Capitulo #22. Hay un asesino.

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La luna se encontraba en lo alto del cielo, esta ya no era la misma luna normal de siempre, sino una luna rojo sangre que significaba el momento más peligroso, la noche.

En un gimnasio se encontraban varios grupos de personas, eran muy pocas las que todavía poseían linternas funcionales, algunas ya estaban dormidas, mientras las despiertas conversaban entre sus grupitos casi susurrando.

En un rincón del gimnasio había una camioneta robusta, por sus vidrios completamente polarizados no se podía ver nada de adentro, pero aun así, una pequeña luz se filtraba de su interior.

En aquella camioneta se encontraban Derek y los demás junto con el joven que los ayudo en la mañana.

La cara de los sirvientes estaba rígida, no era de extrañar debido a lo que el joven llamado Luis les acababa de contar.

Cuando se escucho el aullido y se encerraron, aun si no podían entender que sucedía, pudieron notar que en el exterior comenzaron a sonar todo tipo de sonidos, sobretodo aullidos de diferentes partes y gritos de animales en agonía.

Las personas dentro del gimnasio por temor no abrieron las puertas hasta dos horas después de que cesaron los ruidos, justo cuando John pensaba que finalmente podrían salir e irse, el aterrador aullido volvió a escucharse, provocando que todos decidieran no abrir las puertas hasta el día siguiente.

Por eso no pudieron marcharse, además, necesitaban reunir información de que enemigo encontrarían una vez que salieran, por suerte estaba Luis, el amigo de Antonio, el cual les explico las cosas durante el primer encierro en el gimnasio.

Tal y como Derek previó la avenida principal era un completo caos, en la segunda ola las personas al tercer día comenzaron a impacientarse al no ver el sol y sin comunicación, algunos tomaron sus cosas y trataron de irse.

Al ver los monstruosos animales muchos ignoraron y trataban de dar vuelta a los otros conductores, al final, no solo generaron muchos accidentes tapando varios espacios por toda la avenida, sino que también, fueron masacrados por los animales que escaparon del zoológico.

Eso solo dejo una vía segura de escape, pero quien diría que al quinto día una jauría de perros mutantes apareció rondando y acampando en los limites de la ciudad.

Estaban atrapados, Derek y compañía comprendieron, pero la razón del por que los sirvientes estaban rígidos actualmente no era por eso, ellos creían que la jauría de perros era la razón del caos, pero cuando menos lo esperaban Luis fue a buscarlos en la noche y les conto algo aterrador.

Derek y Daisy era los únicos tranquilos, después de todo ellos ya lo sospechaban.

"Hay un asesino"

La ciudad se había dividido en dos bandos, los lugareños del norte que vivían cerca de la montaña, y los residentes del centro y el sur que eran las personas con las que se encontraban actualmente.

Para resumir las cosas, cuando comenzó la obscuridad, varias colonias de vecinos se unieron, debido a que eran los primeros días aun no existían problemas con la comida, por lo que todos eran muy cooperativos y se apoyaban mutuamente.

Pero al tercer día, repentinamente la hija de una jefa de manzana apareció muerta y colgada en los cables de electricidad, eso genero pánico en todos, al principio todos pensaron que había sido obra de un animal, pero al día siguiente se encontraron diez cuerpos más, y estos iban aumentando hora tras hora.

Soy una Ardilla en el Apocalipsis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora