Capitulo #115. La capital (1).

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'Realmente no soy una ardilla', incluso para la propia Daisy decir esas palabras le era todavía increíble, ella no sabía cómo reaccionaría Derek, sin embargo, era algo que tenía que decirle.

Derek le había demostrado mucha confianza, confiaba en ella sin dudar, Daisy ya le ocultaba cosas, tenía miedo que en el caso de que Derek entrara en contacto con las huellas de su pasado y lo averiguara por sí mismo, se sintiera traicionado al pensar que ella fingió o mintió todo el tiempo sobre algo que no era.

Por supuesto, en el fondo Daisy no pensaba que Derek la abandonaría o la odiaría por completo, sin embargo, quería evitar que ese escenario donde Derek se sintiera lastimado ocurriera.

Era mucho mejor decirlo ella misma, a qué él se enterará por terceros o por accidentes.

Daisy apretó sus labios con nerviosismo, esperando la reacción impactada e incrédula de Derek, sin embargo, lo único que hizo el apuesto chico frente a ella fue mostrar un poco de sorpresa para después sonreírle con suavidad.

"Hablaremos de eso en un lugar mejor después", Derek le susurro a Daisy mientras aprovechaba para acariciar un poco su cabeza.

Daisy que estaba preparada para su reacción fue la que quedó estupefacta, '¿Qué?, ¿acaso no me explique bien?, ¿entendió lo que dije?', pero entonces al mirar los diversos pares de ojos que los analizaban y en el ex campo de batalla en el que estaban Daisy se sintió tonta.

'Maldición... obviamente este no es lugar para hablar de temas serios ¿en qué estaba pensando?', Daisy se dio palmadas en los cachetes borrando el bochorno en su rostro.

Ella no quiso admitir que estaba ansiosa por dejar de ser vista como una ardilla por Derek después de escuchar a una mujer queriendo coquetear con él.

'En la capital definitivamente habrán más personas así de descaradas', sin que Daisy supiera había un brillo de amargura en sus ojos, antes Derek siempre fue un antisocial, incluso ella que pasó poco más de tres años junto a él nunca lo vio conversando con mujeres activamente.

Por supuesto Ana y las chicas que trabajaban en la mansión no contaban, al igual que Cecilia que era una niña y Elena y Regina que no mostraban ningún entusiasmo romántico ante él.

Sin embargo, Derek era muy atractivo, demostró ser poderoso y era el heredero de una de las actuales facciones con más fuerza, de tan solo pensar en la cantidad de pretendientes que aparecerían en el futuro para perseguirlo, a Daisy le daba dolor de cabeza.

En cuanto Derek y ella se dirigieron a los demás, el sonido de una camioneta acercándose hizo que varios voltearan, allí la camioneta blindada que los acompañó en su viaje se acercaba a una velocidad constante, hasta que finalmente se detuvo frente a ellos.

"¡Mamá, nos dijo el cuervo que estuviste increíble!", la voz de David vino del otro lado del vidrio un poco abierto.

Aquel que conducía la camioneta era Emiliano, pero por petición de Ana no había bajado por completo los vidrios, aún cuando el cuervo ya les había dicho que la pelea había terminado, era mejor no salir todavía ni mostrarles sus rostros a la gente.

"Yo solo dije que no la quería como enemiga...", el cuervo murmuró, él también ya estaba adentro de la camioneta.

"Oh, entonces no eran todos sus amigos joven señorito", Leo que limpiaba un corte en su mejilla habló con una sonrisa, su 'reencuentro' con Hugo terminó al ver que su maestro también se había acercado.

Aún si los vidrios solo dejaban ver un pequeño espacio dentro, Leo podía escuchar las voces de varios niños, además de la señora Ana a la cuál no había visto desde hace mucho tiempo.

Soy una Ardilla en el Apocalipsis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora