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Espero que les guste~

Nota: Yo les tengo mucho miedo y asco a las cucarachas, mi mamá es la que suele matarlos ¿Quién es el valiente en sus casas que mata a este bastado volador?

La paz en el salón del castillo del Páramo fue interrumpida bruscamente cuando la puerta se abrió, un grito de una voz femenina familiar resonando.

-¡Ayúdenme!- chillo Ink, una mueca de pánico y miedo en su rostro, como si estuviera siendo perseguida por un asesino o monstruo. Aunque, conociendo a su amiga, ella estaría alegre de hacerse amigo de alguna de esas opciones, así que debía ser otra cosa. -¡Es un monstruo! ¡Me siguió y es enorme! ¡Viene por mi!- balbuceo, trepando por encima de quienes estaba sentados en el sillón, ignorando sus gritos y quejas mientras se sentaba en el respaldo, acurrucada. Todos los demás miraron hacia la puerta, curiosos por saber la razón del miedo ajeno. Esperaban cualquier cosa, menos un insecto color marrón muy conocido.

-Yo...no voy a enfrentarme a eso- Félix hizo una mueca ante el bicho que ahora estaba entrando, subiendo las piernas al salón y abrazando su fiel bolso.

-Ho por todos los creadores...- Bendy se unió a su amiga, abrazándola con una mueca de espanto.

-No, gracias-Mickey hizo una mueca, acurrucándose en su lugar.

-¡Que asco!- Mug negó con la cabeza, subiendo los pies al sillón.

-Muere, bastardo- Cup apuntó, la punta de su dedo empezando a brillar intensamente.

-¡Sin disparos dentro!- Oswald le golpeo la nuca, haciendo que Cup baje la mano y se queje con molestia. -Agh, montón de cobardes...- bufo, enrollando una revista y acercándose al bicho, solo para cometer un error. -¡Esa madre vuela!- chillo, retrocediendo con pánico cuando el bicho horrible decidió sacar las alas y empezar a volar. La sala se lleno de gritos de espanto y pánico, todo por un solo insecto asqueroso y volador.

Extra XD

Ortencia dejó escapar un largo suspiro, cansada de los gritos y chillidos, agarrando una revista del suelo y enrollándola, usando esto para aplastar al bicho ahora posado en la pared, dando unos cuantos golpes hasta que cayó y dejó de moverse.

-Listo- sonrió, dejando la revista en el suelo, con toda la intensión de tirarla junto al cadáver a la basura.

-¡Ortencia!- Ink se lanzó a abrazarla, llorando de alivio, todos los demás suspirando y relajándose en sus lugares. -¡Eres genial~!-

-Ya, ya...- y con toda la paciencia de una madre, la felina devolvió el gesto, consolándola con ligeros susurros y suaves palmadas.

The Old Toons 3️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora