Capitulo #1. Limbo.

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Después de un largo día laboral, Mairena se encontraba sentada sin energía en una pequeña oficina, con una mirada pensante, cuestionándose si era necesario ir a trabajar al día siguiente.

Aun cuando era domingo, el trabajo simplemente no terminaba, al ser la gerente del supermercado más grande de la cuidad, y el lugar donde se podían encontrar todas las cosas que buscaras, era normal que pasara los fines de semana repleta de trabajo.

“Aaaah, quiero unas vacaciones”
En esa pequeña oficina solo podían escucharse los lamentos de Mairena junto con el sonido de su estomago gruñendo.

Pero a pesar de la carga, y del hambre por no poder comer en largos tiempos por trabajo, ella no podía renunciar.
Ella tenía que sobrevivir y ser alguien en la sociedad.

Mairena era una niña huérfana nacida en una zona rural, en el orfanato al que pertenecía las cuidadoras eran señoras de mediana edad muy amables, también se llevaba bien con los demás niños, el problema era el dinero, su orfanato era muy pobre, y la localidad en donde estaba también, por lo que durante toda su niñez y adolescencia nunca experimento la sensación de estar “satisfecha”.

Por suerte Mairena era una niña muy inteligente, por lo que aun cuando tenía escasos recursos y nunca tuvo padres, ganó una beca para una universidad en la ciudad. Por lo que dejó el campo, se instalo en la ciudad y comenzó a trabajar mientras al mismo tiempo estudiaba.

Su vida siguió siendo dura, debido al poco tiempo que tenía alternado los estudios y el trabajo, sintió que realmente no estaba disfrutando su juventud, pero aun así no podía renunciar ni a la escuela ni al trabajo… ya que tenía que sobrevivir.

Así Mairena paso toda su juventud ocupada, y después de años de trabajo finalmente fue ascendida al puesto de gerente en el supermercado con más renombre e inmensidad de la cuidad.

Se suponía que ahora ya podría relajarse y disfrutar de la vida, pero el trabajo requería muchas responsabilidades, por lo que aun cuando ahora ya no le faltaba dinero, no tenía el suficiente tiempo para gastarlo, su único pasatiempo era leer novelas en sus ratos libres y ver películas con actores guapos.

“Ahhh, la vida es dura”
Mairena soltó otro murmullo mientras se paraba de su silla, ya casi era la hora de cierre y tenía que asegurarse que las nuevas estanterías estuvieran acomodadas y dejarlas listas para mañana.

Se supone que ella no necesariamente tendría que hacer ese tipo de trabajo, pero uno de las malos puntos del supermercado era la escases de personal, por lo que ella terminaba muchas veces haciendo doble carga de trabajo cuando el supervisor de alguna área tuviera un imprevisto. 

Caminado por los pasillos con un olor a limpio y aire acondicionado, Mairena se encontró con los empleados responsables de terminar de acomodar los nuevos productos.

“Oh gerente, ya casi terminamos”, dijo un empleado varón al ver a Mairena acercarse, “solo nos falta acomodar unas cosas que están en el almacén”, continuo una empleada joven.

“Si, no se preocupen, apenas terminen eso y pueden ir a su casa” contesto Mairena a ambos empleados, los cuales mostraron un rostro agradecido y caminaron rápidamente hacía el almacén.

En eso el empleado varón recordó algo y desde la distancia habló a Mairena, “Gerente si va a ver la nueva estantería de verano ¿podría darle un vistazo?, creo que esta inestable”.

“¿inestable?, esta bien lo comprobare”, le contesto Mairena mientras continuaba su camino, en realidad ella si prestó atención a las palabras del empleado, pero en el momento que entro al pasillo, su mente divago por otras partes.

“verano, ¿eh?” la sección en donde estaba promocionaba el verano y los viajes para vacaciones, por lo que después de tomar una pelota de playa Mairena se decía así misma que definitivamente necesitaba unas vacaciones y descansar.

Entonces a unos cuantos pasos de la enorme y nueva estantería que promocionaba todo tipo de cosas para el verano y maletas para viajar, Mairena ya fuera por el enorme cansancio acumulado o su torpeza natural, tropezó con su propio pie, cayendo al piso y soltando la pelota de playa, la cual, a una gran velocidad por su caída, choco con la estantería provocando que esta empezara a mecerse, hasta que lo único que Mairena pudo ver fue la enorme estantería cayendo encima de ella.

Después de un intenso dolor en la cabeza, Mairena ya no pudo sentir nada, cuando recobro la conciencia solo podía sentir como si su cuerpo estuviera flotando, sin poder ver, ni oler, ni sentir más que un vació.

Allí fue cuando Mairena lo supo, “Ah, creo que morí”.

Después de comprobar que no estaba soñando y llegar a la conclusión de que estaba en el limbo, los pensamientos de Mairena comenzaron a alterarse.

“Espera… ¡¿Enserio morí aplastada por una estantería solo por que me tropecé con mi propio pie?!”
“¡¡CUANTAS PROBABILIDADES HAY DE MORIR APLASTADA POR MALETAS!!”
“¡¿Es enserio?!, ¿Enserio morí de esa manera después de los duros momentos que pasé?, ¡¡NOOO!!”

En esos momentos Mairena pensó que, si hubiera sabido que moriría de esa manera, habría renunciado y gastado todos sus ahorros sin culpa.

Pero ya era demasiado tarde, posiblemente ahora se dirigía al cielo, después de todo ella en realidad nunca fue mala y siempre cumplió la ley.

“Se que dije que quería un descanso, pero no me refería a esto”, cuando Mairena sintió unas enormes ganas de llorar, de repente, a diferencia de antes, comenzó a sentir sus extremidades, no podía ver ni escuchar, pero podía sentir, curiosamente el cielo se siente… ¿esponjoso?

“¡¿Esperen, esperen?!, ¿Qué demonios es esto?, ¡no puedo ver ni escuchar nada!, además ¿que rayos es esto que me esta tocando?, ¿felpa?”.

-“¡¡Chillido!!, ¡¡Chillido!!”

-“…….”

“Esperen, ¿Qué fue ese sonido?, acaso... ¿acaso es mi voz?”

-¿Chiii?.

“¡!”

Para cuando Mairena estaba teniendo una crisis existencial, sintió que ese enorme bulto de felpa cálido comenzó a alimentarla.

Allí fue cuando Mairena se dio cuenta que algo no estaba bien, el cielo no podía ser así, una terrible premonición la invadió, pero como no podía ver y solo podía escuchar muy pero muy leve unos pequeños chillidos, casi hasta el punto de estar sorda, no tenía forma de comprobarlo.

Antes de que Mairena pudiera caer en una crisis aun mayor, sintió como su conciencia volvía a desvanecerse, y entonces, se durmió.

Mairena no lo sabia, pero ese solo era el comienzo de momentos aun más duros, o por lo menos, de circunstancias que nunca creyó que experimentaría.



NOTA: Las ardillas al nacer no pueden ver ni escuchar, jajaja solo que me pareció gracioso que ella escuchara sus propios chillidos, oh y también las ardillas pueden hacer todo tipo de sonidos, pero para no complicar tanto deje su sonido como "chillido".

¡¡GRACIAS POR LEER!!.

Soy una Ardilla en el Apocalipsis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora