Dad in Training! (URSS & Rusia)

Десять / 10

Para cuando volvieron al primer nivel la rubia estaba rebuscando en su cocina y murmurando nombres de platillos en voz alta como una loca, al parecer realmente planeaba quedarse para enseñarle a cocinar al socialista. Así que no le quedaba de otra más que aguantarla hasta la mañana siguiente ya que no la podía sacar a mitad de la noche por mucho que fuese una country, siempre habían algún loco suelto y no era un desalmado.

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-¿Porqué todo tiene que llevar papas? -URSS preguntó echándolas en trozos a la olla que tenía en frente, fue realmente agotador tener que pelarlas y cortarlas tan pequeño.. seguro se iba a deshacer y quedar horribles-.

-Porque son muy nutritivas y acompañan bien la carne, ahora deja las preguntas y haz bien ese guiso si quieres que Rus crezca fuerte -La de piel verde vigilaba los movimientos del más alto que debían ser según lo que le dictó anteriormente, también intentaba hacerle algo de juego al infante que ya bostezaba soñoliento pues su siesta de la tarde fue cancelada por la visita de la mujer-.

-...No me des ordenes.. -Murmuró entre dientes sin dejar de mezclar el condenado guiso mientras intentaba que el cerdo asado que hacía a la par no se le quemara, se le estaba complicando bastante a pesar de no tener que estar cargando con el niño en ese momento-.

-Ahora agrégale las zanahorias en rodajas y revuelve un poco más para que no se pegue -Ella lo ignoró recibiendo sólo un improperio entre dientes, de ser por ella se llevaría al niño para criarlo como se debe pues estaba más que claro que ese ruso no tenía ni la menor idea e cómo cuidar a un niño tan pequeño y más estando solo, pero no podía arriesgarse a hacerlo luego de como reaccionó durante el almuerzo-.

El más alto continuó removiendo el guiso tras apagar el fuego bajo la sartén donde reposaba la carne esperando a ser agregada al final, también repasaba mentalmente la receta para evitar olvidar algún detalle o pasarse de las cantidades especificadas detenidamente por la insoportable de su lado. No se veía tan mal así que supuso que lo estaba haciendo bien hasta ahora si que continuó confiando en su capacidad memorial, finalmente el momento de agregar la carne llegó y sintió alivio de que la bielorrusa no lo haya interrumpido más veces parra corregirlo. Aunque lo que realmente cortó la tranquilidad fueron los sonidos de fastidio del pequeño castaño seguidos de su llanto que puso nerviosa a la joven.

-Estaba tranquilo, ¿Porqué comenzó a llorar, se siente mal? -La rubia intentó calmarlo pero parecía no responder ante las palabras bonitas o que acariciara sus mejillas ya empapadas de lágrimas-.

-Tiene sueño, su aviso es bostezar y luego quejarse -Explicó el de suéter apagando el fuego de la olla para tomar en brazos al pequeño que inmediatamente se aferró a él, por lo que se apresuró un poco en subir al segundo nivel para hacerlo dormir y acostarlo en su cuna pues aún no podían irse a la cama a dormir-.

Dio un par de vueltas lentas mientras secaba las lágrimas del pequeño castaño que mi miraba haciendo un puchero con la respiración agitada por su esfuerzo al llorar, le sonrió leve y comenzó a mecerlo pegado a su pecho para envolverlo con su calor.

Esfera solar,
el cielo alrededor
Este es el dibujo del niño..
Lo dibujó en la hoja
y anotó en una esquina:

Que siempre haya sol,
que siempre haya cielo,
que siempre esté papá
que siempre esté yo..

Silencio, soldado,
escucha soldado,
la gente se asusta de las explosiones..
Miles de ojos
miran al cielo,
los labios repiten obstinadamente:

Que siempre haya sol,
que siempre haya cielo,
que siempre esté papá
que siempre esté yo..

Contra la pena..
contra la guerra..
levantémonos por nuestros niños
¡Sol para siempre! ¡Felicidad para siempre!..
Así venció el hombre.

Que siempre haya sol,
que siempre haya cielo,
que siempre esté papá
que siempre esté yo..

Terminó por arrullarlo dejando un pequeño beso en su frente antes de aproximarlo a su cuna para moverlo despacio y acostarlo boca abajo como había leído en un par de libros sobre el tema. Tras las puerta con disimulo Bielorrusia observaba sorprendida desde el inicio, pues en su mente era bastante irreal que alguien como el de ojos hielo mostrase trata delicadeza y cariño por algo, aunque cuando lo vio terminando de abrigar al bebé para disponerse a salir tuvo que bajar rápidamente las escaleras para volver a la sala fingiendo observar su entorno ajena al segundo nivel.

-¿La comida ya está lista, no? -Habló primero el de hoz y martillo mirándola desde poco antes del final de la escalera, no tenía más trabajo que hacer respecto a su papeleo así que esperaba poder regresar a la habitación del menor para velar su sueño desde el sofá allí pues el otro se levantaría en cuestión de tiempo si no sentía su presencia-.

-..Eh, si, se terminó de cocinar en su propio calor.. -La europea habló con tono bajo, reflejando su estado dudoso ante el que no se inmutó el más alto pues realmente poco le interesaba-.

-Entonces toma un poco si se te antoja, pero necesito que salgas antes del medio día.. tengo un visitante y necesito estar atento. -URSS giró y volvió al lugar de donde había salido, cerrando la puerta y tomando uno de los biberones antes de sentarse alzando su suéter mentalizándose para lo que iba a hacer pues necesitaba tener los biberones llenos ya que no iba a dejar a ese raro de esvástica solo y sin vigilancia en su casa por ir a amamantar al bicolor-.

Un suspiro salió de sus labios y comenzó a amasar uno de sus pectorales notando como su ahora pezón rosa se erguía comenzando a dejar la leche salir, le dio un ligero repelús de incomodidad pero continuó con el trabajo pues debía terminar al menos dos antes de que el sueño lo reclamara. Afortunadamente tenía una cantidad regular almacenada por lo que los envases de cristal se llenaban relativamente rápido, aunque tanto estarse apretando le producía una sensación extraña que se concentró en olvidar atribuyéndosela al sueño, una vez tuvo ambos listos los dejó sobre el tocador y se limpió con un pañuelo volviendo a acomodarse en el sofá agradeciendo que al menos fuese de dos plazas para no estar tan incómodo.