Тринадцать / 13

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El heredero del Kaiser miraba la gran prenda entre sus manos con una ceja temblando al igual que su párpado, su orgullo se debatía en si ponerse esa maldita camisa o quedarse apestando a perro mojado hasta llegar a su hogar al amanecer.

Quince minutos atrás⋱

Se encogió en donde estaba queriendo matarse o que los mismos perros de lo tragaran vivo en ese momento.

-Es ropa ya usada, venía desde Serbia y se supone que esta sería mi última parada antes de volver a Berlín.. -No podía ya maquillar su tono algo frustrado pero su papel de victima débil lo llevaba adherido a la piel, aunque también se maldecía por no haber empacado más para prever contratiempos como el actual-.

-..Entiendo, ah... puedo prestarte una camisa si quieres, no debí dejar entrar a todos los perros a la vez.. -URSS estaba algo tenso debido a lo ocurrido, aunque el bicolor en sus brazos los miraba entre divertido y tranquilo también curioso por los enormes perros que ahora estaban sentados y tranquilos a la espera de su amo-.

-No sabías que esto pasaría.. -Su tono de voz salió tan dulce y bajito que el más alto quedó absorto mirándolo como si le hubiese salido una aureola angelical en la cabeza, rió internamente al ver que lo había conseguido.. ahora podría subir como el otro idiota ofreció y observaría mejor los alrededores para hacer un mapa mental de la propiedad- Yo.. acepto la camisa, van a regañarme si llego tan desarreglado a casa.

Con algo de prisa el soviético se dirigió a la lavandería para tomar una de las prendas recién planchadas para entregársela al rubio que intentaba quitar los pelos de su pantalón oscuro, este la tomó y subió con cuidado las escaleras al lugar que le habían indicado previamente llevando su pequeña maleta.

Actualmente

No le quedó de otra más que deshacerse de sus prendas superiores entre murmullos groseros, pero soltó varios más cuando notó la gran diferencia de tallas.. aún así se la acomodó como pudo y rebuscó entre sus cosas el corsé que usó durante su estadía en territorio británico para estilizar su figura y verse más correcto, por suerte este se adecuó perfectamente haciendo que la camisa ya no le quedara como una sábana y marcara su cintura de manera oportuna.

El olor de ese jabón de ropa no era al que estaba acostumbrado así que se tomó el atrevimiento de colocarse algunas gotas de su perfume preferido para sentirse más cómodo, luego acomodó su cabello a como debería estar y suspiró mirándose al espejo.. cambiando su expresión de fastidio por una más delicada, haber sido criado por tantas doncellas servía de algo.

Acomodó todas su cosas y salió de la habitación a paso digno, bajó los escalones con cuidado para luego acercarse al mayor con una expresión tímida colocando su maleta delante de sus piernas tal como hacían las señoritas, internamente tenía un tic en el ojo porque se sentía un jodido maricón pero parecía que esa mierda le gustaba al eslavo así que actuar así sería su carta principal.

-Gracias por la camisa.. ya me siento más cómodo. -Reich habló en tono bajo al castaño porque el niño ya se había quedado dormido y lo menos que necesitaba es que este se despertara para llorar-.

El de ropa oscura se tomó un momento para hablar mientras procesaba la extraña sensación que le provocaba ver al contrario con algo de su ropa, no era un maldito pervertido pero.. ¿Por qué se sentía tan agitado?

-Eh.. si quieres puedo servir el postre, la tarta es de una pastelería germana en el centro de Moscú que encontré.. -Volvió a hablar el germanoparlante ya algo estresado pero obviamente ocultándolo, ¿Porqué ese imbécil no dejaba de mirarlo?, malditos sean esos rusos de mierda-.

Un estornudo de Rusia fue lo que hizo tocar tierra al socialista esta vez, ya estaba más confundido respecto a su comportamiento así que se levantó del sofá con el bebé en brazos dispuesto a usar la excusa de acostarlo para alejarse un momento del del esvástica que asintió extrañado. Y una vez los rusos desaparecieron tras la puerta de una de las habitaciones del segundo nivel el de ojos esmeralda hizo un pequeño berrinche silencioso, solo estaba perdiendo el tiempo en lugar de conseguir por lo menos una prepuesta para contrato de exportación, al cabo de unos segundos recuperó la compostura y sin importarle un carajo nada más fue a tragarse un pedazo de la tarta, realmente estaba buena así que se permitió comer un poco más pues aún tenía apetito por su almuerzo interrumpido.

Para cuando volvió el de hoz y martillo Reich ya se había comido media tarta y sus mejillas estaban manchadas con la crema batida, ya ni se planteó decir nada, la reunión había salido como la mierda y estaba cansado de actuar cual imbécil. El de ojos hielo se acercó con expresión de extrañeza y ni siquiera se molestó en sonreír apenado o algo, solo alzó las cejas desinteresado y le dio otro mordisco al trozo que tenía en la mano izquierda pues la otra la usaba para apoyar su cabeza en la palma mientras su codo estaba en la barra.

-Kuchen? -Ofreció con tono burlón, relamiéndose los labios y extendiendo su mano con el trozo de tarta ya mordido por él, al diablo si no conseguía algo ahora, por lo menos ya no actuaría como una mojigata-.

(¿Tarta?)

-Pudiste tomar un plato.. -URSS se sintió un poco más cómodo así, por más raro que fuera el cambio radical de personalidad en el más bajo que se chupaba los dedos para limpiarse el dulce de estos-.

-Es machte mich faul. -Respondió el de botas altas con la boca llena para después morderse el labio inferior, podía oler la incomodidad del maldito comunista y eso le alimentaba el ego, así que siguió jodiéndolo inclinándose más sobre la barra para observarlo de cerca notando que se tensaba-.

(Me dio pereza.)

Dad in Training! (URSS & Rusia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora