Zev
Mientras mi madre dice el discurso y dicta las normas del Baño de Sangre yo intento tranquilizar a Jade, que aparenta estar tranquila pero por dentro está que se muere, lo noto.
Están todas colocadas en una fila, vestidas con una camisa blanca (porque el blanco representa la pureza y el rojo pasión y amor, por eso deben sumergirse en una bañera de sangre, para representar la pérdida de esa pureza de la que apostaría lo que fuese a que más de una ya la ha perdido antes).
Jade va la primera, y yo debo acompañarla, subir con ella los tres escalones que nos separan de mis padres.
Mamá acaba de hablar y me hace una seña para que subamos, caminamos juntos agarrados de la mano, no pienso soltarla en ningún momento.
-Entra Jade. -ella se pone más nerviosa al ver que mi madre sabe su nombre. -Tienes que sentarte, cuando estés preparada puedes sumergirte.
Ella asiente y la ayudo a meterse dentro, un escalofrío recorre su espalda al entrar en contacto con la sangre. Se sienta pegando su espalda al respaldo de la bañera, cierra los ojos eh intenta coger todo el aire que puede, yo en ningún momento suelto su mano.
-Lista? -pregunta mamá poniendo sus manos sobre los hombros de Jade.
-Sí. -inunda sus pulmones de aire mientras mi madre la sumerge poco a poco hasta que está completamente cubierta por la sangre.
-Zev, debes soltarla. -la miro a los ojos suplicante y sin entender lo que siento en estos instantes. Tengo un batiburrillo en la cabeza de pensamientos que no son míos con recuerdos de mi pasado. -Cielo, es normal que te sientas así, no te preocupes. -susurra de forma cálida, así que suelto la mano de Jade viendo como la hunde poco a poco hasta desaparecer.
Jade
Me siento como si estuviese flotando en medio de un mar de sangre, el tacto es ligero y espeso a la vez. Tengo cosas en la cabeza, recuerdos que no son míos.
De repente siento como si unas manos, que hasta ahora me mantenían en la superficie, me soltase, y mi cuerpo se hunde en la sangre, que es cálida y tranquila, sin ninguna ola ni rastro de corriente que me arrastre.
Dejo que mi cuerpo de hunda y mi mente con el, ahora los recuerdos son míos en su totalidad, pero hay cosas que no entiendo porqué están ahí, no sé cuando pasaron. Puede que no sean del todo míos.
De repente me vuelven a subir a la superficie, abro los ojos recuperando parte del aire que perdí. Siento como la sangre resbala por mi cuerpo y como la camisa se pega a mi piel.
Suerte que me puse ropa interior, eso y la camisa.
Me limpio los ojos para poder ver y encontrarme de nuevo con la sala que han escogido para el ritual, la torre de aire.
-Ven, con cuidado. -dice Crala, la madre de Zev, que me ayuda a salir de la bañera.
Zev no dice nada, solo me mira y mira lo que hay alrededor. Parece entre confuso, deseoso y atento a todo.
Caminamos hacia la bañera llena de agua fría y con cubitos de hielo flotando. -Zev, tú primero . -pide su madre, a lo que él obedece y se sienta pegando su espalda a la bañera. -Ahora tú. -en cuanto me meto en la bañera mi cuerpo grita de dolor pidiéndome que salga de aquí, pero no lo hago. El agua se tiñe de color rojo limpiándome superficialmente.
Al tumbarme sobre Zev algo en mi pecho se enciende, arde con fuerza en alguna parte dentro de mí, así que lo busco y me aferro a ello para no morir del frío.
En todo momento mantengo los ojos cerrados para no desconcentrarme en sujetar esa pequeña llama que envuelvo entre mis manos mentalmente.
Zev me agarra las manos para tranquilizarme. -Respira conmigo. -susurra en mi oreja, hago lo que me dice y acompaso nuestras respiraciones mientras poco a poco nos sumergimos juntos bajo la gélida agua.
Antes de estar completamente cubierta por el agua siento como aprieta mi mano con fuerza tres veces.
Mi cuerpo se adormece por completo, dejo de sentir a Zev tras de mí, es como si estuviese flotando en una nube.
Al volver a abrir los ojos me encuentro tumbada boca arriba, viendo un celo azul e iluminado, pero no hay ni una sola nube.
Me pongo de pie con cuidado, intentando acostumbrarme a la luminosidad de este sitio.
Miro lo que tengo debajo de los pies, es agua, todo es una llanura extensa de agua que se pierde en el horizonte.
Pero mi reflejo es raro, me veo a mí misma, pero el cielo es rojo y negro, y hay una brisa que mueve mi pelo, sin embargo, donde estoy no hay nada de eso, es todo lo contrario. Todo sigue igual que antes.
Me arrodillo e intento hundir mi mano en el agua, pero al hacerlo siento el roce de unos dedos sobre los míos. Enseguida me pongo en pie, asustada por esa rara sensación, pero lo más extraño es que siento como mi otra mano ha tocado algo.
Acaso me he tocado a mí misma?
Me sobo los ojos intentando buscar algo de tranquilidad dentro de mí. Al volver a abrir los ojos lo que veo es una especie de parca, cubierta con una túnica blanca que la cubre por completo, probablemente mida más de dos metros, pero es es lo menos importante ahora mismo.
Básicamente porque detrás de mí hay otra cosa de esas, pero vestido de negro y con una guadaña en la mano izquierda.
"Dónde estoy? "
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Jade
FantasyLlegar a un internado no ha sido fácil para Jade, y menos al notar cosas raras todo el tiempo. ¿Sangre en la ropa de su compañera? ¿Sombras raras? ¿Sonidos extraños? ¿Habitaciones llenas de huesos? Y... ¿Zev?