Двадцать восемь / 28

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El alemán bufó malhumorado nuevamente, oyendo la estridente y cancerígenamente dulce risa femenina en el primer nivel, desde que esa mujer llegó no contuvo su parloteo ni por un segundo halagando por todo al pequeño bicolor que sonreía feliz por la visita y la fruta fresca.

Se dio la vuelta mirando a la pared y refunfuñó entre dientes por el dolor de su cuerpo, tendría que quedarse tres o cuatro putos días hasta que las marcas moradas desaparecieran al menos de su rostro, no podía permitirse salir y que alguien lo viese en ese estado tan patético. Su apariencia tenía que estar siempre pulcra como la de un buen germano con educación, no como esos salvajes eslavos y sus casas peligrosas, cada vez que pisaba ese lugar algo le sucedía para quedarse más tiempo.. ya fuese la maldita tormenta pasada o su jodido estado actual.

-Baja, hay tarta de manzana recién hecha -URSS abrió la puerta de la habitación sin antes tocar porque desde luego era su casa, su mirada rápidamente dio con el escarlata acostado en la cama y cubierto por una sábana ligera pero no parecía dormido-.

-Ich will keinen verdammten kommunistischen Kuchen. -Se encogió dándole la espalda al de ojos hielo, no estaba de humor y menos aún quería compartir espacio con ellos, incluso si había una tarta de por medio no se iba a doblegar-.

(No quiero ninguna puta tarta comunista.)

-Pero Rusia quiere comer contigo, así que mueve tu pequeño trasero a la sala. -El castaño viró los ojos y de un par de pasos ya estaba frente a la cama quitando la sábana blanca para hacer que se levantara por la fuerza pues el menor los estaba esperando para servir las porciones como ayer-.

-Lass mich los, du verdammtes Tier, ich werde nichts mit dir essen und noch weniger mit dieser schrecklichen Frau. -Forcejeó el de esvástica aunque su cuerpo doliese como el infierno, no era una maldita muñeca para que lo tratara así, no quería bajar y fin del asunto-.

(Suéltame animal de mierda, no voy a comer nada contigo y menos con esa horrible mujer.)

-¿Qué tiene de malo Moldavia?, apenas y te ha mirado cuando llegó -Arqueando las cejas el dueño del territorio quedó mirando al más bajo que se encontraba en el suelo intentando levantarse para volver a donde estaba antes- ¿Qué te traes, enano de mierda? -

-Ich bringe verdammt noch mal nichts mit, geh weg und lass mich in Ruhe ruhen. -Dritte masticó sus palabras con molestia tanto por el trato grosero que estaba recibiendo como por no poderse mover lo suficiente como para matarlo en ese mismo momento-.

(Yo no me traigo un carajo, lárgate y déjame descansar tranquilo.)

-Como sea, no me importa, pero tienes que bajar porque eso quiere Rusia. -Y nuevamente el soviético lo tomó de los brazos para arrastrarlo hacia las escaleras disponiéndose a bajar, si se tardaban más su hijo comenzaría a llorar pensando que no querían compartir con él-.

•   •   •

El de ojos esmeralda pasó dos horas con los brazos cruzados disponiéndose solo a comer con mala cara evitando dirigir su mirada al resto, los otros tontos parecían alguna especie de familia feliz como las que Adolf trataba de construir en la sociedad germana, a él le importaban un bledo esas mierdas así que estaba estresado y solo quería regresarse a la habitación a dormir.

-¿Quie'des más ta'ta, Kuchen? -Rusia giró su mirada atento al rubio que jugaba con los pedazos restantes de la galleta en su plato, tal vez su mala expresión era porque no le gustaba interrumpir conversaciones para pedir más-.

-Ich will nichts Gekochtes von dieser Schlampe. -Respondió entre dientes desviando la mirada, no era culpa del mocoso, pero simplemente ya se quería largar a la habitación-.

(No quiero nada cocinado por esa perra.)

-Dice que si quiere más, mi niño -El de hoz y martillo aprovechó que el menor no entendió nada, para luego mirar al escarlata con cruda seriedad, no iba a dejarlo tener ese vocabulario grosero al referirse de esa manera sobre Moldavia quien nada le estaba haciendo- Sag ihm noch einmal nein und ich breche dir die Zähne.

(Vuelve a decirle que no y te rompo los dientes.)

-Fordere mich heraus und ich ersticke dich im Schlaf, Kommunist. -Reich le devolvió la mirada de mala manera con los ojos entre cerrados y apretando la cucharilla en su diestra como si se tratara de la navaja que siempre escondía un su bota-.

(Atrévete y te asfixiaré mientras duermes, comunista.)

-Dann schleppe ich dich in die verdammte Hölle, Faschist. -Amenazó también el de ojos hielo señalándolo con su tenedor, desde luego que no se iba a dejar intimidar por un enano alemán con diente de serrucho y acento ridículo-.

(Entonces te arrastraré al maldito infierno, Fascista.)

Ambos acabaron por gruñirse como un par de perros bajo las miradas confundidas de la moldava y el pequeño castaño que no entendían nada de la situación por lo que solo continuaron comiendo en silencio hasta que cada quién terminó lo suyo y los antes mencionado salieron a jugar al jardín dejando solos a los rojizos en la sala.

Dad in Training! (URSS & Rusia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora