Soy una Ardilla en el Apocalipsis

Capitulo #25. Repercusión (2)

Alan comenzó a forcejear contra John, pero era inútil, sus fuerzas eran muy diferentes, justo cuando pensó que moriría ahogado, John lo arrastro hasta llegar frente a la multitud para después tirarlo en medio de todos.

Alan tocio descontroladamente, pero rápidamente reincorporo su postura para ver a las personas, sin embargo, era extraño, por más que intento moverse no podía, era como si una fuerza invisible lo aplastara y retuviera.

Aun si por dentro se sentía sumamente humillado y lleno de ira, Alan siguió poniendo su misma sonrisa “amable” de siempre.

“¿Qué pasa?, ¿Enserio no creerán todas estas cosas cierto?, ¿no pueden ver que están tratando de inculparme?” soltó él en un tono agraviado.

Tal vez si fueran tiempos normales donde la electricidad y el internet aun sirvieran las personas podrían llegar a creer que las fotografías estaban editadas, pero…

¿Enserio serían tan estúpidos para creer eso cuando actualmente nadie pensaría en editar fotos y mucho menos hacerlo de una manera tan profesional?

Miraran como miraran las fotos, estas eran obviamente reales.

Incluso hasta había unas cuantas con la cara completamente hinchada de Alan.

Aun si la verdad era impactante, era imposible no creer en la evidencia.

Al ver los ojos hostiles llenos de ira y decepción de la gente, Alan dejo de fingir, el cambio de su expresión fue tan grande que todas las personas quedaron boquiabiertas.

El joven gentil y tranquilo que todos recordaban ya no estaba, ahora Alan ya no oculto su expresión viciosa junto a su mirada llena de obsesión.

“¡JAJAJAJAJA!”, una risa psicótica y desenfrenada se escucho por todo el lugar.

“¡Todos ustedes son unos completos imbéciles!, ¡¡Si, yo soy el asesino!!, ¡¿Y que?!, ¡No pongan esas caras de victimas inocentes!, ¡Díganme, ¿quienes fueron los estúpidos que lincharon a los demás por unos simples rumores?!”

Alan comenzó a comportarse como todo un psicópata, su expresión era sumamente turbia y su voz tenía una gran cantidad de locura.

“¡Mate a una gran cantidad de gente, pero díganme, ¿En que nos diferenciamos ustedes y yo?!, ¡¡EN NADA!!, ¡ambas partes somos asesinos!”

Todas las personas se quedaron mirando aturdidos al desquiciado Alan, unos cerraron los puños y otros bajaron la cabeza, recordaron todas las tonterías que hicieron y toda la gente que habían perseguido y lastimado.

Alan al ver la expresión de todos, comenzó a reírse aun más fuerte, pero entonces el sonido de una pistola apuntando a su cabeza lo dejó mudo en seco.

“Ciertamente ambas partes son asesinos, pero esto y aquello es diferente, no me importa quien tiene la culpa, o quien es un asesino o no, me da igual, a mi solo me importa darte una paliza”, la voz helada de Derek llegó a los oídos de todos.

“Además, como dije ambas partes son diferentes, aquellos lo hicieron por idiotas y tu lo hiciste bajo tus propios deseos, no trates de desviar tu culpa arrojando el punto de atención hacia los demás, yo no busco a los tontos que siguieron ciegamente a un imbécil aun mayor, sino al psicópata que dejo colgados aun sin fin de cadáveres”, las palabras de Derek captaron la atención de toda la multitud.