𝐌𝐄𝐌𝐎𝐑𝐈𝐄𝐒┃𝐦𝐚𝐳𝐞 𝐫𝐮𝐧𝐧𝐞𝐫

Capítulo 30

LA NOCHE DEL TERROR I

LA MAYORÍA DE LOS HABITANTES DORMÍAN FUERA cuando todo era normal así que meter a todos esos chicos en la Finca les hizo estar un poco apretados. Los guardianes habían organizado y distribuido a los habitantes del Claro a lo largo de las habitaciones, junto con mantar y almohadas, a pesar del número de personas y el caos de un cambio un silencio perturbador se cercía sobre las actividades como si nadie quisiera llamar demasiado la atención de sí mismo.

Cuando todo el mundo estuvo establecido decidieron reunirse arriba, en la habitación estaban Alby, Newt, Minho, Thomas y Amelia, con el fin de finalizar la discución anterior.

Alby y Newt se sentaron en la única cama de la habitación mientras que Thomas y Minho se sentaron junto a ellos en sillas, Amelia se quedo de pie detrás de Thomas y Minho, Amelia se sentía incomoda estando sentada en medio del caos.

El único mueble era un torcido aparador de madera y una pequeña mesita en la cual reposaba una lámpara de luz, que les daba claridad. Las grisácea oscuridad parecía apretarse en la ventana desde el exterior, con una promesa de que algo malo iba a suceder.

—Es lo más cerca que he estado de que todo se destruya—inicia Newt, entrelazando sus dedos—. Shuck por todas partes y besos de buenas noches de los Penitentes, suministros cortados, malditos cielos grises, las puertas no se cierran. Pero no podemos renunciar y todos lo sabemos, los creadores que nos enviaron aquí tampoco nos quieren muertos o ya nos hubieran incitado a ello. En esto o en lo otro, tenemos que dejarnos el culo hasta que estemos muertos o no muertos.

Amelia y Thomas solo atinaron a asentir, ninguno tenía nada más que añadir.

Amelia nota que Alby tenía la mirada fijada en el suelo, aparentemente perdido en sus pensamientos sombríos, su rostro seguía llevando la larga mirada cansada de la depresión, con los ojos hundidos y huecos, la castaña pensó que el cambio era un buen nombre, considerando lo que le había hecho.

—Alby—lo llamo Newt—¿Va a ayudar?

Alby levanta la mirada, se veía sorprendido, como si no hubiese sabido que había alguien más en la habitación.

—¿Eh? Oh, sí. Bueno, eso, has visto lo que sucede en la noche. El hecho de que los jodidos súper-chicos lo hayan hecho no significa que el resto de nosotros podamos.

Amelia vira los ojos, un poco consternada, cada vez le caía peor el moreno.

—Estoy con ellos, tenemos que dejar de lloriquear y sentir lástima por nosotros mismos—acla Minho, frotando las manos—. Mañana por la mañana, primero, ustedes chicos pueden asignar equipos para estudiar los mapas a tiempo completo mientras los corredores salen. Vamos a empacar nuestras cosas para así permanecer allí unos días.

—¿Qué?—Alby eleveo la voz—¿Qué quieres decir con unos días?

—Quiero decir, unos días, con las puertas abiertas sin la puesta de sol no hay razón para volver aquí, de todos modos. Es tiempo para quedarse allí y ver si algo se abre cuando se mueven las paredes. Si todavía se mueven.