DIRECCIÓN

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~CAPÍTULO 37~

Me levanto con una pereza infinita, pero aún así me ducho, me visto con un jean blanco un poco ajustado y una sudadera blanca con zapatillas blancas...

Lo se, muy blanco pero es lo primero que encontré y que combinaba, literalmente.

Al ver la hora me sorprendo, siempre me levanto justo a tiempo, es como que se cuando levantarme pero ahora me he levantado una hora antes pensando que ya era la hora.

Empezamos bien... pero ya no me puedo volver a dormir aunque lo intenté, así que me levanto de nuevo de mi cama y voy a la habitación de Tanit, entro sin tocar y veo su cuerpo tapado por la cocha dándome la espalda.

Sin pensar en lo que hago me meto con ella y la abrazo por la espalda, su calor es reconfortante y es demasiado cómodo abrazarla.

—¿Badboy?— pregunta con voz adormilada y con un bostezo.

—Cállate y duerme.— murmuro cerrando los ojos y aspirando el olor de su cabello suelto cerca a mi cara, acercó mi cara a su hombro y apoyo mi nariz en su hombro.

—Me calló solo por que aún me quedan 20 minutos— dice acurrucándose más contra mi.

¿Que como llegamos de estar sentados separados por dos personas a dormir supure pegados y juntos? No lo sé, pero amo estar con ella...

Su olor a avena me enloquece, igual que sus ojos y sonrisa, su tacto en mi piel, su risa en mis oídos... cuando jugamos como si tuviéramos diez años, cuando nos entendemos con una sola mirada y cuando sabemos que el uno necesita un abrazo...

Quiero tenerla...
Ya la tienes...
Pero la quiero para siempre.
Eso es imposible y lo sabes, conciencia.
No, no es imposible, solo tienes que elegir.
Y ya sabes que no puedo.

Dejo esos pensamientos a un lado y me centro en este preciso momento, en el momento en el cual me doy cuenta de que me esta gustando más de lo normal, que me obsesiona más de lo que antes lo hacía...

Y sin pensar que sería posible me quedo dormido a compás de su respiración, con el calor que emana de su cuerpo, con su aroma, con las hormigas en mi estómago y en mi cuerpo, con mi corazón a mil y con electricidad por cada parte que ella toca.

Al despertar un grato sentimiento recorre mi pecho, me doy la vuelta y me estiro mientras bostezo, oigo como Tanit se queja y se da la vuelta para abrazarme, dormida me abraza y entierra su cabeza en mi cuello, la abrazo como puedo y me quedo mirando el cuadro (no terminado) del collar.

Luego miro que en la pared de enfrente Tanit coloco mi retrato de ella en la mitad de la pared, enmarcado y todo. ¿Que cuento tiempo para que lo hiciera? No se, es especial.

—Preciosa...— la llamó poniendo mis labios en su cabeza.

—¿Mm?—hace ese ruido tan típico suyo.

—Se te va ha hacer tarde—

—¿Y?—

—Tenemos examen a primera— recuerdo y se levanta de un salto para mirarme con el pelo revuelto, pero aún así se ve perfecta.

—¿Que?—

—¿Examen de filosofía?— preguntó

—¿¡Y hasta ahora en lo dices!? Joder, Tyler, no estudie.— se queja tirándome una almohada mientras se levanta y corre a ducharse.

Mientras yo me dispongo a organizar un poco su habitación (hacer la cama, organizar su escritorio y su mesa de noche). Salgo de su habitación, paso por la mía a coger la mochila y voy a la cocina, para preparar un poco de fruta para Tanit, yo no suelo comer en el desayuno...

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