Capitulo #38. Problemas (2).

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Esta vez era Daisy la que se sentía impotente, ella si podía moverse solo que el dolor era más intenso cuando lo hacia, pero al pensar en aquel extraño animal con el cual estaban a punto de pelear Derek, John y Cesar, Daisy apretó los dientes mentalizando su próximo sufrimiento dispuesta a pararse.

Sin embargo la mirada enojada de Derek la detuvo al instante.

"Ana quédate con Cecilia y Daisy, Antonio tu te quedaras en la entrada, seras la ultima barrera", Derek hablo hacia todos de una manera dominante.

Cecilia que ya estaba siendo retenida por Ana finalmente se dio cuenta de que algo no estaba bien, ella puso una mirada ansiosa mientras trataba desesperadamente que Cesar la viera.

"Todo estará bien Ceci, se buena y espera, pronto regresaré", Cesar trato de hablar con el mayor tono tranquilizante a su hermana pequeña.

Cecilia bajo la cabeza, ella realmente estaba horrorizada al pensar que algo malo podría pasarle a su hermano, pero recordando la escena de ella llorando anteriormente y causando problemas a todos, se avergonzó, obedientemente se quedo al lado de Ana mientras asentía a su hermano.

De hecho, Cecilia no sabía que le pasaba, de la nada, ella comenzó a sentirse insegura y ansiosa recordando una gran cantidad de sus miedos ocultos, la sensación de ser perseguida u observada por estos se volvía tan real que no podía evitar comportarse con paranoia.

"Ten cuidado Chegi, señor John, amigo Derek, ustedes también cuídense mucho", Cecilia hablo mientras enterraba su rostro en la falda de Ana.

Sin perder tiempo Derek, John, Cesar y Antonio que se quedaría en la puerta, salieron, todos iban armados y preparándose para cualquier cosa inesperada.

A excepción de Derek y una Cecilia sin idea de su peligrosidad, todos los demás se preguntaban por que la ardilla viciosa experta en degollar esta vez Derek no la dejo salir, sin embargo, al final como el animal al que se enfrentarían era la prioridad, todos dejaron de pensar en eso.

Daisy se quedo impotente en la almohada, debatiendo en si ir y ganarse el enojo de Derek o quedarse refugiada con la ansiedad de esperar.

Derek, John y Cesar salieron, los tres voltearon a una misma dirección, Antonio se quedo en la entrada apretando fuertemente la pistola en sus manos, él no mentiría al decir que no tiene miedo, pero aún con sus manos temblando se preparo para usar el arma en cualquier momento.

"Aquí viene", con las palabras de Derek todos enfocaron su vista.

El paisaje anteriormente blanco, ahora se había vuelto completamente diferente, ni siquiera se podía apreciar los rastros de las anteriores nevadas, y gracias a esto, era posible conocer y ver a su máximo esplendor las monstruosas plantas por todas partes.

Enredaderas por todos lados que siguen moviéndose y retorciéndose, arboles con apariencias extrañas que se adhieren a la palabra "fantasma" a la perfección, enorme hierba cubriendo casi todos los lados imposibilitando ver a un enemigo escondido, todo esto era lo primero que se veía al levantar la vista.

Lo peor de todo, es que estas plantas no eran para nada inofensivas, a pesar de apenas haber salido por unos cuantos segundos, pudieron notar como las enredaderas que se retorcían tenían encarcelada a una rata mutante, la rata trataba de forcejear y escapar, pero las enredaderas tenían filosas espinas a cada centímetro de sus lianas, y enredando a la pobre rata por todo su cuerpo lo único que esta lograba al intentar zafarse era que todas estas espinas se encajaran más y más profundo en su carne.

Soy una Ardilla en el Apocalipsis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora