Capitulo #106. Cinco símbolos.

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Con las palabras de la ardilla que se veía lista para pelear contra cualquier enemigo, Derek mostró una expresión sumamente dulce, mirando a Daisy con ternura, él bajó la cabeza apoyándola entre el cuello y hombro de Daisy.

"Acepto tu lealtad... mi mensajera divina", susurró Derek siguiendo el tono juguetón de Daisy.

Daisy se sonrojo, no solo por la voz tan cercana de Derek y su respiración en su cuello, sino además, por recordarle las impactantes anécdotas que se inventó solo para engañar a una pobre chica.

"Uggh... ese día no era yo, solo era una leal ardilla que buscaba proteger a su ser más preciado", Daisy soltó un poco arrepentida queriendo excusarse de sus acciones.

Había ocasiones en que las miradas de gratitud de Regina hacía ella generaban mucho peso en su conciencia.

Mirando de reojo a la chica avergonzada, Derek rodeo con sus brazos la cintura de Daisy para después reírse en un tono alto, casi a carcajadas.

Apretando con fuerza y casi encerrado por completo a Daisy, Derek pensó, 'como era de esperarse, este ser tan lindo, siempre...'

Daisy abrió con asombro sus ojos, sus orejas se levantaron para captar al 1000% la hermosa voz y risa de Derek, desde que había comenzado el apocalipsis, Daisy no lo había vuelto escuchar reír de esa manera.

'Tal vez... Derek se sentía más ansioso de lo que pensaba', Daisy suspiro para después darle palmaditas en la espalda a Derek.

"¿mm?", sin embargo, ella finalmente notó la vergonzosa pose en la que estaban.

"De-Derek, oye, ¿por qué no limpiamos un poco antes de salir, oh, y también quiero bañarme, jajaja...". ella intentó desviar el anterior tema y cambiar el sutil ambiente entre ambos.

'Estoy tan acostumbrada al contacto físico con Derek que tarde tanto en notar esta vergonzosa posición...'.

Daisy sacudió su cabeza, por suerte Derek no le hizo las cosas difíciles y obedientemente dejó de abrazarla.

Aclarándose la garganta, Daisy fingio toser unas cuantas veces, "Como te había dicho, fue el martillo el que destruyó todo, suena extraño, pero el látigo que está en la nueva estatua también debe ser mágico".

Al ver el desorden por doquier y las cosas rotas, Daisy soltó un enorme suspiro llenó de desgana y pereza.

Sin embargo, justo cuando se arremangaba lista para comenzar a recoger y ordenar, Derek puso su palma en el hombro de Daisy llamando su atención.

"Daisy hay algo de lo que estuve pensando, sobre tu madriguera, ¿quieres intentarlo?", él dijo.

Cinco minutos después, el rostro de Daisy estaba estupefacto, su cuerpo rígido y en shock, pero irónicamente sus ojos resplandecían estrellas de emoción.

"Yo... yo no sabía que podía hacer algo así", Daisy murmuró todavía sorprendida.

Las anteriores oficinas desordenadas, ahora habían regresado a ser lo que eran en un principio, los suministros tirados y destrozados que se guardaban en su oficina personal, de nuevo estaban organizados y en perfectas condiciones, como si nada hubiera sucedido.

"Y, tan solo lo imagine...", Daisy estaba emocionada y al mismo tiempo horrorizada.

Según Derek, su madriguera era su territorio, y por lo tanto sus reglas, ella podía tener completo control de todo aquello que estuviera adentro, basto con pensar y las oficinas se limpiaron y ordenaron por si solas.

"Si yo pudiera arrastrar a mis enemigos aquí dentro, ¿qué acaso eso no me convertiría en un ser invencible?", Daisy habló con Derek moviendo con furia sus brazos.

Soy una Ardilla en el Apocalipsis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora