Nuevo Poder #2

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Espero que les guste~

Estaban en la sala, Oswald dando vueltas mientras exprimía su cerebro en busca de ideas de cómo buscar a sus demás amigos e Ink mirándolo con expresión pensativa. Ella suspiro, ligeramente desanimada por los problemas causados por su repentino poder, cuando lo sintió. Una chispa de energía, la misma pero menos potente de cuando todos los portales se había abierto, estallando desde su interior y expandiéndose por todo su cuerpo. Podía sentir de alguna manera como su ojo empezaba a billar y supo lo que iba a pasar.

-¡Oswald!- chillo, justo cuando un nuevo portal apareció bajo los pies del rey, quien apenas alcanzó a quejarse entre dientes antes de caer con un grito. Se lanzó tras él sin pensarlo, la energía y el portal desvaneciéndose rápidamente. Cayeron, usando sus orejas para detenerse y aterrizar de manera segura en el suelo de concreto.

-Que lugar tan...oscuro- estaban justo frente a un edificio que se veía viejo y sucio, manchas desgastadas rojas en el suelo. Están nublado y algo oscuro, una sensación de soledad y pesadez a su alrededor. -¿Estas bien?- se acercó, preocupado, al notar como la coneja se sentaba en el suelo con un suspiro de cansancio.

-Eso...me canso- confesó. El ataque anterior la había dejado exhausta pero por suerte, el portal abierto por accidente solo la había cansado un poco. Alzo las orejas, escuchar un ruido lejano pero que se estaba acercando. -Esto...no es bueno- se levanto con las poca energía que le quedaba y luego agarro la mano del conejo, empezando a correr hacia el edificio, entrando y cerrando la puerta justo cuando cuando una multitud de personas se empezó a ver. Eran muchos y caminaban raro, casi arrastrando los pies, con las pieles en un feo color gris y la ropa vieja totalmente rota.

-¿Qué son esas cosas?- Oswald los observo con asombro, susurrando, sin querer ser encontrado.

-Zombies. Estamos en un mundo con Zombies- bufo Ink con una mueca. Caminaron por el edificio abandonado, con pasos cuidadosos y silenciosos, abriendo una de las tantas puertas con toda la cautela del mundo y entonces...

-¡Chicos!- Félix estaba allí, levantándose con una gran sonrisa y acercándose para abrazarlos con fuerza. -Que alivio verlos...- se aferro a ambos, suspirando de alivio.

-Que alivio que te encontramos- suspiro el conejo, sonriendo al ver que su amigo estaba bien.

-¿Como llegaron?- pregunto, curioso.

-Pues...- miro a la coneja, quien se veía pensativa.

-Estaba pensando en ustedes, en lo preocupada que estaba, cuando un nuevo portal se abrió y caímos aquí- explico lo mejor posible, aunque ni ella lo entendía del todo. -Creo...que este poder tiene algo que ver con mis emociones o algo así...- hizo una ligera mueca, pensativa. -...quizás pueda...- y de repente, había manos en sus hombros, obligándola a sentarse.

-Por el momento, creo que deberías descansar- dijo el rey, sentándose al lado de ella, quien ni siquiera se pudo quejar porque bostezo ampliamente.

-Si, te ves cansada- asintió el felino, sentados del otro lado de ella. -Tenemos tiempo- agrego al notar como dudaba en cerrar los ojos.

-Esta bien...solo 5...minutos- se apoyo en el hombro de Félix y se acurruco, cerrando los ojos y permitiéndose una rápida siesta.

The Old Toons 3️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora