Nic
-¿Cómo lo hicieron? No tiene sentido, no puedes simplemente fusionar la sangre de dos especies distintas. -Isaac está demasiado confundido.
-Sí que se puede, mira a Jade. -bromea Stormy.
Cuelgo la antorcha en un portador de metal colgado en la pared de piedra de las catacumbas del castillo.
-Aquí tiene que estar la respuesta. -empujo la puerta con el peso de mi cuerpo para poder abrirla. El polvo me hace estornudar, está todo oscuro.
-Déjame a mí. -Isaac saca su varita y de ella sale un punto de luz que se alza al centro de la sala iluminando todo.
La biblioteca prohibida. Como imaginaba aquí guardan todos los libros que tenía el abuelo de Zev cuando era dueño del castillo. La sala es enorme, y está llena de libros y más polvo y arañas con sus telarañas enormes.
-Espero que estéis de broma. -bufa Stormy. -Me niego a volver a releerme todos los libros.
-No tendremos que hacerlo. -miro la palma de mi mano y con la punta de mi varita corto mi piel hasta hacerme sangrar. Mancho el suelo con mi sangre dibujando un "glifo" en forma de estrella de ocho puntas. -Necesito vuestra sangre.
Stormy e Isaac se acercan y dejan que les haga la misma herida, unas gotas de su sangre caen en el centro de mi glifo. El suelo comienza a temblar y una corriente de aire frío aparece de la nada atraída por el glifo. El polvo se levanta y la luz que invocó Isaac comienza a parpadear.
Varios libros salen volando hasta nuestras manos. Cuando cada uno tenemos dos libros el viento se va, el polvo cae, la luz vuelve y la sangre se evapora.
-Lo tenemos.
-Nunca había visto libros como estos. -murmura mi primo mirando los lomos aterciopelados en distintos tonos de rojo. -Pero no tienen nada, están en blanco.
-No, no lo están, mira.
-¿Me estás vacilando? No pone nada.
-Sí que lo pone, solo que no entiendo lo que dice. -los dos me miran buscando una explicación.
-Solo los seres mágico que tengan relación con la sangre pueden ver lo que está escrito, pero solo los brujos y algunos vampiros podemos entenderlo.
-Aaah.
-Ahora si os importa, tengo que averiguar qué le han hecho a mi hermana.
Zev
Acaricio su espalda mientras beso la coronilla de su cabeza. Está completamente dormida, sus pensamientos son una línea recta, sin ninguna interrupción o alteración. Su corazón late con normalidad, y eso solo me hace recordar que está viva, y está conmigo.
La abrazo más fuerte y cierro los ojos, el roce de nuestras pieles me causa escalofríos.
Sé que debería levantarme y ponerme a investigar junto con Stormy, Isaac y Nic, pero me da miedo el no volver a estar así con ella en mucho tiempo.
Así que me quedo muy quieto, como una estatua, y la dejo descansar.
Me permito cerrar los ojos unos segundos, y al hacerlo siento que mis pensamientos también se convierten en una línea recta continua e inalterable.
Vuelvo a aparecer en el bosque y me encuentro a Jade tumbada sobre las flores mirando las nubes. Una de sus manos está metida en el pequeño riachuelo a su lado.
Palmea el sitio a su lado, sabe que estoy aquí sin verme.
-Te estaba esperando.
-¿A mí?
-Sí, a ti.
-¿De qué quieres hablar?
-Este poder... Esta magia no me pertenece Zev, no es mía.
-Pero la tienes.
-La crearon para mí, pero eso no significa que sea para mí, ahora empiezo a pensar en si la merezco o si en verdad la necesito.
-Pero la necesitas para sobrevivir.
-Necesitar no tiene que significar que yo la quiera. -me siento con las piernas cruzadas a su lado, mirándole a los ojos, unos ojos brillantes y relucientes. -Pero no puedo separarme de ella, ya no.
-¿A qué te refieres?
-Tuve que aceptar esto para salvarte de los lobos. He aceptado este regalo sin pensar en las consecuencias que podría traer.
-Si no querías no debiste haberlo hecho Jade.
-Pero a ti te quiero. -suelta un ligero suspiro y por fin, nuestras miradas se conectan. -No quiero que me tengáis que proteger siempre.
-Cada vez que te hacen daño y te quitan la vida yo muero también, siento tu dolor, y eso me mata por dentro.
-No nos merecemos esto Zev, no te lo mereces.
-Déjalo en mis manos, lo solucionaré pronto, solo que todavía no sé cómo hacerlo. -agarro sus mejillas con mis manos viendo cómo el agua de sus ojos se acumula tanto que empieza a resbalar por sus mejillas.
-Encuentra la solución antes de que esto me consuma, por favor. -pego su rostro a mi pecho para esconderla, como protegiéndola.
Nic
No tendría que estar aquí.
Estoy cometiendo un delito, uno más a la lista.
No tendría que haber vuelto a mi casa en busca del libro de mis padres.
Si me pillan estoy muerto, y Jade en peligro.
Esto es algo que ninguna biblioteca podría contener, porque no se corresponde a la magia, lo que le hicieron a mi hermana fue experimentar con ella. Y por mucho que fuesen mis padres no me hace ni pizca de gracia.
Sé que tiene que estar en la habitación de i hermana, bajo una de las maderas del suelo.
Me agacho y rozo el parqué con mi mano izquierda, la luz de las farolas se cuela por los huecos de la persiana iluminando tenuemente el cuarto. Veo motitas de polvo revoloteando con calma por el sitio.
Apoyo toda la mano en la madera y noto como la sangre sale de mi muñeca y empieza a recorrer el suelo formando un camino carmesí algo retorcido. El líquido para en una madera y comienzo a burbujear.
Dejo que mi sangre deje de correr y saco la madera indicada. Es el grimorio más viejo, polvoriento y desordenado que he visto en mi vida. Hay miles de hojas sobresaliendo de los bordes.
Al tenerlo entre mis manos el pulso se me acelera, la sangre me circula a más velocidad, como si hubiera ganada diez años de vida de golpe. ¿Esto sienten los vampiros?
Abro el libro y la información comienza a entrar en mi mente, lo veo todo claro, lo entiendo todo.
Sé lo que puede hacer Jade, y sé que si no paramos al padre de Zev estamos todos muertos.
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Jade
FantasyLlegar a un internado no ha sido fácil para Jade, y menos al notar cosas raras todo el tiempo. ¿Sangre en la ropa de su compañera? ¿Sombras raras? ¿Sonidos extraños? ¿Habitaciones llenas de huesos? Y... ¿Zev?