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Jimin y yo habíamos quedado de hablar en su casa, sus padres no estarían como de costumbre, me arreglé tan bonita como pude, en mi cabeza el pensar de forma positiva y pensar en esto como algo bueno podría tener un buen augurio, quizá sería difíci...

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Jimin y yo habíamos quedado de hablar en su casa, sus padres no estarían como de costumbre, me arreglé tan bonita como pude, en mi cabeza el pensar de forma positiva y pensar en esto como algo bueno podría tener un buen augurio, quizá sería difícil, pero confiaba en nosotros. Antes de dirigirme a su casa revisé mi celular y vi que tenía un mensaje de Joo donde me deseaba suerte y que cualquier cosa ella estaría pendiente, que no dudara en hablarle, le agradecí, pero en serio esperaba que aquello no fuera necesario.

Finalmente coloqué labial y salí de mi casa para dar unos cuantos pasos y llegar a la de Jimin, toqué y esperé a que abriera, mis manos sudaban y sentía que en cualquier momento vomitaría el desayuno.

- Hola – Jimin abrió la puerta y me sonrió, creo que ambos habíamos pensado igual porque estaba guapísimo el día de hoy – Pasa, camina al patio trasero, es donde estaremos.

- De acuerdo – entré y comencé a caminar hacía allá, suspiré e intenté con todas mis fuerzas disimular mi nerviosismo – traje unas fresas.

Las había comprado mi mamá, pero se las había robado, después las repondría, sería más de utilidad para el picnic que tenía delante de nosotros, él había preparado todo el lugar, de repente me costaba trabajo pensar que íbamos a tener una conversación difícil, todo lucía demasiado bien como para que las noticias fueran malas, quizá todo había sido un plan para sorprenderme, no parecía una idea loca.

- Jimin, ¿tú preparaste todo esto?

- No mereces menos – me miró y sonrió, aunque sus ojos no expresaban la sonrisa normal – creo que merecemos una buena platica, bueno, especialmente te la debo yo a ti.

Nos sentamos sobre la manta que él había preparado, la comida se veía apetecible, pero no sabía cómo decirle que estaba tan nerviosa que me hacía dudar sobre mi capacidad de ingerir alimentos.

- Traté de preparar comida rica para ti – se rascó la nuca – pero no soy tan hábil con la comida como tú.

- No tienes que darme gran cosa, Jimin – lo tomé de la mano – para mí significa más este detalle que la comida en sí.

Tomé un sándwich y en contra de mi voluntad lo mordí, sabía bien, pero temí que en cualquier momento terminará esparcido de forma asquerosa, sólo intenté respirar profundo y relajarme, no tenía que ser tan mal momento, él hablaría cuando se sintiera realmente listo.

- Me gustó mucho el viaje a Seúl – él también tomó un sándwich – ojalá hubiéramos podido hacer más viajes juntos.

- Todavía tenemos la oportunidad Jimin, hay una vida por delante que seguro nos depara cosas asombrosas.

- Si pudieras ir a cualquier parte del mundo, ¿a dónde irías Min Jun?

- Creo que me gustaría conocer Italia – me encogí de hombros – el idioma, la historia... un buen lugar para conocer.

SOULMATES - (JIMIN, TAEHYUNG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora