando el suelo de brazos cruzados. Nota mis ojos sobre ella y me mira, se mueve con tanta rapidez que no llego a ver como gira la cabeza. -Les caerás bien a las chicas, espero verte allí la semana que viene. -me sonríe y se va. 

Su dualidad es demasiado compleja. Incluso me asusta. 







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