Capitulo #34. Partiendo.

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Por más inquietud que Daisy sentía, al final no pudo recordar el nombre del autor de la novela, así que siguiendo su principio de no estresarse y no apurarse por recordar algo imposible, dejo de lado el tema.

Al regresar su atención a las demás personas, Daisy noto que la atmósfera era algo pesada y melancólica, ansiosa volteo hacia Derek, el cual, pensando que la ardilla acababa de salir de un viaje astral y no entendía nada, llegó a la conclusión de que Daisy le estaba pidiendo cambiar la sensación lúgubre del lugar.

"¿Sabes quienes son los dueños de esta casa?", la repentina voz de Derek sorprendió a todos.

Cesar estaba confundido todavía con lagrimas queriendo salir de sus ojos, "No... ¿esta casa no es de ustedes?"

Sin importarle la mirada confusa de todos, Derek prosiguió hablando, "¿Ves esa foto?", dijo mientras apuntaba a la foto familiar en la pared.

"Si... oh parece que son una buena familia, ¿en donde están?", hablo Cesar con genuina curiosidad.

Bajo la mirada incrédula de Daisy, Derek le quito la carta dejada por la esposa "Elena" y con una cara seria se la paso a Cesar.

Cesar comenzó a leer la carta con ingenuidad, pero conforme leía más y más su rostro cambio de un estado neutro a una expresión agraviada.

"Este tipo, ¿como pudo hacerle esto a su esposa?, ¡no sabe de la importancia de cumplir una promesa conyugal!"

Los ojos de Ana brillaron con un sentido de comprensión, "¡Verdad!, ¡una vez que firmas si no hay divorcio no debe haber infidelidad!" ella comenzó a hablar renovada como si su mirada triste de hace unos segundos fuera una ilusión.

Antonio guardo silencio mientras se sentía amargo, el también quería hablar pero aun no olvidaba la conferencia que su abuela le había predicado sobre las virtudes de un buen marido, tenía miedo de revelar su presencia y terminar siendo objeto de sermones de nuevo.

Mientras Derek guardaba silencio tomando tranquilamente chocolate caliente, Daisy veía con asombro como Ana, John y Cesar comenzaron el debate 2.0 sobre el pobre hombre que yacía muerto sobre sus cabezas, para después, un lamentable Antonio fuera objeto del sermón renovado y actualizado de Ana.

Cesar al escuchar las palabras de Ana sintió una revelación.

"Debo explicarle a Cecilia sobre como identificar a los hombres escoria..."

Antonio que escucho sus palabras solo se sintió más mal, Cecilia seguía dormida y ni siquiera sabía nada pero ahora su hermano le daría una conferencia apenas despertar.

"Si recuerdan que todavía somos menores de edad, ¿verdad?, además, Cecilia parece tener alrededor de diez años, ¿es correcto que le hables sobre esas cosas?" Antonio quería rugir con agravio.

El día transcurrió y el tema de conversación sobre la infidelidad nunca paso de moda, solo que, por alguna razón, Daisy sentía que Cesar no paraba de darle miradas furtivas.

"¿Sera mi imaginación?, o... ¿le tiene rencor a los animales?", debido a que sus padres habían muerto por un oso, Daisy pensaba que tal vez Cesar guardaba cierta desconfianza hacia ella, pero curiosamente no sentía hostilidad, extrañada volteo con el silencioso Derek en busca de respuestas.

Soy una Ardilla en el Apocalipsis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora