Jade
Abro los ojos al notar el frío suelo de piedra bajo mis pies.
Es de noche, no se escucha nada en el castillo. Desconozco el pasillo en el que estoy, todo está oscuro, pero camino decidida.
Todas las cortinas están echadas, ninguna vela está encendida, esto es la oscuridad en su más puro estado.
Empiezo a subir escaleras, creo que estoy yendo a la sala del coro.
En cuento abro las puertas una escasa claridad llega a mis ojos.
Las cristaleras de las paredes no están tapadas, y la luz de la luna ilumina delicadamente la sala.
Ya no hay bancos, ni piano, ni gradas de madera. No hay nada, está completamente vacía.
-Jade. -siento el aliento en mi nuca, me giro en cuanto lo percibo, pero no hay nada.
-¿Quién eres? -giro sobre mí misma para intentar ver si hay alguien, pero no hay nadie, aún así noto una presencia, hay algo aquí dentro.
-Soy tú. -en cuento doy una vuelta completa y vuelvo al punto de inicio la veo. Ahí está, delante de mí. Yo estoy frente a mí misma, como un espejo. -Hola, Jade.
Soy yo, pero distinta, transmito cosas distintas. -Esto tiene que ser un sueño.
-Esto será tan real como tú quieras imaginarlo.
-¿Eres una alucinación? No sé cuándo fue la última vez que comí algo sólido...
-Ya te lo he dicho Jade, soy tú. Somos la misma persona, pero de distinta manera.
-¿A qué te refieres? -desaparece delante de mí, con una facilidad impresionante. -¿Desde cuándo sé... sabemos... hacer eso?
La busco por la sala hasta que la veo detrás de mí, sentada sobre el respaldo de uno del bancos con los codos apoyados en las rodillas. -Está dentro de ti, Jade.
-No te entiendo, ¿Puedes ser más clara?
-Puedo. -vuelve a desaparecer, pero esta vez está a mi lado. -Pero primero tienes que dejarme serlo.
-¿Qué?
-¿En serio crees que por estar doble bautizada de repente puedes morir y revivir como si nada? Lo siento, pero eso es imposible.
-Entonces estás diciendo que el tío me ha mentido. Todos me han mentido.
-No nos han mentido, solo tratan de buscar una explicación racional a tu poder. -se pasea por la sala con los brazos tras la espalda.
-Yo no tengo poder.
-¿Y cómo explicas el que estés hablando contigo como si fuese con otra persona?
-Porque estoy soñando.
-No estás soñando. -parezco frustrada. -Te daré una pista, los límites te los estás poniendo tú misma Jade, en cuanto dejes de hacerlo todos sabrán de lo que eres capaz.
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Jade
FantasiaLlegar a un internado no ha sido fácil para Jade, y menos al notar cosas raras todo el tiempo. ¿Sangre en la ropa de su compañera? ¿Sombras raras? ¿Sonidos extraños? ¿Habitaciones llenas de huesos? Y... ¿Zev?