Durante años Jimin y Taehyung han sido los mejores amigos del vecindario.
¿Qué sucedia cuando ambos estaban realmente interesados en la misma chica?
Una renovada y completamente destrozada chica que abandonó sus vidas cuando recién eran unos niños...
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- ¿Pasó algo? – Preguntó Tae cuando llegué a la mesa con comida, incluso le había comprado un emparedado a él también, aunque no me lo había pedido – Gracias.
- No, sólo la invité a sentarse con nosotros, pero supongo que no soy de su agrado – reí en voz bajita – No es novedad.
Taehyung me miró y estaba segura de que iba a decir algo de no ser porque Jin había regresado con nosotros acompañado de Jimin, quien por alguna razón yo no quería ver.
- Hola, chicos – Jimin se giró para verme y me sonrió – Hola princesa, ¿qué tal el primer día de clases? Espero que todo vaya de maravilla.
- Bueno, no he estado coqueteando con personas como tú – solté bruscamente, me había ganado la mirada de todos, pero honestamente no me importaba – Supongo que si de buenos días nos has ganado a todos.
Me levanté de la mesa y salí de la cafetería, agradecí que ninguno me hubiera seguido porque conocía la sensación que corría por mis venas, tenía ganas de ocasionar un problema y si alguna persona intentase atravesarse seguramente una bomba explotaría.
Pero, aunque no fueron ellos terminé chocando con alguien haciendo que mi comida terminara al piso.
- Podrías fijarte por donde vas – una voz femenina se dirigió a mí – Me has embarrado de comida.
- Me has tirado mi comida – la miré mal, era más bajita que yo, intentaba intimidarme con la mirada, pero eso ya no iba a funcionar conmigo, había conocido a toda clase de niña malcriada – Vamos a la cafetería porque vas a pagarme esto.
Soltó una carcajada, ya nos comenzábamos a ganar algunas miradas intrigadas por la argumentación que estábamos teniendo, pero ser el centro de atención no me daba miedo ni pena, incluso me iba bien.
- ¿Estás enfermita? – Se atrevió a darme golpecitos en la cabeza, cerré los ojos y respiré profundo – Me parece que no entendiste que la culpa fue tuya, si quieres tragar puedes ir a comprarte otro por tu cuenta.
- Creo que la que no está entendiendo eres tú, en ningún momento te lo pregunté, me refería a que vas a ir a comprarlo ahora mismo, sin alguna otra opción por escoger.
Lo siguiente que supe es que me había aventado y yo se lo había devuelto, la gente comenzó a acercarse para ver la discusión, pronto nos vimos envueltas en una pelea física en la que más de puñetazo me había llegado y le había llegado a ella.
Hasta que un par de personas entraron a separarnos, los brazos de mi hermano me tenían levantada por los aires y me separó de ella tan pronto pudo.
- ¿Pero es que estás loca? – Me bajó sin cuidado alguno y tuve que recuperar mi estabilidad – Es tu maldito primer día de clases y ya eres el puto centro de atención.
