11. Mordiscos

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Jade

Golpes, muchos golpes. Alguien (o más bien algo) golpea una puerta de madera antigua con una fuerza descomunal. 

Pero la madera aguanta, como si estuviese encantada y no se rompiese ante nada. 

También escucho cadenas arrastrarse por el suelo, y gritos desgarradores de alguien. Conozco esa voz, pero no acabo de recordar a quién pertenece. 

Abro los ojos sobresaltada, era una pesadilla, o eso quiero creer. 

Aún es de noche, pero sigo escuchando golpes en una puerta, y no es la mía. 

"-Jade! "

Entro en pánico al escuchar mi nombre, un sentimiento de claustrofobia y nictofobia me recorre todo el cuerpo. de arriba a abajo hasta quedarse en mi pecho. 

"-Jade! "

Tengo que ayudar a lo que sea que está atrapado. 

Salto de la cama, me pongo unas zapatillas y salgo de la habitación. Sylver maúlla pero lo ignoro, esto es más importante, siento que una parte de mí es la que está atrapada a saber dónde y gritando de miedo por alguien que lo salve. 

"Si es así por qué la voz es de un hombre? "

Ignoro a mi subconsciente y corro por los pasillos siguiendo los gritos, los golpes y las cadenas que resuenan en todas partes y en ninguna a la vez. 

Llego a unas escaleras de caracol completamente oscuras, de ahí proviene el ruido, de ahí abajo. 

Comienzo a bajar ignorando mi miedo a la oscuridad, porque en este momento lo veo todo demasiado claro. 

Al llegar abajo y pisar el suelo de piedra un escalofrío me recorre el cuerpo. 

Sí, hay una puerta. 

Y sí, hay cadenas. 

Pero la puerta está abierta y las cadenas, que antes impedían que alguien cruzase por esa puerta, ahora está rotas. 

No me atrevo a seguir caminando, no sé si es por el viento gélido que sale de esa puerta o por lo que sea que haya podido romper la puerta y las cadenas. 

Tan siquiera sé cómo he llegado hasta aquí, ni siquiera sabía que esta parte del castillo existía, ni Isaac ni Nic me hablaron de ella. 

Y la verdad preferiría seguir mi vida sin saber que esto existía. 

...

Me estiro en la silla del escritorio, agotada de hacer tantos deberes y trabajos. 

Miro la hora, necesito tomarme un respiro y relajarme. 

Cierro los libros me calzo y salgo al patio. Apenas hay gente, probablemente estén estudiando o comiendo. 

Me siento en un banco frente al acantilado, pero mi mente solo piensa en una cosa, en el bosque. 

Algo me dice que está ahí dentro, que Rusu está ahí, esperándome, y no sé si será verdad, pero le hago caso a mi corazonada y me levanto.

Entro y recorro el sendero en silencio, disfrutando del aroma a flores silvestres y a pino (tan característico de Rusu). 

No tengo ni la menor idea de porqué sé que está en el claro del otro día, pero lo sé, y ahí es hacia dónde me dirijo. 

Al llegar lo veo tumbado en el suelo en medio de las flores, me acerco sigilosamente para no despertarlo. Está completamente dormido, y tiene ojeras bastante grandes en sus ojos, qué raro, el otro día no las tenía. 

Me quedo pensando en eso de pie, a su lado, tiempo que aprovecha para abrir los ojos y saltar sobre mí como si fuese una presa. 

Como si fuese su presa. 

Los dos caemos al suelo haciendo que los pétalos de las flores vuelen a nuestro alrededor. 

-Dónde estuviste? -pregunta mirándome con... Anhelo? No lo sé, pero me mira como si fuese un tesoro, y me gusta. 

-En clase. -respondo obvia, mi respuesta no le convence, pero deja las palabras a un lado y apoya su cabeza sobre mi pecho sin soltar mi cuerpo de sus brazos. -Qué pasa? Por qué todos estáis raros? 

-Raros? A qué te refieres? 

-A todo... Todos me miran como si hubiese vuelto de entre los muertos por arte de magia, me preguntan que dónde estaba cuando siquiera he salido del internado. -suspiro mirando el cielo. -Sabes? A veces siento que todos los que me rodeáis parecéis encajar, como si sintieseis una conexión con algo, algo que yo no siento. -no sé cómo lo hace, pero cuando estoy a su lado siento que puedo contarle todo porque no me va a juzgar. 

-Cuántas veces es "a veces"? 

-Todo el tiempo. -nos miramos a los ojos y juro por Dios, que por un momento yo también lo sentí, esa conexión mágica (por decirlo de alguna manera) que sienten todos por este lugar menos yo. 

-A veces yo también me siento así, sabes? 

-Y cuándo no lo sientes? -pregunto sin apartar mi mirada de sus ojos negros como el carbón. 

-Cuando...

-Aléjate de ella! -grita Nic, él y Isaac se acercan a nosotros enfadados y muy muy serios. 

La vena del cuello de mi hermano está a punto de reventar. -Suéltala! 

-Nic, para. -Rusu y yo nos ponemos de pie. 

-Él es peligroso! 

-No lo...

-Tu hermano tiene razón, soy peligroso para ti. -comienza a acercarse a Isaac y a Nic. -Ten cuidado, porque como la muerda otro será peor a si lo hago yo. -no acabo de entender esa amenaza, a qué se refiere? 

Por Dios, me estoy hartando de no entender nada y que nadie me explique. 

JadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora