~CAPÍTULO 7~
Me levanto con un fuerte dolor de cabeza, como si hubiese bebido alcohol sin parar... me paso la mano por la cara y me quejo por la punzada de dolor que me recorre al tocarme el labio y el pómulo derecho.
Bufando me levanto al baño y me doy una ducha, al volver a la habitación me coloco un jean gris (un poco ajustado pero no mucho). Me paso la mano por el pelo húmedo y salgo hacia la cocina, soy el primero en despertar así que me dispongo a hacer tortitas para desayunar.
Las mismas que le enseñe a hacer a ella... cuando estaba aprendiendo y le salían quemadas... sonrió melancólicamente y hago la última, dejándola en la torre de tortitas.
Se me quita el hambre y paso de comer, solo las dejo ahí para los demás y cojo mi botella de agua. Me voy a mi habitación y me coloco una camiseta negra con mis zapatillas, me voy haciendo el menor ruido posible para no despertar a nadie.
Bajo hasta el aparcamiento y cojo la camioneta, para conducir sin rumbo, solo escuchando música recibiendo el aire que entra por la ventanilla y el tamborileo de mis dedos en el volante.
Espero en un semáforo en rojo y miro a mi lado donde aparece un porche rojo con cuatro chicas mirándome, les sonrió como badboy y ellas ríen tontamente mientras se muerden el labio inferior.
Cuando la luz cambia a verde acelero para dejarlas atrás. Y continuar el recorrido durante horas que se me pasan rápidamente hasta que veo una gasolinera cerca a la playa, la dejo aparcada y me bajo.
Me coloco las gafas según salgo por la puerta principal y el sol abrumador me recibe junto al viento del mar. Me quito las zapatillas y las dejo dentro del coche, al igual que el móvil, la camiseta y me dispongo a caminar junto al mar, mientras el agua salada del mar me lame los pies.
El gran vacío en mi pecho aumenta con cada paso que doy, al igual que la presión aumenta y el dolor sigue intacto, como si me lo acabaran de decir.
No sé cuánto tiempo pasa pero me siento en la arena blanda y caliente, mirando el horizonte y la poca gente que pasea por la playa a estas horas de la mañana. Respiro el aire fresco de la playa y a lo lejos veo gaviotas, y veo un delfín a lo lejos saltando... algo que pensé que jamás vería.
Sonrió un poco al recordar una frase: "Mi animal favorito, el delfín, pues es hermoso y se ve tierno pero puede ser más peligroso que un tiburón." Escucho su voz en mi cabeza, que poco a poco se va a ir borrando, pero quiero contenerla, contenerla como lo he hecho durante este tiempo.
Suspiro y me levanto para volver a casa, creo que ya llevo demasiado tiempo fuera.
Me sacudo los pies y me coloco las zapatillas y la camiseta, me subo en el coche y con ayuda de Google Maps busco el camino a "casa".
Ya en el aparcamiento apago el coche pero me quedo allí mirando el vacío.
Recordando ese día... "No debiste dejarla entrar" y tal vez tuvieran razón, fue mi culpa...
Pero ya no podía cambiar, por más que pensara esa vez que no podía ser... la verdad era que si podía ser, que realmente si había pasado, que si lo era, y que era mi culpa.
Miro la hora: 12:50...
Con el dolor incontrolable salgo del coche y subo a casa.
Donde están todos alrededor de la isla, excepto Ryan, lo que agradezco no quería ahora montar un jaleo.—No sabía que cocinaras— dice Tanit al verme, intento hacer una sonrisa pero creo que no sale.—Y mira que cocinas bien las tortitas, badboy— dice y le guiño un ojo.
—Joder, que mala pinta tienes, chaval— Duce Harold.
—Él otro estará peor— evitó decir el nombre.
—Eso seguro— dice Jade.
—¿Diste otro tour?— pregunta Tanit para cambiar de tema
—Fui a unas cuantas horas de aquí, una playa— explicó y ella asiente, paso junto a ella para sacar la nata montada, sonrió malicioso, me coloco un buen poco en la mano.
Tanit está de espaldas así que no se da cuenta. Y le estampó la nata montada en la cara y se la restregó por el pelo.
—Hijo de puta!— grita y se da la vuelta quitándose la nata de los ojos mientras yo rio
—Me la debías.— me encojo de hombros y logro decirlo entre risas.
—¿Serás cabrón?— dice cogiendo la mitad de nata de su cara y pasándomela a mi, pero la esquivo y cae al suelo.
—Eso no se pregunta, se sabe—digo y me hago al lado contrario (de la isla) de donde está Tanit.
Ella pone las dos manos en la encimera y se prepara para lanzarme nata, la cual lanza después de pensarlo pero me agacho.
—Tanit! Limpia usted el desastre como caiga otra cosa al suelo!— dice Erick y ella queda estática con la intención de tirarme más nata, pero baja la mano y entrecierra los ojos para mirarme como diciendo: "esto no se acaba, me has declarado la guerra". Baja las manos y va al baño a lavarse mientras los demás nos quedamos.
—Dime que ya lo ha dejado, o que al menos la has convencido para que lo haga— le digo a Erick
—Dice que lo va a hacer, hoy— Asiento ante su respuesta y me lavo la mano en el fregadero.
—Eh! Que mañana empezamos la uní!— dice Jade y me giro rápidamente con cara de terror.
Y no se por que pero me viene un recuerdo a la mente: "Adiós! Te quiero!" Y yo simplemente asentí dentro de la camioneta mirando como entraba por esas puertas de las que no volvería a salir... "Nos vemos luego" y ese nos vemos luego nunca ocurrió, por que de ahí no volvió a salir.
—Deberías limpiar esa herida— me sacan de mi pensamiento y miro a Tanit que se encuentra frente a mi recién duchada.
—Da igual— me encojo de hombros dándole la espalda y cojo un vaso de agua para disimular.
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FARSANTE
Teen FictionPodría ser yo el villano de la historia, pero al fin y al cabo todos somos villanos en alguna historia... Estoy aquí para cumplir una misión más, estoy criado para hacer esto: fingir ser alguien, adentrarme en el papel, traicionar y cumplir mi obje...