Пять / 5

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Los nervios del soviético estaban en su máximo punto mientras rebuscaba entre los libros que conservó de su padre algo que pudiese servirle de explicación, el bicolor acabó por quedarse dormido con un puchero enojado teniendo que conformarse con lo que ya había podido comer, pasó algunas horas revisando todos lo que no tratasen de política pero no encontró nada haciendo que se frustrara.. hasta que recordó el diario del Zarista, se supone que él también lo había criado desde que era un bebé, ¿No?

Entonces se levantó de donde se había dejado caer y caminó rápidamente a su escritorio para buscar entre los cajones hasta que lo encontró, en perfecto estado, así que se sentó comenzando a revisar desde la primera página saltándose sus memorias que no le interesaban hasta llegar a la fecha en que recordaba siempre le dijeron que nació. Las hojas estaban llenas de frases en las que se podía distinguir la confusión tal como a él mismo le pasó cuando le entregaron a Rusia, pasó algunas hojas más en las que relataba su cuidado hasta que en la marca del cuarto día encontró lo que esperaba.. su padre también comenzó a escribir respecto a cambios extraños en su cuerpo como el dolor en su pecho y sentir que sus pectorales bastante calientes cuando se hinchaban. Pasó la página y ahí estaba.. los escritos casi mal hechos que detallaban como comenzaron a salir pequeñas gotas blancas que resultaron ser "Leche Materna" según la nodriza real, estaba algo asustado pero al dejar con mucha vergüenza que su pequeño lo amamantara le disminuía considerablemente el dolor con todas las molestias que este traía, luego de eso URSS dejó de leer y resopló cubriéndose el rostro antes de dejar todo como estaba y fue en busca del niño dormido frente al que se sentó en la cama mirándolo dudoso hasta que finalmente lo alzó despertándolo haciendo que volviese a llorar.

-Ya Rusia, no.. -Su voz tembló un poco así que tragó en seco y se mentalizó que era un soldado y no debía temerle a nada, ni siquiera a algo tan extraño como eso, así que lo posicionó como cuando debía darle el biberón y lo acercó algo tenso a su otro lado del pecho aún hinchado siendo inmediata la reacción del bebé por aferrarse a él y comenzar a succionar- Argh, mierda..

No pudo evitar quejarse debido a que los primeros momentos la aún sensibilidad le hicieron sentir un dolor agudo que fue disminuyendo a medida en que el pequeño castaño se alimentaba ya totalmente tranquilo y con los ojos cerrados concentrado en terminar su banquete interrumpido. Al cabo de unos diez minutos los dolores que lo había aquejado esos días desaparecieron haciéndolo suspirar de alivio, al parecer tendría que hacer esto a diario como.. como una madre común así que debía acostumbrarse a la extraña sensación de ser babeado y de cargar con sus pectorales un poco más grandes de lo que eran antes ya que ahora estos almacenaban leche, por un segundo se comparó con una vaca y le tembló la ceja derecha. 

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Con cada día que pasaba Rusia seguía creciendo poco a poco dejando atrás una cantidad regular de ropa que el Kremlin se encargaba de proveer al carmesí sin problema alguno, desde luego ningún humano sabía de la condición que ahora poseía para evitar estar oyendo estupideces al respecto. Ya con el de orbes lavanda un poco más grande la rutina fue cambiando; Apenas se levantaban tomaban una ducha tibia para cambiarse después, ordenaban un poco la habitación seguida de la sala y finalizaban en la cocina haciendo el desayuno únicamente para el de hoz y martillo antes de que se sentase a la mesa y el bicolor comenzara a alimentarse de su pecho a la par en que él masticaba los cereales con fruta de su plato.

Después de todo no estaba tan mal, se acostumbró a esa nueva fase tan extraña y a veces aterradora, descifró por completo los llantos de Rusia y las maneras en las que podía entretenerlo o dormirlo más rápido sin tener que cansarse caminando en círculos.

-Esfera solar, el cielo alrededor.. Este es el dibujo del niño. Lo dibujó en la hoja y anotó en una esquina: Que siempre haya sol, que siempre haya cielo.. -Cantó en tono bajo mientras lo mecía despacio a media tarde, encontró la letra en uno de los libros de su padre y le pareció oportuna inculcarle una canción de cuna para dormirlo o calmarlo cuando fuera necesario- Que siempre esté papá, que siempre esté yo...

Al final de todo.. se había convertido en un padre para el pequeño bicolor acurrucado gustosamente entre sus brazos con toda la paz del mundo y este era su hijo, su bebé.

Dad in Training! (URSS & Rusia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora