Capítulo 9

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LA VISIÓN

AMELIA SE ENCONTRABA SENTADA BAJO la sombra de un árbol cerca de la puerta norte, inhaló lentamente, percibiendo cada aroma en el aire, predominaba el aroma a tierra mojada y madera

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AMELIA SE ENCONTRABA SENTADA BAJO la sombra de un árbol cerca de la puerta norte, inhaló lentamente, percibiendo cada aroma en el aire, predominaba el aroma a tierra mojada y madera. Era media tarde cuando decidió tomarse un pequeño descanso de sus labores.

Ella había estado un poco ansiosa ese día pues se cumplía mes y medio desde su llegada. Amelia aún tenía esperanza de que algún podrían salir de ese infierno, encontrarían a sus familias y serían felices. Aunque su mente no dejaba de contradecirse, la desesperanza era un sentimiento predominante en ella, ellos habían estado allí desde hace dos años y no habían sido capaz de encontrar salida.

Amelia se cubrió los ojos con sus manos y agito su cabeza.

—Me rehusó a pesar de esa manera, debe haber una salida—se dijo así misma.

Entre todo el silencio que reinaba en ese momento algo paso, Amelia lo escucho muy claro para que fuese su imaginación.

—Ven—fue un susurró dentro de su cabeza, la voz sonaba cálida y risueña.

Alzo la cabeza, no podía ser cierto porque en ese lugar solo estaba ella.

—Ven.

Escucho de nuevo, se levantó de un salto y camino en línea recta. Cuando estuvo más cerca de la puerta vio una visión, era una hermosa mujer vestida de blanco, tenía un cabello corto de color cobrizo con suaves ondas en las puntas, sus ojos verdes la miraban fijamente. Esta mujer extendió su mano hacia ella.

—Ven—dijo de forma cordial.

Amelia estaba sorprendida y un tanto confundida, pero no se detuvo a pensar pues la mujer comenzó a caminar hacia el Laberinto, sus pasos eran ligeros como si estuviese caminando entre nubes, Amelia la sigue.

—¿Quién eres? No debes estar aquí —dijo la castaña, pero fue ignorada por la mujer.

Ambas se adentraron en los pasillos, Amelia estaba hipnotizada por la cálida luz que desprendía la mujer, era como un aura que la hacía sentirse segura. Una parte de su mente cosquilleaba, algo que estaba dormida, un recuerdo quizás, que involucraba a aquella persona misteriosa. No pensaba detenerse hasta obtener una respuesta por su parte.

—¿Quién eres? ¿A dónde me llevas?—pregunto de nuevo Amelia, pero la mujer ni siquiera giró o hizo señales de que la escuchaba.

Sus piernas comenzaban a arder y se sentía cada vez más cansada, no tenía idea de cuánto tiempo había estado caminando, ni siquiera se acordaba del camino. De pronto Amelia se detuvo, había caído en cuenta lo que estaba pasando y era una locura, se iba a meter en muchos problemas.

La mujer también se detuvo en un cruce, miro fijamente a Amelia, pero no dijo ni una sola palabra, la castaña se quedó muda. Sin más se dio vuelta y cruzo la esquina, Amelia con curiosidad va hacia donde la mujer fue, se quedó sorprendida cuando no vio a nadie «Es imposible que se fuese tan rápido» pensó mirando hacia todas las direcciones en busca de la mujer.

𝐌𝐄𝐌𝐎𝐑𝐈𝐄𝐒┃𝐦𝐚𝐳𝐞 𝐫𝐮𝐧𝐧𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora