«Recordar es lo único que puede hacer para salvar a sus amigos»
(Fanfiction de la saga The Maze Runner)
(No se aceptan copias ni adaptaciones)
(Todos los créditos de la historia ORIGINAL pertenecen a James Dashner)
(MinhoxOC)
comienzo: 23/01/2021
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EL RECHINIDO Y RETUMBAR DE LA piedra contra la piedra les anunció el cierre de las puertas por ese día. Para la sorpresa de Amelia y Thomas, Alby los liberó, el metal de la llave y la cerradura resonó, y la puerta de la celda se abrió de golpe, el moreno los mira desde el marco de la puerta.
—¿No están muertos, o si shanks?—les preguntó Alby con humor.
El moreno se veía mucho mejor que el día anterior, Amelia le sorprendió verlo en pie aunque más le sorprendió ver que su piel había recuperado su color habitual, su ojos ya no estaban surcados por venas rojas, incluso había ganado diez kilos en veinticuatro horas. Tanto Thomas como ella se quedaron en silencio sin quitarle la mirada encima.
«Increíble» llegó a pensar la castaña.
—Shuck, niños ¿Qué están mirando?
—Nada—respondieron al mismo tiempo, apenados por su imprudencia.
—Es sólo que parece loco que hayas sanado tan rápido ¿A qué si Thomas?—dice Amelia, y le da un codazo a Thomas quien asiente repetidas veces.
—¿Te sientes mejor?—le pregunta Thomas a lo que Alby flexiona su bíceps derecho.
—Nunca he estado mejor, vamos a fuera.
Thomas ayudo a Amelia a ponerse de pie pues la castaña le costo un poco hacerlo por si sola. Amelia se sentía un poco preocupada porque Alby estuviese allí, los tres tenían una conversación pendiente, oculto su preocupación en lo más profundo de su cerebro. Ambos salieron de la celda, Thomas sostenía a la castaña por el brazo sin lastimarla.
Alby cerró la puerta detrás de ella con llave y se gira para mirarlos.
—En realidad, no es cierto, me siento como un pedazo de mierda cagado dos veces por un Penitente—confiesa a lo que Amelia hace una mueca de asco.
—Sí, así te veías ayer—dice con burla la castaña, a lo que Alby la mira a lo que Thomas clarificó por ella.
—Pero, hoy luces como nuevo, lo juro.
Alby guarda las llaves en el bolsillo y se recarga contra la puerta de la cárcel.
—Uhm, acerca de esa pequeña conversación que hemos tenido ayer.
A Amelia se le encoge el estómago.
—Oh sí, lo recordamos—responde Thomas jugando con la punta de sus dedos.