Jade

37. Cuestiones de sangre

Zev

-¿Zev? -una voz dulce, suave, como de terciopelo sueno a mi lado. 

-Abuela. -al verla sonrío y enseguida todo se calma. Su sonrisa es muy parecida a la de Jade, probablemente porque ninguna de las dos tenga colmillos. 

-Tu abuelo me lo ha contado, ¿Quieres hablar? 

-No sé qué necesito. 

-Sí que lo sabes, la necesitas a ella, y ella a ti. -camino hasta dejar que me abrace. Cierro los ojos e inspiro hondo. -¿Que está pasando por tu cabecita?

-Solo Jade, solo puedo pensar en ella día y noche.

-Eso está bien, pero también tienes que pensar en ti cielo, eso es lo que antes te traía estabilidad. ¿Recuerdas cómo lo trabajábamos? Antes venías más a menudo.

-Venía para poder escapar de la soledad.

-Aquí tienes tu casa, Zev. Y también la tienes en tu época. El caos es solo un lado de la balanza para que haya equilibrio, en el otro lado debe haber un orden que lo estabilice todo.

-¿Yo le doy ese orden?

-Así es, juntos sois el equilibrio perfecto.

-Pero no lo entiendo, no comprendo cómo de la noche a la mañana tiene el caos dentro de ella y que nadie se haya dado cuenta hasta ahora.

-Sería demasiado fácil darte la respuesta correcta.

-Lo sé, pero no quiero que sufra.

-Te daré una pista, el caos no incluye la inmortalidad.

...

-¿Estás diciendo que empezamos de cero... Otra vez? -pregunta Isaac.

-¿Me he leído cuarenta y tres libros para nada? -Stormy gruñe cerrando el libro número cuarenta y cuatro de golpe. -¿Y qué hacemos?

-De momento volver a nuestra época, sería peligroso estar aquí más tiempo. Y así podemos ver qué más le pasa a mi prima.

-De acuerdo.

Jade

-Jade, abre la puerta.

-...

-¡Jade! Abre la puerta o la tumbo, y no me da miedo... -abro la puerta y me lo quedo mirando. Nic se queda paralizado sin saber qué hacer o decir.

-¿Qué quieres? 

-Hablar. 

-Pues empieza. 

-Sabes que te quiero, eres mi hermana, estás por encima de mucha gente... -al escuchar esas palabras sé que en algún momento va a meter un "pero". -Pero todavía no comprendes todo esto.

-Con esto te refieres a la magia, ¿No? 

-Así es. 

-¿Y qué solución me puedes dar? Eh Nic, dime, ¿Qué puta solución me estás dando? 

-Te estoy diciendo lo que hay, es la verdad, no te has acostumbrado a esto, te has acostumbrado a Zev y a su forma de verlo todo.