Capitulo 39

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EL AGUJERO DE LOS PENITENTES

ANTES DE LA HORA NORMAL del cierre de las puertas, Sartén preparo una última comida antes de salir del Claro, el ánimo pesaba sobre los habitantes del Claro mientras, mientras comían Amelia podía sentir como todos estaban empapados de un sombrío m...

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ANTES DE LA HORA NORMAL del cierre de las puertas, Sartén preparo una última comida antes de salir del Claro, el ánimo pesaba sobre los habitantes del Claro mientras, mientras comían Amelia podía sentir como todos estaban empapados de un sombrío miedo.

Amelia se sentó junto a Thomas y Chuck, la castaña removía los guisantes de su plato con la punta de la cuchara, el nudo en su estómago no le permitía probar ni un solo bocado.

—Así que...—Chuck comenzó por decir después de darle una probada a su puré de patatas—¿Por quién me han puesto este apodo?

Thomas sacudió la cabeza.

—No lo sé, por Darwin quizás, el tipo que explico la evolución—le respondió Thomas apuntandole con su cubierto.

—Apuesto a qué nadie lo había llamado antes "tipo"—bromea antes de darle otra probada a su comida, Amelia prestó más atención a la conversación de ambos que a su propio plato—Saben, realmente no estoy asustado, quiero decir, hace tan solo unas noches estaba sentado en la Homestead esperando a que viniera un Penitente y nos robara a uno de nosotros, fue la peor cosa que me ha pasado nunca. Al menos ahora nosotros estamos tomandolos a ellos, intentando algo y al menos...

Guardo silenció con la mirada fija en su plato.

—¿Al menos que?—Amelia lo incentivo a qué continuará.

—Bueno, todo el mundo está especulando que ellos sólo pueden matar a uno de nosotros, sueno como un shuck, pero me da algo de esperanza. Al menos la mayoría de nosotros conseguirá salir, solo dejando morir a un pobre bobo, es mejor que a todos nosotros nos maten.

Aquella revelación hizo sentir enferma a la castaña, aunque muy en el fondo sabía que cada uno de los habitantes del Claro se aferraban a la misma esperanza, uno iba a morir esa noche, aunque aquello podía salir mal; los Creadores seguro ya conocían el plan, era tan sencillo como reprogramar a los Penitentes y esa noche todos iban a morir, Amelia vio esas falsas esperanzas mejor que nada.

—Quizás todos podamos conseguirlo Chuck, siempre y cuando estén dispuestos a luchar—le dijo Amelia, con un tono un poco más fuerte del que le hubiera gustado, casi regañando al pequeño.

—¿De verdad piensas eso o solo estás intento animarme?—Chuck miro a ambos chicos.

—Claro que podemos hacerlo —Thomas le aseguro, este comió su última bocado y dió un gran trago de agua. Amelia se obligó a sí misma a comer hasta el último bocado, quizás sería su última cena.

—No olvides mi promesa. Todavía puedes seguir planeandolo—le aseguro Thomas optimista, Chuck lo miro con el ceño fruncido.

—Vaya cosa, pero sigo escuchando que el mundo está en un estado lamentable

𝐌𝐄𝐌𝐎𝐑𝐈𝐄𝐒┃𝐦𝐚𝐳𝐞 𝐫𝐮𝐧𝐧𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora