Двадцать / 20

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Se guiaba por sus instintos, el olor a tierra seca no le gustaba y la expresión ausente del alemán tampoco, en silencio se acostó tras él y se quedó cerca relajándose porque tras un tiempo pensando notó que al igual que el aroma a manzanilla del rubio cuando estaba tranquilo, él aparentemente tenía un olor a pan horneado según las palabras de este que le "Resultaba curioso" y parecía calmarlo. 

Así pareció ser realmente porque el más bajo se removió un poco acomodándose en su mismo lugar y la manzanilla muy tenue volvió durante un rato hasta que pareció volver a dormirse, por lo que lo dejó descansar ahí para tomar en brazos a Rusia y llevarlo al segundo nivel para darle la cena. Luego de que comiera y lo cambiara lo acostó en su cuna para bajar a ver al europeo que dormía profundo con uno de los enormes perros cerca, debido ha haberlo encontrado ya antes durmiendo en la barra sabía que tenía sueño pesado así que también lo tomó en brazos sin mucho problema y lo regresó a la habitación que le prestó, se limitó a dejarlo ahí cubriéndolo con las mantas, cerrando a puerta al salir para volver con el pequeño ya soñoliento para ir a su cama a arrullarlo con su canción y calor hasta que durmió.

•   •   •

A la mañana el sol ya brillaba hermoso entre las nubes, la tormenta cesó y los guardias de la propiedad se encargaban de quitar la nieve con empeño como parte de sus tareas diarias.

Ya acostumbrado a dormir sin nada que le cubriera el pecho, URSS despertó con la conocida sensación del pequeño bicolor alimentándose por si mismo en silencio mientras parpadeaba aún adormecido así que solo suspiró y esperó un rato más a que se soltara por si solo cuando estuviera satisfecho. Aún en cama se puso a pensar mientras tanto en los sucesos del día anterior, cuán complicado era tratar con el enano alemán y lo cambiante que era, los europeos eran muy extraños. Fue lo último que pensó antes de levantarse a preparar la tina pues debía bañar al de ojos lavanda y de paso él mismo para reportarse al Kremlin.. realmente no quería sacar a Rusia de la casa con el frío que aún hacía pero no tenía de otra, una vez lista la poca agua necesaria lo despojó de todo lo necesario para así meterlo al agua soltando una risa baja cuando el menor comenzó a jugar con esta en lo que él tomaba la barra de jabón para comenzar a limpiarlo.

Siguió todos los pasos aprendidos en uno de los muchos libros que consiguió para instruirse y al finalizar lo envolvió con una toalla para llevarlo hasta su habitación a colocarle un nuevo pañal y ropa apta para el frío que hacía afuera, una vez listo lo acostó en la cuna y le dejó su sonaja para que se distrajera en lo que él ahora se duchaba. En ello no tardó más de seis minutos para no tener que dejarlo tanto tiempo solo por su seguridad, por suerte debido a su entrenamiento militar hacía las cosas en poco tiempo por lo que tras arreglar correctamente su uniforme fue en busca de su hijo para bajar a la cocina.

-Supongo que comer tanta Pera ya te ha cansado, ¿Qué tal unos huevos revueltos con champiñones? -Dijo asegurando al menor en su silla luego de sentarlo en una posición en que pudiesen verse ambos, así podía vigilarlo y el otro no se estresaba al tenerlo fuera de rango visual-.

-Kuchen! -El bicolor chilló moviendo los brazos con alegría, incluso había soltado su sonaja para extenderlos-.

-Eh.. no Rus, ya comiste eso ayer -Extrañado el de ojos hielo le acomodó el cabello revuelto por el secado, no quedaba ni un pedazo de la tarta pero de igual manera no era bueno comer dulce tan temprano y menos para un niño-.

-Kuchen!, Kuchen! -El ruso menor siguió vocalizando cada vez más claro confundiendo al soviético hasta que algunos sonidos de garras y ladridos bajos acercándose lo hicieron girar-.

