Capítulo 6.

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6.

Y de nuevo el pitido del despertador interrumpe mis sueños. Ya es viernes, casi he superado mi primera semana de instituto en Barcelona. Me levanto de la cama con tranquilidad, desayuno un zumo de naranja y una tostada. Voy al baño a lavarme los dientes y la cara. Me peino, me pinto y salgo hacia mi cuarto. Hoy no me apetece arreglarme, así que me pongo unas mallas negras, una sudadera larga roja con cruces negras y mis Converse altas negras. Me miro al espejo repitiendo mil veces que voy guapísima. Ya estoy lista. Cojo la mochila y la cargo al hombro. Salgo del portal mirando al cielo. ¿Qué tienes preparado hoy para mí, Barcelona?

-        ¡Buenos días, Laura! —me chilla Raquel desde el otro lado de la calle.

-        ¡Buenos días! —le respondo acercándome a ella- ¿qué tal?

-        Muy bien, por fin es viernes. Antes de que se me olvide, esta noche voy a salir con unos amigos a tomar algo, ¿te apuntas?

-        Si molesto y demás prefiero no ir, ya sabes —contesto con vergüenza.

-        ¿Tú eres tonta, verdad? Te he preguntado si quieres venir, pero vas a venir sí o sí. Así que te apuntas.

-        ¡Eres la mejor! Muchas gracias, Raquel —y le abrazo tan fuerte que hasta parece quedarse sin aire.

-        No hay de que, tonta, para eso estoy.

El camino hacia el instituto nos lo pasamos hablando de qué nos vamos a poner. Raquel se va a venir a mi casa un poco después del instituto para prepararnos juntas. La verdad que en poco tiempo he cogido muchísima confianza con ella, es una chica estupenda. Es lo contrario a mi, yo no paro quieta ni un segundo y ella es muy tranquila. Yo no soy nada vergonzosa, pero ella... ella tiene toda la vergüenza que a mi me falta.

El día pasa con normalidad, nos han puesto pocos deberes para el fin de semana pero nos han avisado que los exámenes están a la vuelta de la esquina. Tengo que ponerme a día, no creo que me cueste mucho pero tengo que esforzarme. A última hora tengo tutoría con Pablo. Con mi novio. Con el idiota de veinticuatro años y la sonrisa que más te emboba de toda Barcelona. Toca el timbre del recreo. ¡Por fin! Adiós a las matemáticas por esta semana. Cuando salimos al patio Raquel me lleva con sus amigos. La verdad que todos se parecen en algo a mi amiga. Me preguntan qué tal mi llegada, que si ya he encontrado novio y que si me voy  adaptando. Me desenvuelvo bien. Me gusta el grupo, son muy simpáticos todos. De nuevo el timbre. La clase de tecnología se me hace muy corta, la profesora no ha venido así que un sustituto que ha venido nos ha dejado la clase libre —lo que significa hablar con Raquel sobre esta noche- para hacer lo que queramos. Fin de la clase. Mi corazón se acelera solo de pensar que ahora me toca verle. No sé a qué fin me pongo nerviosa si aquí dentro somos profesor y alumna. Cuando llegamos al aula que nos corresponde la puerta ya está abierta y, como de costumbre, él ya está dentro.

-        Buenos días, chicos —dice mientras vamos entrando.

Levanto la vista buscando su mirada. La encuentro. Se encuentran. Sonríe de lado y yo noto que me pongo roja y agacho la cabeza. Tomo mi asiento al lado de Raquel. Álex hoy no ha venido a clase. Suena la sirena de nuevo que avisa que la clase tiene que empezar.

-        ¿Alguna duda para hoy? —pregunta él.

Nadie dice nada, ninguna mano se levanta. Pablo se pone en pie para sentarse en la mesa —como de costumbre- y empieza a hablar.

-        Pues visto que tenéis muchas dudas —dice irónico- no responderé ninguna porque me estreso. No, ahora en serio chicos, como sabéis no queda nada más que un trimestre y medio para que acabemos el curso y tenéis que pensar en bachillerato o en formaciones profesionales los que no queráis estudiar Bachillerato. Con vistas al futuro quiero que me digáis lo que os gustaría hacer, en qué os gustaría trabajar... ya sabéis, vuestros planes. ¿Quién empieza?

¿Puedes sorprenderme?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora