Jade
Cruzamos la puerta de la biblioteca, que está completamente a oscuras y en total silencio.
-Qué hacemos aquí?
-Quiero enseñarte una cosa. -le sigo a ciegas, sin soltar su mano. Le escucho abrir una puerta, por la que entramos, mis pies, únicamente cubiertos por los calcetines que me puse, pisan algo blandito y caliente.
-Dónde estamos? -pregunto, en cuanto cierra la puerta algo ilumina la sala entera cubriendo las paredes con una proyección del cielo estrellado. Hay constelaciones, astros, planetas, galaxias...
El suelo entero está cubierto por mantas y cojines de colores azules, bancos y amarillos.
La sala es redonda, probablemente sea una de las torres del castillo.
-Quiero contarte una historia. -se acerca por detrás de mí para colocar la chaqueta que tenía atada a su cintura. -Siéntate. -nos ponemos en un rincón, rodeados por cojines muy cómodos y blanditos. Me tapo con una de las mantas y me pongo cómoda.
Sin embargo, Rusu se acerca al proyector que hay en medio de la sala y aprieta un botón. Enseguida la proyección cambia, ahora lo que se ve es la figura de una mujer, completamente de negro, que camina cabizbaja bajo la luna.
-Quién es? -susurro, me echo a un lado para que Rusu se tumbe a mi lado.
-Eso lo decidirás al final de la historia. -me mira, sonríe, y vuelve a fijar su vista hacia adelante. -Esa chica, sabes lo que busca? -niego sin apartar la mirada de la mujer. -El castillo de Drácula. Crees en la fantasía?
-Depende.
-De qué?
-De si me gusta la historia o no.
-Entonces espero que te guste. -suspira antes de volver a hablar. -Esa chica era la doncella más inteligente y guapa de su pueblo, pero se quedó sola, su padre enfermó, al igual que sus hermanas, al no poder cuidar de ellos se sentía destrozada. Habían llegado rumores al pueblo de que a las afueras del país existía un conde con poderes sobrehumanos, con la inteligencia de mil sabios y los rasgos más exóticos que jamás habían visto.
>>La chica se decidió a encontrarle para que le enseñase todo lo que sabía, así que cogió lo imprescindible y se fue del pueblo a pesar de las súplicas de todos.
-Y encontró el castillo? -susurro apoyando mi cabeza en su pecho sin apartar la vista de la proyección. -Encontró el castillo de Drácula?
-Sí, pero eso al conde no le hizo ni pizca de gracia, cuando la encontró dormida en su sofá, delante de la chimenea y usando sus mantas lo primero que se le pasó por la cabeza fue en beber toda su sangre hasta dejarla sin gota.
>>Pero lo que hizo fue echarla del castillo, la chica no se rindió, e insistió día tras día en que el conde debía enseñarle todo lo que sabía. Al final lo consiguió,
"-Si durante un año no aprendes nada te mataré, a ti y a todo tu pueblo!
-De acuerdo. "
>>Ese fue su trato, con el paso del tiempo los dos se fueron enamorando del otro. Ella se convirtió en una mujer de ciencias gracias a lo que Drácula le había enseñado, empezó a ayudar a la gente que lo necesitaba con medicinas y curas. Pero todo lo bueno se acaba. El conde viajaba mucho, y en uno de esos viajes invadieron el castillo donde la chica estaba trabajando, rompieron todo a su paso y la acusaron de brujería, la llevaron al pueblo más cercano y, delante de todos, la quemaron viva.
-Y él qué hizo?
-Maldijo al pueblo con lluvias de sangre y seres demoníacos que arrasarían todo a su paso.
-Cómo dragones?
-Sí, y brujas reales, hombres lobo, hidras, gárgolas, ogros, sirenas... Infestó el mundo y lo convirtió en una guerra constante entre sobrenaturales y humanos. Pero el hijo de Drácula y la humana, al cumplir la mayoría de edad, separó ambos mundos, hizo a los humanos olvidar lo sobrenatural y le enseñó a los sobrenaturales a vivir en paz.
-Y cómo se llamaba el hijo de Drácula y la humana?
-Rusu fue el apellido que heredó de su madre, y Vlad el nombre que eligió el conde.
-Se apellida como tú. -sonrío bostezando. -Te imaginas que esto fuese real y que Drácula fuese tu familia? Sería muy guay.
-Verdad que sí? -siento su mano acariciar mi cabeza con suavidad. La proyección acaba y vuelven las estrellas y los planetas a decorar las paredes. -Sabes quién era la humana? -me siento para verle a los ojos mientras habla. -Era la "media luna" de Drácula, algo así como su media naranja o su amor destinado.
-Entonces por qué la echaba?
-Porque le daba miedo perderla y que le temiese como todos en el mundo lo hacían. -sus ojos desprenden un brillo extraño y único, como si saliesen chispas de ellos. -Quiero contarte una cosa, pero tienes que prometerte que no te irás, vale?
-Qué vas ha hacer? Beber mi sangre? -bromeo, pero al ver que su expresión se mantiene seria y que no se ríe mis alarmas se activan.
-Juro que no te pondré la mano encima ni me acercaré a ti a no ser que tú lo hagas.
-A qué te refieres? Rusu, me estás asustando.
-Tranquila, sabes que yo nunca te haría daño. -y, a pesar de que nunca me lo haya dicho directamente, sé que eso es verdad.
Cierra los ojos durante unos segundos y al volver a abrirlos sus iris son de un color rojo tan potente como el del fuego.
Ambos nos quedamos en silencio hasta que poco a poco me siento libre de poder acercar mi mano a su mejilla y mirarle en profundidad. No sé qué es lo que tiene, pero me impide tenerle miedo.
-Es hermoso... Eres... Hermoso.
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Jade
FantasyLlegar a un internado no ha sido fácil para Jade, y menos al notar cosas raras todo el tiempo. ¿Sangre en la ropa de su compañera? ¿Sombras raras? ¿Sonidos extraños? ¿Habitaciones llenas de huesos? Y... ¿Zev?