-...Guten Morgen, kleiner Junge.. -Dritte parado al final de la escalera saludó en un murmullo al verse observado, apenas había estado bajando en silencio cuando el de conjunto gris comenzó a llamarlo, aunque se extrañó de verlos tan cambiados-.

(...Buenos días, niñito..)

Luego de eso no hubieron más palabras, el rubio se sentó a la barra frente al pequeño y le hizo algo de juego con la sonaja sin acercarse tanto para no aburrirse en lo que el de ushanka atada hacía el desayuno ahora par todos. Había notado la nevada detenerse en medio de la noche así que tendría que tomar sus cosas y cambiarse a su ropa ya seca para volver a casa a solucionar todos sus pendientes atrasados de esos días imprevistos, dejó de pensar cuando la comida fue servida.

•     •     •

-Rusia, ya.. deja de llorar, tenemos que irnos -El soviético resopló comenzando a estresarse, desde que el mencionado había visto bajar al germano con otra ropa y cargando su maleta, comenzó a hacer berrinches y a llorar como si se hubiese caído-.

Sorprendentemente en lugar de simplemente irse, el de esvástica se sentó frente a él para observarlo con expresión neutral lo que pareció calmarlo un poco pero seguía sollozando como si realmente supiera que se iba a ir a otro lugar. El de gabardina se acomodó el cabello tratando de mantener la paciencia y fue en busca de algo que ya sabía le gustaba al caprichoso rojiazul, una vieja guitarra que guardaba de su juventud y en una oportunidad ya había tocado para él mientras no tenían nada que hacer una tarde.

Al comenzar a cantarle esa vieja canción Rusia detuvo su llanto solo quedando con un ligero hipo por el esfuerzo mientras lo observaba curioso al igual que el europeo que seguía sin decir una sola palabra desde la mañana.

-De repente, sólo quise decirle: "Encontrémonos todos los amaneceres del verano sobre el río".. -A la par en que tocaba la guitarra con gran facilidad, cantaba suave para el bebé ya hipnotizado por ambos sonidos melodiosos- El Arce, todo rizado y verde, quedó tallado. Estoy enamorado y avergonzado delante de ti. El Arce, todo rizado y verde, quedó tallado..

Un tema moldavo que algún humano enamorado hizo para ella, la coqueta castaña de puño fuerte y sonrisa fácil, en algún momento de su vida llegó a sentir algo por ella como muchos pero no fue más que platónico y así como apareció se esfumó de su sistema sin mucha importancia.

-Y la morena moldava se fue al bosque por el sendero, bajo tal tristeza vi que no me invitó a irme con ella. Sobre la morena moldava a menudo pensaba por las noches.. -Esbozó una pequeña sonrisa al ver a los otros dos tan atentos con la historia narrada en la canción, sobre todo por el pequeño ruso ya tranquilo de mejillas rosas con rastros de lágrimas secas- De repente me encontré con mi morena en la guerrilla. El Arce, todo rizado y verde, quedó tallado. "Hola mi dulce y querido muchacho", Oh el Arce, todo rizado y verde, quedó tallado..

El eslavo finalizó con calma para luego dejar la guitarra a un lado del sofá, tomando así en brazos al quisquilloso niño para caminar a la entrada por donde ya habían salido previamente la manada de Pastores del Cáucaso, estaban listos y debían partir al centro de Moscú. En el lumbral de la puerta observó con serenidad el páramo de blanco en el que vivía hasta que los pasos del de ojos esmeraldas lo hicieron redirigir su vista a este cuando se colocó frente a él ya con su maleta y llevando su pomposo abrigo llamativo.

-Wir sehen uns wieder, Kommunist. -El más bajo habló luego de haber extendido su mano y que fuese estrechada por el dueño del territorio, no era una amenaza o una pregunta, simplemente una frase que acarició el viento frío ruso-.

(Nos volveremos a ver, comunista.)

Dad in Training! (URSS & Rusia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora