Capitulo #84. Acabar.

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La sorpresa y el golpe hizo que Joel recobrará cierta sobriedad.

El horrendo dolor en sus extremidades ya a punto de ser inservibles se agrupó con el nuevo dolor en su abdomen provocando que quisiera acurrucarse en el suelo.

Derek miro a Joel como si fuera un estúpido.

Antes pensó que mínimamente Joel era astuto o tenía algo de artimaña oculta.

Pero, dejándose llevar por sus emociones, abandono la racionalidad tontamente solo desperdiciando su habilidad.

Consciente del peligro, de que hay hombres peligrosos, pero, aun así, tomando decisiones tontas con tal de seguir sus deseos.

De alguna manera, Derek recordó al psicópata que una vez quiso arrancar los ojos de Antonio.

Alán era astuto, sin embargo, llevo a cabo acciones precipitadas que, de no ser por lo ciegas que eran las personas a su alrededor, terminarían echándolo de cabeza fácilmente.

Además, de igual manera que con Joel ahora con Ana, Alan a pesar de sentir que él no era alguien con el cual meterse, de todas formas, siguió pensando en atacar a Antonio.

Como si solo sus ambiciones importarán.

Derek se burló internamente dejando de pensar en ello, de todas maneras, el resultado sería el mismo.

"Acabemos esto, ya es aburrido seguir", soltó Derek en voz baja.

El humo de Joel lo tapaba, pero a varios metros, Hugo y Cesar ya tenían arrinconado a Torres, Toto muy apenas tenía signos de vida y ya no representaba ninguna amenaza, mientras que los pocos sujetos que todavía deseaban resistirse estaban siendo abrumados tanto por Elena como por los hombres del otro grupo dentro del edificio.

Joel ya había terminado, solo faltaba que se rindiera.

Derek tenía un rostro aburrido lo que hacía que Joel se enojara más, pero entonces, la situación cambio sutilmente.

"¡Amo!", la chica pelirroja que hasta hace poco era feroz, corrió hacia los brazos del joven pelinegro poniendo una expresión ofendida y débil.

"¿Amo?", Joel murmuró mirando con horror a Derek.

Conocer a un animal inteligente que podía imitar a los humanos como Toto fue inaudito, después de pasar por duras peleas y lograr domarlo Joel sentía que su nivel definitivamente era diferente al de los demás.

Sin embargo, la mujer pelirroja era un mundo y escala totalmente diferente.

Una fuerza abrumadora, agilidad y rapidez, una apariencia prácticamente humana, y sobre todo, el comportamiento e inteligencia de una mujer real.

"¿Como rayos hizo para que un monstruo así sea tan obediente ante él?", Joel volvió a murmurar al ver la apariencia linda de Daisy ante Derek.

Lo que no sabía es que Derek también estaba desconcertado.

"¿Amo?, ¿desde cuándo me llamas así?", pensó Derek, la ardilla muy pocas veces lo trato con respeto, incluso sentía que, en varias ocasiones, él era el ciervo que servía y cumplía los caprichos de una niña.

Soy una Ardilla en el Apocalipsis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora