𝐌𝐄𝐌𝐎𝐑𝐈𝐄𝐒┃𝐦𝐚𝐳𝐞 𝐫𝐮𝐧𝐧𝐞𝐫

Capítulo 13

¿RECONCILIACIÓN?

AMELIA HABÍA TARDADO DOS DÍA ENTEROS en tener la sala de mapas impecable. Después de aquél extraño encuentro con Minho, Amelia no lo había vuelto a ver, no apareció en la sala de mapas el día siguiente ni tampoco lo vio rondar por el Claro, Amelia llego rápidamente a la conclusión de que el pelinegro la estaba evadiendo, eso le molestaba pues ella tenía un montón de preguntas por hacerle, pero de nuevo tenía que quedarse con las dudas.

Ese mismo día se encontraba junto a Ben quien se encargó de supervisarla durante esos dos días, la presencia del chico no le molestaba pues resulto ser bastante amigable y muy parlanchín, aunque no solo era el encargado de vigilarla sino también de ayudarla a mover objetos pesados. De cualquier forma, Ben no tenía opción pues Amelia aún estaba en recuperación, y ella no desaprovecho esto.

Había caído el mediodía cuando Amelia por fin tuvo todo el lugar limpio sin un rastro de polvo, aunque claro no pudo hacer mucho por el olor a moho, pero ese ya no era asunto suyo y poco le importaba, quería terminar lo más rápido para seguir con sus deberes como jardinera.

Con ayuda de su antebrazo quita el rastro de sudor sobre su frente y le da un vistazo a la habitación, sintiéndose orgullosa del resultado, todo estaba en su sitio, la madera de la mesa estaba limpia y relucía al igual que el piso. La castaña quedo satisfecha con los resultados de su esfuerzo.

—¿Eres consciente de que no durara limpio ni una semana? ¿No?—le recordó Ben, Amelia lo miró por sobre su hombro lanzándole una mirada asesina.

—No me lo recuerdes por favor—dijo en un falso tono de súplica. Miro de nuevo la habitación un soltó un bufido de fastidio—. Esto es un total desperdicio de mi valioso tiempo, te lo digo—murmura quejándose por quinta vez en lo que iba de día.

Ben ríe a carcajada suelta.

—Arriba esos ánimos mi querida amiga, te invito el almuerzo ¿Qué dices?—dice mientras toma a la castaña por los hombros. Esta rueda los ojos.

—Uh, no lo sé. Me sentiría mejor si me das tu postre—musita con falsa inocencia mientras le lanza una mirada a Ben, quien hace una mueca mientras piensa.

—Ahg, vale, te daré mi postre.

Amelia sonríe ampliamente y Ben la saca a arrastras fuera de la sala de mapas, ambos se había hecho amigos en poco tiempo y Amelia se sentía bien con eso pues Ben era un buen chico.