"¿Como ocurrieron las cosas así?, ¿baje la guardia?"
Daisy se preguntaba, al pasar tanto tiempo junto a Derek, había olvidado que originalmente era una persona solitaria.
No solo poco a poco fue permitiendo que Derek entrara en su corazón, sino también, ella se fue volviendo más atrevida y confiada.
Se convirtió en una ardilla mimada con el valor de hacer y deshacer cuanto quisiera ya que inconscientemente sabía que Derek no la dejaría.
Sin darse cuenta y sin previo aviso, ella había encontrado la familia que siempre deseo.
Pero era una ardilla, ese era el único problema, Daisy perdió la cuenta del número de veces que pidió a los dioses mínimo poder hablar.
Sin embargo, estaba bien, mientras pudiera seguir al lado de esa calidez no le importaba ser una ardilla.
De hecho, irónicamente, aún si había reencarnado en una novela apocalíptica, para Daisy, conocer a Derek y a los demás, había sido una de las mejores cosas que le sucedieron en ambas vidas.
Y por eso, daba mucho miedo.
Una vez que conoces la calidez de alguien después de tanto tiempo sola, eres recia a soltarlo, y sobre todo, tienes una gran cantidad de terror por perderlo.
Ya una vez creyó haber encontrado un hogar, pero por el miedo a que esas personas la miraran con disgusto o le dijeran que la regresarían al orfanato ella misma decidió irse.
Vete antes de que sea más doloroso.
Y ahora, Daisy volvió a escapar como una cobarde.
Ella no quería admitir que en realidad su temor no era volverse un monstruo, sino el hecho de disgustarle a los demás por volverse uno y ser abandonada de nuevo.
Antes a pesar de su loca y ridícula fuerza, seguía viéndose como una adorable ardilla normal.
Pero esta vez, Daisy sabía que mutaría drásticamente.
"¿Y si les doy miedo?"
"¿Qué pasa si regresa ese impulso de locura y ellos terminan apartándose de mí?"
"Además, ¿podré soportar ver sus caras con disgusto?"
Entre más se enredaban sus pensamientos Daisy se volvía cada vez más insegura.
"¡¡AGH!!, ¡No pienses eso!, ¡regresaré sin ser un monstruo!, ¡lo haré!, ¡NO DUDES!, ¡Derek y los demás son diferentes! ..."
"Ellos no me abandonaran..."
Pero entonces, los sentidos de la somnolienta ardilla vibraron en alarma.
"¡¡!!"
Derek.
Podía oler su aroma cerca, sin embargo, no solo era el aroma de él, había un horrendo olor a podrido acercándose.
Moviendo sus extremidades cansadas Daisy corrió antes de siquiera pensar.
Subiéndose a un techo en ruinas vio a un preocupado Derek apoyándose en una pared mientras caminaba lentamente.
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Soy una Ardilla en el Apocalipsis
FantasiMairena, después de morir de una manera realmente tonta y vergonzosa, se da cuenta que el limbo para ir al cielo no es como ella pensaba, lo primero que aparece ante ella es... ¿esponjosidad? Esta es la historia de una chica que no solo tuvo la mala...